Camila Cabello prende el domo

EXCELSIOR

Después de cantar con mariachi gritó “¡Viva México, cabrones”, como colofón del show que ofreció en el Palacio de los Deportes y en el que demostró el amor que le tiene a nuestro país

CIUDAD DE MÉXICO.

“¡De Miami a México, esta cosa se prendió!”, cantó Camila Cabello durante Inside Out. Una línea que refleja perfecto lo que se vivió anoche en el Palacio de los Deportes, conocido como el Domo de Cobre.

Morritas cantando todititas las canciones; chiquillas chimuelas alborotadas por ella y por el azúcar de su refresco de naranja y chavitos gays enloquecidos.

La sangre une a Camila Cabello y México. El idioma, la cultura, la herencia latina, el color de piel, lo espontánea que puede ser al dar conciertos, como la sorpresiva aparición de uno de sus ídolos al piano: Noel Schajris, de Sin Bandera, uno de los grupos románticos que ama y que la inspiraron a cantar.

El argentino la llevó de la mano con su piano para cantar Consequences, una canción tan pasional como lo que estaba por pasar. El tiempo se detuvo cuando Schajris le comenzó a cantar, casi al oido y como a una enamorada, Entra en mi vida, uno de los hits que ha escrito junto a Leonel García.

¿Era una probadita nada más para Camila? ¿La cantarán a dueto? Pues sí, la nacida en Cuba se aventó el gran hit del grupo mexicano y totalmente en español, se miraban a los ojos y resultó tener una reacción sin igual, pues, pese a la brecha generacional, hasta los chiquitos cantaron.

“Como todos saben soy de sangre mexicana, tengo a mi papá que es de aquí, amigos; está mi tío. Y tengo recuerdos muy bellos de cuando viví aquí; era tradición que cuando salía de la escuela iba por mis elotes y esquites.

“No importa donde esté en el mundo, cada vez que oigo el mariachi se me enchina la piel, porque siempre tengo México aquí”, y se señaló el corazón.

Si de por si ya tenía a todos los camilizers (como se autollaman sus fans) en la boba, su discurso de autoaceptación y de jamás dejarse pisotear por nadie, la unieron más.

Hablaba spanglish por los nervios, según ella. Explicaba sus canciones, traducía y revelaba sus secretos incluidos en las metáforas.

“¡A huevo!”, gritó, como prueba de su sangre mexicana. Hubo otra muestra irrefutable: invitó a Jesse y Joy al escenario para cantar ¡Corre!

Una vez más la escucharon cantar una melosa letra romántica y en español. Sin apuntador ni guía más que con la voz de Joy se aventó completita la rola, sólo con la memoria y su cariño.

La que jamás olvidará la noche será una pequeña Geraldine. Subió a cantar Real Friends con Camila, la abrazaron, le chulearon el moño y le metió un besito a su idola. Su manera de liberar la adrenalina era gritar “a huevo” una y otra vez.

Ya para este momento la fiesta se soltó. Todos se pararon a bailar Know No Better, Sangria Wine y por supuesto Havana, rola con la que llegó a las mil millones de reproducciones en plataformas y que por fin la hicieron bailar al más puro estilo latino, con vueltita y todo.

Sólo le faltó una botella o un trago de tequila para despedirse del mejor concierto que ha dado con su gira Never Be The Same, así que una disculpa al mundo, pero Camila Cabello seguro no lo repetirá.

El broche fue México en la piel, que cantó con mariachi junto a su padre, herencia y parte de una mujer que representa el país en todo el globo. “¡Viva México, cabrones!”, gritó para despedirse.