El Presidente Municipal me bloqueó en Twitter

Por Horacio Corro Espinosa

Para el 26 de febrero de 2018

 

Yo creí que teníamos un presidente municipal maduro, pero parece que no. Tampoco llega a verde, más bien, por sus berrinches, por su inestabilidad emocional, apenas si llega a un camotito.

Se desvaneció toda esperanza con este representante que se niega a escuchar lo que le dice su pueblo.

El mensaje que Aguirre Ramírez manda con el bloqueo a mi cuenta de tuiter, es cerrar oídos a cualquier voz y atrancar todo diálogo. Esa no es la forma para enfrentar una incomodidad. Es la certificación de su intolerancia.

Tal vez lo hizo ante su pobreza de diálogo, y para evitarse la fatiga de ya no leer nada de lo que yo escriba u opine.

Así también, se quitará la preocupación de imaginar si me gustó o no, lo que publicó en ese medio.

Igualmente, el bloqueo a la cuenta es el método más sencillo para que el bloquedor oculte sus tonterías y evite ser criticado. Puede haber otras razones.

Desconozco si otros compañeros periodistas hayan sido bloqueados por nuestro representante. Si es así, es claro que al presidente le incomodan ciertos críticos.

En realidad, tanto los periodistas como los tuiteros que usamos nombres verdaderos, o se les conoce personalmente a los que usan sobrenombre, sufrimos en las carnes muchos ataques, por eso entendemos los impedimentos a ciertas cuentas.

Al bloquearme el Presidente Aguirre, no está bloqueando a Horacio Corro Espinosa, sino a todos aquellos que llevan el registro de su pobre administración municipal.

El presidente Martín, está deshonrando su discurso, su palabra, pues es claro que no ha sido auténtico con lo que le ha dicho a la ciudadanía. Si la palabra, que el cimiento de todo, no la permite, mucho menos va a poder cumplir con lo que es transparencia. Así pues, se trata de una persona que no quiere rendir cuentas a quienes debe rendir cuentas: a los ciudadanos y a la prensa.

El Tuiter permite una interacción directa con todos, medio que hasta hace poco tiempo no existía.

Más allá de las ideas, convicciones o puntos de vista que tenemos cada uno de nosotros, siempre debe imperar el diálogo y las buenas formas. En las redes sociales también deben regir esos principios democráticos para que el intercambio sea enriquecedor para todos.

Pero cuando hay personas o funcionarios públicos que se niegan a reconocer eso, como el presidente municipal de Huajuapan de León, Martín Aguirre, no es más que su manifestación de no aportar nada, y romper el diálogo con cualquiera. Y esto es cierto, porque casi nunca recibe a nadie en sus oficinas ni le interesa nada. Nunca tiene tiempo para nadie, siempre está ocupado, menos para los intereses económicos de su familia o de sus organizaciones, o para andar ayudando a escuelas particulares y no donde le marca su responsabilidad.

El bloquearme es una grosería, una falta de respeto, no para mí, sino para la sociedad que él representa, pues debe recordar que se le encomendó ser nuestra cara.

Algunas personas han replicado en las redes sociales la imagen de la cuenta bloqueada por Martín Aguirre, y lo han hecho porque sienten que a ellos también se les despreció su palabra. No soy una sola voz, soy muchas.

El señor presidente prefiere ignorar toda crítica, toda voz que le perjudique el rostro con el mínimo soplido de cualquier palabra.

¿Alguien quiere hacerle una observación al presidente? Olvídense, él ya se cerró a toda idea, a toda opinión, a todo consejo.

 

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