Disputa entre comuneros les genera más pobreza

mediasLa comunidad huave de Santa María del Mar en Oaxaca, tiene una maldición: mil 300 hectáreas de terreno que la población vecina de San Mateo le quiere arrebatar. Tierras en las que trasnacionales han intentado instalar parques generadores de energía eólica, pero esa disputa solo ha traído más pobreza.

Desde hace 20 años esta maldición se acentuó y ha generado diversos conflictos con la comunidad de San Mateo del Mar: primero les quitó el agua potable, luego la principal vía de comunicación y hace dos meses la energía eléctrica…

La lucha por estas tierras la ven a la distancia autoridades municipales, estatales e incluso federales, quienes dejan a su suerte a esta pequeña comunidad indígena perteneciente al municipio de Juchitán, de apenas mil habitantes.

El conflicto entre Santa María y San Mateo es añejo, pero propuestas de proyectos eólicos por diversas empresas nacionales e internacionales y que representarían millones de pesos para una u otra localidad por la propiedad de los terrenos, han reanimado el conflicto.

En 2009, un grupo de pobladores de esta localidad vecina les cerró la carretera, lo que obligó a los poco más de mil habitantes de esta comunidad indígena a solo poder acceder a sus hogares por la vía marítima.

Sin embargo, cruzar durante 20 minutos en lancha el mar del Istmo de Tehuantepec pasó a segundo plano ya, y aunque aseguran que el peligro por los fuertes vientos que ocurren en esta zona es el mismo que desde hace cinco años, ahora Santa María del Mar lo que quiere es luz.

Eleuterio González es el presidente comisariado de Santa María. Toda su vida la ha pasado en esta población indígena, y también desde siempre recuerda que el conflicto con San Mateo por poco más de mil 300 hectáreas ha derivado en una tras otra problemática.

Con memoria puntual evoca el 19 de octubre de 2009, cuando «les cortaron el paso por vía terrestre», colocando en los límites de ambas comunidades cadenas con candados y piedras. Hoy, los habitantes de San Mateo resguardan este acceso desde una casa color verde que edificaron».

Antes, en la década de los 90, Eleuterio asegura que rompieron las tuberías que les abastecían el agua potable, lo que con pozos de agua dulce ubicados en varios puntos de la población pudieron resolver.

Pero el 27 de julio del año pasado tiraron siete postes y cortaron varios cables que suministraba energía eléctrica tanto a San María del Mar como a la otra localidad vecina, Pueblo Viejo, lo que derivó en la interrupción del servicio que finalmente el 9 de diciembre pasado les fue despojado en su totalidad.

«No es justo que dejen a un pueblo definitivamente sin la energía eléctrica. Estamos viviendo completamente abandonados: un pueblo sin energía eléctrica es un pueblo abandonado.

«Nosotros vivimos de la pesca y no podemos congelar el producto y se echa a perder. Es una necesidad primordial y es urgente que el gobierno tome cartas en el asunto», exclama.

Y precisamente dicen que el gobierno de Oaxaca, para aminorar esta última problemática, les entregó una planta de luz para que los pobladores de Santa María del Mar cuenten con este servicio por tres horas durante la noche: de las 19 a las 21 horas. Aunque el uso es limitado.

«Solamente está autorizado para que las casas tengan dos focos y a lo mejor una televisión, pero no está contemplado que utilicen para asuntos domésticos porque la planta no es suficiente para que abastezca toda la comunidad», explica.

Eleuterio afirma que el gobernador Gabino Cué ya acudió a esta localidad huave, lo cual fue la causa que les otorgaran esta planta de luz. También esta visita derivó en que se construyeran pozos y después se edificara la telesecundaria, por mucho el mejor y más moderno inmueble en toda San María del Mar.

El comisariado asevera que en su momento celebraron esto, pero hoy el único detalle es que no hay energía eléctrica para poder echar a andar los pozos ni para que opere la telesecundaria.

Y es que como una mala broma de la naturaleza, el atardecer en esta población indígena llega apenas dan las 18 horas, y conforme pasan los minutos las calles de terracería de Santa María del Mar van desapareciendo.

Las decenas de casas sin terminar de construir. Los edificios de la agencia municipal y la oficina del juez. El centro de salud y hasta la cárcel se llenan de sombras. La única tienda que hay en la comunidad baja su cortina. Esta situación también provoca que el único medio para llegar a su comunidad sea limitado: la última lancha para regresar a la playa de San Dionisio o viceversa parte a las 5 de la tarde, en caso contrario, no hay forma de ingresar o retirarse de Santa María del Mar.

«Si en dado caso les quitaran a ustedes la energía eléctrica, ¿cómo se sentirían? ¿Vivirían en la oscuridad como nosotros?», dice Eneida Martínez, habitante de Santa María del Mar.

Las autoridades de Santa María del Mar garantizan que cuentan con documentación oficial del gobierno federal y agrario que les otorga la propiedad de estas hectáreas en disputa. En concreto el reconocimiento y titulación de bienes comunales de la comunidad, publicada en el Diario Oficial de la Federación en agosto de 1984.

Adán González es el presidente de seguridad de esta población indígena. En su casa desenrolla los mapas que «demuestran» y «muestran» los límites territoriales entre ambas poblaciones, señala esto y dice que este mismo conflicto territorial con San Mateo también lo mantiene con San Pedro Huilotepec.

Enseguida toma la camioneta propiedad de la comunidad, y se va a apostar con un grupo de compañeros en los límites de la población desde las 8 y hasta las 18 para, en caso de ser necesario, alertar sobre lo que parezca irregular.

La semana pasada autoridades del gobierno de Oaxaca y pobladores de San Mateo del Mar se reunieron en la capital del estado, donde ambas partes aseguraron que los habitantes de Santa María del Mar se han negado a firmar acuerdos.

Sin embargo, la administración estatal no quiso pronunciarse oficialmente sobre el tema, MILENIO buscó a Carlos Santiago Carrasco, subsecretario de Gobierno de la entidad, quien de acuerdo con las autoridades es el encargado de mediar y resolver esta problemática; sin embargo, no respondió la petición.

Lo que es una realidad es que en México una población cuenta con agua potable gracias a pozos desde 1990. El único medio de poder acceder desde hace cinco años es por lancha y hasta las 5 de la tarde. Y desde hace dos meses tienen energía eléctrica por tres horas…