El escarabajo que conquistó México, 80 años del auto más amado

EXCELSIOR

El último vocho fue hecho en 2003, los empleados de la fábrica lo despidieron con flores y mariachis, pro la realidad es que este vehículo sigue haciendo historia en nuestro país

CIUDAD DE MÉXICO.

El amor de los mexicanos por el famoso vochito ha hecho que, pese a haberse cancelado su producción en 2003, el sedán siga estando presente generación tras generación, transportando las historias de cientos de familias mexicanas.

De acuerdo con información proporcionada por el corporativo Volkswagen México, en nuesto país se produjeron y vendieron un millón 691 mil 500 vochitos en el periodo que comprende de 1954 a 2003.

La pasión por este carro compacto se vive en familias de diversos estados de la República y ha generado la conformación de clubes de propietarios o coleccionistas.

Fue tal el éxito del vehículo que hoy, en México se pueden encontrar historias como la de Paola que al hablar del sedán en su familia suelta la frase: “yo casi nacía en un vocho”.

Su madre, María de Jesús Hernández, inició con contracciones durante la noche del 30 pero no dio alerta en su casa con la esperanza de que el parto pudiera ocurrir a la mañana siguiente.

Sin embargo, a las cuatro de la madrugada, ella y su esposo Porfirio Rodríguez subieron al carro y emprendieron el camino desde la zona del Metro Pantitlán, en la CDMX, hacia el Hospital Nacional Homeopático, ubicado en la colonia Obrera.

Es una historia que mi madre me contaba siembre: ‘Tú ibas a nacer en el vocho’”.

Al sentir la labor de parto, María de Jesús no veía la hora de llegar al hospital y, debido a que el carro no tenía el asiento del copiloto, comenzó a acomodarse en el asiento trasero del vocho, lista para recibir a Paola. Porfirio aprovechó la madrugada para ignorar todas las luces rojas de los semáforos y llegar al nosocomio lo más pronto que pudo.

La niña fue recibida en un quirófano por doctores y enfermeras. Sin embargo, la historia de la trayectoria hacia el hospital quedó grabada en su familia hasta su adultez.

Como ésta, se cuentan muchas historias, hay personascomo Fidel Chavarría, que conservan el vocho que existía en su familia desde que él tenía dos años.

Otros más, han optado por buscar el vehículo antiguo para arreglarlo y en algunos casos modificarlo al grado de convertirlo en habitaciones de un hotel ecoturístico en Yucatán.

La última unidad que se fabricó en el mundo, se ensambló en la planta ubicada en Puebla, la única que hasta julio de 2003 hacía este vehículo.

El carro número un millón 691 mil 500 fue despedido por empleados de la línea de ensamblaje con flores y mariachi antes de emprender su viaje a Alemania para formar parte del museo VW en Wolfsburg, Alemania. Sin embargo, en las calles de nuestro país siguen circulando muchos vochos, algunos viejos y descuidados, y otros brillando como si acabaran de salir de la planta de producción de Puebla.

 

RECUPERA EL ROBADO Y SE COMPRA OTRO

El placer de andar en un carro clásico y antiguo motivó a Alfonso Barrón a comprar un vocho de mayor edad que él.

A sus 30 años, conduce un volkswagen sedán de 1967 que logró comprar con el dinero de la venta de un modelo 1995 que le habían robado en la escuela y recuperó a unas cuadras de su casa.

El vecino de Santa Catarina, Nuevo León, cuenta que su vehículo es muy noble, funciona con poca gasolina y es muy aguantador.

Son rendidores, son económicos, son muy manejables; tú mismo te vas a enseñar a arreglar los problemas básicos y conforme pasan los años te vas enseñando cómo funciona mecánicamente”, compartió.

Cuando estudiaba en la Normal Superior Moisés Saenz Garza, en Venustiano Carranza, le robaron su auto, un volkwagen 1995 que, 10 meses después encontró cerca de su domicilio.

Acudo a la policía, agarramos a la persona que lo tenía y otorgamos el perdón, pero con una compensación económica y esa me ayudó para detallar; vender y comprar el otro”.

El que tiene ahora es más antiguo porque quería un modelo viejo, de los que ya son de colección.

Quería comprar un modelo más antiguo por lo mismo que son más bonitos, ya no hay y va a aumentar su valor y obviamente el placer de andar y que la gente te voltee a ver cuando tienes un carro de ese modelo”, compartió.

-Aracely Garza

 

EL ÚLTIMO MODELO

El sedán Última Edición contaba con las siguientes características:

• Colores: azul aquarius con interiores en gris y beige luna con interiores negros.

• Molduras: cromadas en el cofre y costados, así las defensas y los espejos laterales.

• Neumáticos: de cara blanca montados en rines pintados al color de la carrocería sin dejar de integrar los clásicos tapones cromados.

