Aquí vamos a estar hasta que Dios diga, dicen afectados en Juchitán

 

Pedro Parola

Aferrados como un pueblo de fé, para las familias juchitecas seguir con vida es una decisión que ya dejan en la mano de Dios. Para ellos, las fuertes réplicas son un castigo que deberán que pasar.

«Hay muchos amigos que murieron con el temblor, otros cuantos murieron este sábado, nosotros aquí seguimos y si Dios dice que ya nos va a tocar, aquí vamos a estar, no nos podemos ir a ningún lado, él decidirá, ya lo dejamos en sus manos», dice Doña Esperanza.

Para ella, los temblores y ahora la lluvia no son situaciones normales, «algo está pasando y nos están castigando», dice llorando.

Aunque algunos expertos aseguran que las réplicas o los temblores constantes en el Istmo son normales, para las familias de Juchitán no lo son, y es que en años no habían vivido nada igual.

«Aquí temblaba, solo era un ratito y pasaba, pero ahora no deja de temblar y esto ya es mucho, ahora ya nos llueve.

«Ya no tenemos nada y aún así nos sigue temblando, ahora ya también con lluvia», manifiesta.

Al recorrer las carpas, la mentalidad de los ciudadanos, principalmente de señora es prácticamente la misma.

«Aquí seguimos hijo, esperando, aquí vamos a estar hasta que Dios diga, bajo la lluvia y con temblor estamos ahorita», se escucha decir a una madre a su hijo por celular. Él se encuentra en la capital oaxaqueña trabajando y no ha podido viajar a Juchitán porque sus padres no se lo permiten.

«A qué vas a venir, aquí estamos, solo cuídate tú, no te vaya a pasar nada», le dice doña Roselia a su hijo.

Actualmente son más de 50 mil afectados que viven en la calle en Juchitán, y aunque los víveres y despensas empiezan a llegar poco a poco, están claros que lo único que no podrá comprar ni evitar el gobierno es el tema de las vidas.

«Aquí vamos a seguir esperando, no dejaremos nuestras casas, aquí vamos a seguir mientras podamos, ya hay gente que está muriendo de espanto, todo eso es lo que nos esta pasando pero aquí seguiremos; esperando a ver qué dice Dios», finaliza.