Aguas profundas del Golfo serán lo más lucrativo de la reforma energética

aguasDurante los últimos dos años Wajih Effendi ha tenido su base en Houston, desarrollando paso a paso el negocio para México de BG Group, una empresa de energía. Ahora, con el país a punto de abrir su sector energético a la participación privada, Effendi se está mudando al otro lado de la frontera.

BG Group se encuentra entre las compañías que buscan ganar dinero con las históricas reformas energéticas que buscan modernizar y desarrollar las industrias del petróleo, del gas y de electricidad de México. Durante casi 80 años, los monopolios estatales, legislaciones onerosas y la falta de capital paralizaron al sector a través de una inversión insuficiente y de enormes ineficiencias.

Effendi es una de sólo dos personas de GB que se enfocan exclusivamente en el sector petrolero en México del grupo, pero la empresa está aumentando a dos dígitos la cantidad de personal dedicado al país. Empiezan a ocupar una oficina adicional en la Ciudad de México, con lo que destacan sus esperanzas de largo plazo en la región.

BG Group, al igual que Royal Dutch Shell, Chevron y otras petroleras internacionales, están buscando las oportunidades de perforación en aguas profundas en el Golfo de México, que es una de las reservas sin explorar de petróleo y gas más grandes del mundo.

“(Las aguas profundas) son el gran premio”, dice Effendi. “Mira la cantidad que se ha explorado en el lado estadounidense del Golfo de México, en comparación con el lado mexicano”. Se han perforado cerca de mil 600 pozos en las aguas norteamericanas, en comparación con alrededor de 50 en el lado mexicano, dicen los observadores de la industria.

Hasta ahora, las vastas reservas en aguas profundas han permanecido sin ser tocadas por Pemex, la empresa petrolera estatal mexicana, debido a las dificultades tecnológicas y a la cantidad de dinero que se requiere para desarrollarlas. Al mismo tiempo, los campos de aguas someras en el Golfo, en donde Pemex tiene experiencia, ha madurado y las reservas empiezan a disminuir.

Las cifras dan una idea clara de la urgencia. La producción alcanzó su punto máximo de 3.4 millones de barriles diarios en 2004, pero desde entonces ha caído 24% para llegar a 2.5 millones de barriles diarios este año, dicen los autores de un reporte sobre las reformas energéticas de México del Boston Consulting Group (BCG).

“Casi una cuarta parte de la producción de petróleo de México proviene de campos en donde entre 50% y 75% de las reservas se han agotado”, añaden. “Un 46% adicional proviene de campos en donde más del 75% de las reservas se han extraído”.

Pero la perspectiva de los recursos se estiman en la asombrosa cifra de 115 mil millones de barriles de petróleo equivalentes, y los ejecutivos de las empresas de energía  que buscan invertir se refieren a México  como “una dulcería”. Si bien están disponibles las oportunidades en aguas someras, shale y en tierra, los recursos de aguas profundas disponibles -que se cree que es donde estarán las inversiones más lucrativas- se sitúan en alrededor de 30 mil millones de barriles equivalentes de petróleo, según los datos de BCG.

Los conglomerados petroleros internacionales como Royal Dutch Shell, BP, ExxonMobil, Chevron, Total y Repsol, muchos de los cuales ya tienen presencia en México, tienen la experiencia para buscar petróleo en zonas de difícil acceso y cuentan con el dinero para financiar sus operaciones, de acuerdo con los analistas. Nobel Group y Tullow Oil se encuentran entre las partes interesadas.

Si bien el punto de equilibrio para desarrollar el petróleo convencional es menos de 40 dólares por barril, en el petróleo de aguas profundas se encuentra entre 40 y 80 dólares, de acuerdo con BCG. Para desarrollar todas estas perspectivas de reservas, Pemex, que ha reportado pérdidas por 30 mil millones de dólares (mdd) en los últimos seis años, requerirá de alrededor de 830 mil mdd en gastos de capital.

“Para las empresas petroleras internacionales con dinero y experiencia técnica esto ofrece un gran potencial. Si llegan primero, la esperanza es que podrán extender su superficie durante los próximos años”, dice Effendi. “Todo el mundo está tomando una decisión estratégica de largo plazo”.

Una nueva ley de hidrocarburos, que es la piedra angular de las reformas mexicanas, delinea un nuevo marco de contrato que se les ofrece a las empresas, un acuerdo de licencia, una parte de las utilidades, una proporción de la producción o una participación de los ingresos de servicio.

Partes del codiciado Cinturón Plegado Perdido, algunos de los yacimientos de petróleo pesado en altamar y partes de la formación que técnicamente son difíciles de Chicontepec estarán en el bloque. Aunque se espera que Pemex permanezca como socio en algunas de las oportunidades más lucrativas que estarán disponibles inicialmente, los analistas dicen que otras podrían desarrollarse exclusivamente por una empresa extranjera de energía.

Dudas pendientes

Pero las condiciones comerciales de los campos petroleros en aguas profundas no serán conocidos hasta que el Secretario de Hacienda dé los detalles cuando los bloques entren a una primera ronda de licitación pública en 2015.

Elisabeth Eljuri, directora para América Latina del despacho de abogados Norton Rose Fulbright y es líder en las prácticas de gas y petróleo, dice que todavía hay muchas zonas grises en las que tienen que navegar las empresas extranjeras que buscan invertir.

Las complejidades del proceso de licitación todavía no son revelados y la geología exacta de cada uno de los bloques todavía se desconoce. Ciertos términos fiscales y contractuales tampoco están claros, dice Eljuri, incluyendo los detalles de qué cantidad de las ganancias de cada proyecto irán al gobierno, las bases para terminar los contratos y los procesos de aprobación.

Las consideraciones ambientales también son claves, después de desastres como el derrame de petróleo de Deepwater Horizon de BP en 2010.

“Hay muchos detalles que todavía no se han aclarado”, dice Eljuri. “Pero se espera que los términos sean favorables. No creo que el gobierno mexicano vaya a reinventar la rueda”.

“Intentará mantener los estándares internacionales ya que sabe que esta es una gran oportunidad para generar inversión extranjera. pero necesita hacerlo bien”.