• Emblema: llevaba el símbolo de Wolfsburg en el cofre.

• Tablero: pintado al color de la carrocería.

• Piso: totalmente alfombrado.

• Audio: Sistema con CD, con dos bocinas en las puertas, dos en la sombrerera y paquete acústico antiruidos.

 

VIAJAN 12 PARA LLEVAR SERENATA

Gabriela Hernández estudió en la Universidad Madero. Ahora está casada y tiene un hijo; cuando inició estudios superiores, su abuelo le regaló un vocho 1976, que costó 57 mil 925.53 pesos, según la factura original.

Cuenta que su abuelo tenía grúas en Perote, Veracruz, y que compró la unidad chocada.

La arregló, la usó y casi 20 años después, se la regaló a la nieta, quien la pintó de rosa y le puso una visera coqueta sobre el parabrisas.

Varias veces, ese sedán trasladó a 10 pasajeros para echarle porras al equipo de los Leones Blancos.

Sobre esta capacidad, Román Lazcano Fernández recuerda que a los 20 años tenía un vocho azul modelo 1972, en el cual, para las serenatas, alcanzaban hasta 12 personas, aunque dos iban de moscas a los costados.

José María Iguíniz Cárdenas Fernando no olvida su modelo 62, con motor 1200. También azul. Tenía 16 años. Llegaba de Puebla a Puerto Escondido por terracería. Alberto Mendoza Ruiz cuenta que su volkswagen se llamaba Silvestre. Era azul con franjas blancas. Ricardo Guerrero es otro exdueño de un sedán 72, desecho de una tienda departamental que los usaba para trasladar a sus técnicos.

-Fernando Pérez Corona

 

REÚNEN 300 MODIFICADOS

En Pachuca la predilección y nostalgia por el vocho llevó a que los conocedores de la marca organicen anualmente un encuentro en la capital de Hidalgo, donde se dan cita para lucir las modificaciones que hicieron a sus unidades.

Inicialmente el encuentro se hacía en la explanada de una tienda departamental, sin embargo, la demanda ha sido tal que ahora se organiza en instalaciones de la feria, denominando el evento como Bug Fest 9.

De acuerdo con Hugo Arzate, del club Enfriados por aire, en la edición de este año, que se hizo el 20 de mayo, se reunieron alrededor de 300 vochos modificados o tuneados.

Vimos la posibilidad de hacer este tipo de eventos, porque son autos con mucha historia, a los que la gente les guarda mucho cariño por todos los recuerdos que les generan”.

A la exposición de este año se estima que acudieron entre tres y cuatro mil asistentes.

-Emmanuel Rincón

 

 

DESDE LA INFANCIA, TRES VOCHOS EN SU VIDA

La vida de Aarón González Hipólito, está ligada a un vocho desde niño.

Recuerda que cuando cursaba tercero de primaria, su madre tenía un vocho, uno de los modelos de los años setentas.

Él y su hermana viajaban mientras su madre conducía el auto, desde Durango a la cabecera municipal de Guadalupe Victoria, ubicada a menos de una hora de esta capital.

Ahora tiene 37 años, y hace tres o cuatro años, se compró el último de los volkswagen que han marcado su vida, uno modelo 1998, “ese ya trae cosas eléctricas, del de mi mamá me acuerdo que traía las calaveras en las polveras y éste ya no”, dice mientras compara mentalmente los modelos que se llevan al menos tres décadas de diferencia.

Cuando era estudiante de la licenciatura en ciencias de la comunicación, se compró otro vocho, modelo 81 u 83 (no lo recuerda), sólo que para ese entonces su carro y él tenían la misma edad.

-Perla Cardos

 

CONSTRUYE EL VOCHO-HOTEL EN YUCATÁN

Su amor por el vocho y su espíritu aventurero hizo que Ramón Franco Torres recorriera gran parte del país en una casa rodante creada por él mismo y jalada por su volkswagen.

Nacido en la Ciudad de México emprendió la aventura hasta que llegó a tierras mayas, enamorado de la ciudad decidió comprar un terreno en medio de la selva; ahí construyó su casa y el Eco camping Valladolid, muy cerca de la zona arqueológica de Chichen Itzá.

Lo más peculiar del lugar es que Ramón acondicionó en vochos, habitaciones para otros viajeros.

Soy una persona viajera de bajos recursos, me la pase viajando con mi vochito, jalando mi casa rodante y un día dije porque no hacer mi propio camping y ayudar a los viajeros; se me vino a la mente la habitación dentro de un vocho, busque carros económicos y yo mismo los reconstruí y formé en habitación”.

