El sueño de Charly: ‘quiero ser maestro de educación especial’

EXCELSIOR

Lamenta que sus profesores del CAED no puedan tener los recursos suficientes para su labor; el año pasado 7 de 10 asesores de donde estudia Charly se fueron por el retraso de pagos

CIUDAD DE MÉXICO

Sin poder ver, Charly sueña con convertirse en un maestro en educación especial.

Cuando estaba por terminar la secundaria, hace cinco años, el joven con debilidad visual quedó ciego, y a partir de entonces encontrar un lugar para poder continuar sus estudios se convirtió en un calvario, hasta que llegó al Centro de Atención para Estudiantes con Discapacidad (CAED) número 2 Lic. Jesús Reyes Heroles, donde estudia la preparatoria abierta.

Fue muy difícil, me costó mucho trabajo, me quedé un año sin escuela, porque acababa de quedar ciego y no tenía herramientas como el braille, pero junto con mi familia me di a la ardua tarea de buscar y por casualidad dimos con los CAED”, contó.

Para Charly, el CAED representa, de hecho, la única opción que tiene a nivel público para concluir el nivel medio superior, ante la falta de una verdadera inclusión educativa en el país.

“A nosotros como personas con discapacidad, se podría decir, que no se nos dan los mismos derechos a la educación como a cualquier persona, cuando se supone que la educación debe ser igualitaria. Por eso, mi motivación para seguir estudiando es ésa especializarme en educación especial e ir rompiendo este esquema que se tiene de que a las personas con discapacidad se les manda a una escuela especial y ¡no!, ¡no señor! eso no debe ser”, reprochó.

Los CAED, que existen desde hace una década, atienden a población con discapacidad visual, auditiva, motriz, sicosocial y mixta, desde recién egresados de la secundaria, hasta adultos que tienen la necesidad de reanudar sus estudios de nivel medio superior, en un esquema de preparatoria abierta.

Charly está a punto de terminar los 22 módulos de plan de estudios del CAED, para obtener su certificado de bachillerato, sin embargo, le preocupa que la situación de retraso de pagos a sus asesores educativos, lo pongan en riesgo.

“Estoy muy preocupado, porque como a nuestros asesores se les paga de manera irregular, a nosotros como estudiantes esta situación nos está retrasando, porque implica que tenemos asesores que aprenden braille, lengua de señas y que luego se hartan y se van y entonces tiene que volver a venir otro asesor que tiene nuevamente que aprender todo”, reclamó el estudiante de 19 años.

Tan sólo en el CAED donde Charly estudia, el año pasado, de un total de 10 asesores, siete se fueron por el retraso de pagos, de acuerdo con Martha Tapia, responsable del centro.

“Al no tener nosotros una plaza como tal, al no tener prestaciones, al tener siempre que estar esperando el pago, porque cada año es lo mismo hay que esperarse a que liberen el presupuesto, entonces no hay personal que te soporte esas condiciones, es la realidad y un asesor que ya recibió capacitación o al menos ya se capacitó dentro del aula, pues todo ese trabajo que venía elaborando se va a la basura y los más afectados son los estudiantes”, señaló Tapia.

“Sería padrísima la verdadera inclusión, esto significaría que el joven con discapacidad auditiva llegara a un aula regular y tuviera un intérprete en el salón de clases, pero estamos hablando de que tendrían que suceder muchas cosas, tendríamos que tener un plan integral para que tanto los maestros del sistema escolarizado y los administrativos tuvieran una capacitación en lengua de señas, por ejemplo, para una verdadera inclusión creo que todavía tiene que pasar mucho tiempo y mientras estamos nosotros que somos muchas veces una única opción”, agregó.

 

SIN ALTERNATIVA

Para Claudia Sandoval, mamá de Jorge Israel Solís, un chico con discapacidad intelectual de 18 años, no hay más alternativa que un CAED para su hijo y por eso le angustia la situación que enfrentan los asesores. Teme no encontrar otro sitio.

“Es un chico al que le cuesta muchísimo trabajo aprender y la verdad cuando lo aceptaron aquí en CAED empezó a avanzar y quiero pedir con mucho respeto que les paguen a los asesores, porque sin su ayuda la verdad es que nuestros hijos estarían retrocediendo”, comentó.