El lugar tiene una extensión de 40 x 40 metros, cuenta con un cenote; áreas verdes, tiene gimnasio, área de cine, alberca ecológica, biblioteca, área para acampar y es para toda la familia, la zona es cien por ciento ecológica y auto sustentable.

Escogí un vocho porque soy amante de los vochos, son autos que están hechos de una manera muy particular, no pesan mucho, son compactos, no consumen mucha gasolina cuando están en buen estado; es un vehículo que me ha marcado para toda la vida, todo el lugar donde se han instalado es reciclado y cien por ciento auto sustentable, hacemos composta, tratamos el agua, es energía solar”.

La idea surgió para que viajeros que emprenden la aventura con pocos recursos puedan llegar a un lugar como Eco Camping Valladolid, vivir la aventura de dormir cómodamente en un vocho y disfrutar de la naturaleza, señala que los precios son desde los 200 pesos, un apoyo como le llama para darle mantenimiento al lugar.

Ahora cuenta con tres vochos para dormir, espera ampliar el número; hay un área para acampar; una combi que es la “suite” y ya trabaja para que una avioneta sea un tipo “departamento”.

Si alguien quiere vivir la experiencia de dormir en estos cómodos vochos pueden contactar a Ramón a través de la página de Facebook Eco camping Valladolid.

-Flor Castillo

 

SUEÑAN RECORRER MÉXICO CON EL TEAM PINK

Fernando, Marisol y la pequeña Mía combinan sus labores diarias con la incansable labor de remodelar el Team Pink, un volkswagen sedán modelo 1981 con el que pretenden recorrer la República Mexicana.

Es tanto el cariño que esta familia de Ciudad Victoria, Tamaulipas, siente por su vocho, que este año decidieron hacerle algunas modificaciones, entre las que destaca la pintura exterior en tonalidades rosas y blancas, así como los asientos.

Es uno de nuestros mayores sueños, recorrer todo el país a bordo de nuestro vocho, sabemos que no es un reto muy sencillo, por eso no nos desesperamos, ahorita estamos enfocados en su remodelación y en la formación de nuestra hija, el viaje se lo daremos de regalo a ella”, dijeron los jóvenes tamaulipecos.

La pareja tiene pasión por los volkswagen y relata que el obtenerlo les representó un gran esfuerzo.

Por ello le tienen un cuidado especial al que denominan Team Pink, vehículo a bordo del cual realizan sus diversas actividades siempre acompañados de la pequeña Mía.

-Héctor González Antoni

 

APRENDIÓ A MANEJARLO A ESCONDIDAS

A los siete años, vio por primera vez un vocho, un modelo 1976 cuando su papá lo compró para poder viajar en familia y durante cinco años a Simón, le gustaba sentarse atrás para poder observar como se manejaba.

A escondidas, a sus 12 años cuando supuestamente salía para lavarlo, en complicidad con su mamá, lo manejaba: “primero empecé a prenderlo, apagarlo, jugaba con la palanca y así poco a poquito, hasta que un día empecé a darle vueltas en la explanada de la unidad habitacional donde vivíamos, hasta que aprendí a manejar y llevaba a mi mamá al mercado”, recordó Simón López.

Aunque le habían prometido que a sus 15 años le regalarían un vochito, por cuestiones económicas, no lo tuvo, pero seguía soñando con tener uno, por lo que 20 años después tuvo la oportunidad de comprárselo.

Cuando trabajaba, un compañero tenía uno última edición 2004, lo supe porque tenía la placa en la guantera, está muy maltratado porque lo usaban diario, pero no me importó, sabía que podía restaurarlo”.

Así, cerca de dos años se dedicó a buscar refacciones para poder restaurarlo: de Monterrey, Michoacán y otros estados llegaba la defensa, los espejos y todos los accesorios que necesitaba, hasta que lo dejó como un auto de colección.

Es tanto su amor al vochito que en su cumpleaños 35, su esposa María Daisy Reyes en complicidad con sus sus padres Simón López y Adriana Camargo, le regalaron un pastel con la imagen del vochito que restauró, del mismo color e incluso hasta con el mismo número de placas.

A sus 37 años, Simón afirma que su volskwagen es su gran tesoro.

-María de los Ángeles Velasco

 

AMOR DESDE LA CUNA

El amor por la marca se va forjando desde la cuna, afirmó el ingeniero en sistemas, Fidel Chavarría Sánchez, propietario de dos volkswagen, uno de los cuales permanece en la familia desde que tenía la edad de dos años.

Se trata de un modelo 1967, el primer auto que llegó a la familia “por ahí del 77-78, cuando tenía dos años, en que lo adquirió mí papá”.

   

Este coche era de mi papá, viajábamos en él mi hermano, mis papás y yo. Llegamos a meter hasta ocho personas dentro, que ahora que lo veo no sé cómo le hacíamos para caber”, cuenta el habitante de Pachuca.

Chavarría Sánchez recuerda que a los 14 años aprendió a manejar en el vochito que ahora es color rojo coral, pero que originalmente era beige y pasó por azul claro.

Mi papá trabajaba en Sahagún, mi mamá me llevaba en el carro por él y me dejaba manejarlo al ir a recoger a mi papá.  Tenía como 14 años”.

Pero fue al ingresar a su carrera universitaria, en el  Instituto Tecnológico de Pachuca, “por ahí del 98,  que mi papá me lo hereda y en él me transportaba a la universidad”.

Por el uso, -continua- la unidad requería mantenimiento diverso. “Incluso no tenía piso y le teníamos que poner pedazos de madera para que nuestros pies no se fueran hacia abajo”.

Me hice el objetivo de que con mi primer trabajo lo arreglaría y mis primeras quincenas fueron para arreglar el coche hasta como se ve ahora. Podemos decir que el carro ha madurado con la familia, definitivamente no lo vendería”.

-Emmanuel Rincón

 

LO DEJABA PARADO POR FALTA DE GASOLINA

A  Jorge Humberto Vázquez Reyes, siempre le  gustaron los volkswagen sedán.

Alrededor del 93, yo adquirí el volkswagen 1965 , andaba buscando un 66, porque yo nací en febrero del 66, este automóvil, yo lo compré en estado normal en color paja. En aquel entonces a mi esposa, Isabel Cristina; mi primer hijo, Jorge, y mi segundo hijo, Diego Eduardo, les encantaba mucho subirse al vochito”.

Jorge relata que cuando lo compró no traía amortiguadores y se quedaba a veces sin gasolina porque no le funcionaban los medidores del tanque.

Cuando mi esposa estaba embarazada decía ‘oye amor no le des tan fuerte porque siento que se viene mi tercer hijo’”.

Prácticamente reconstruyó el automóvil, en aproximadamente dos años.

Al automóvil se le pusieron accesorios que no vienen de agencia, asientos de piel,  su motor 1100 original, sus caras blancas”.

Este automóvil me  ha dado muchas alegrías, mucha vida. Un día iba con ellos (sus hijos), me quedé sin gasolina y los niños puchando como podían entre lo que yo iba por la gasolina, me subo al automóvil y digo ‘este carro como me da lata’, y mi niño me dice ‘papá pero es muy divertido’”.

Al escuchar a su hijo le respondió “te lo regalo”.

Ahora, el pequeño Jorge ya tiene 26 años, terminó su carrera de diseño industrial y un día le ofreció el carro.

Me dice no papá ese no lo quiero agarrar porque es tuyo de colección”.

Tras la insistencia de su padre, Jorge hijo le respondió “pues sí  verdad es mío”.

-Karla Méndez

 

VW A TRAVÉS DE LOS AÑOS

26 de mayo de 1938

Inicia la construcción de la planta de Wolfsburg para la producción del Kdf-Wagen (Kraft durch Freude : “Fuerza a través de la alegría”) mejor conocido como el volkswagen.

 

26 de mayo de 1938

Durante la ceremonia de inauguración Hitler subió a un Kdf-wagen o vocho descapotable, conducido por Ferdinand Porsche.

 

1939

Se suspende la producción para ensamblar vehículos militares para la guerra.

 

1945

Se inicia la reconstrucción de la planta, dañada durante la guerra, y a finales del año se logra tener una producción de 58 escarabajos.

 

1946

A finales de este año se logró una producción de diez mil vochos.

 

1947

Inicia la exportación del vehículo

 

1954

El vocho es presentado en el país en la Primera Exposición de la Industria Alemana en la Ciudad de México y en la Carrera Panamericana.

 

1954

El auto conquistó y ese mismo año llega a nuestro país a través de concesionarias.

 

1955

Comienza a hacerse el ensamblaje del vehículo en la compañía Studebaker Packard de México.

 

1961

La producción se trasladó a las instalaciones de Chrysler Automex y Automóviles Ingleses.

 

1962

Se funda una planta propia de ensamble, Promexa (Promotora Mexicana de Automóviles), en Xalostoc, Estado de México.

 

15 de enero de 1964

Tras comprar Promexa, Volkswagenwerk AG (Alemania) decide mandar a México a un grupo de ejecutivos para integrar el primer Consejo Ejecutivo de Volkswagen en México.

 

1965

Inicia la construcción de la planta Volkswagen en Puebla.

 

23 de octubre de 1967

Salió de las líneas de producción el primer sedán ensamblado en las nuevas instalaciones de Volkswagen México, en Puebla.

 

30 de julio de 2003

El último sedán que se fabricó en el mundo salió de las líneas de ensamble de Volkswagen México, con dirección al museo VW en Wolfsburg, Alemania.