Estamos al pendiente para no perder lo último, nuestras vida: afectado en Juchitán

 

Pedro Parola

Las noches en Juchitán se han vuelto una pesadilla para cientos de familias de este municipio afectado por el terremoto de 8.2 grados Richter que sacudió este jueves a 11 estados de México.

Por un lado, los ciudadanos están al pendiente de las réplicas constantes que sacuden el municipio en cada momento y por otro, de la delincuencia que sigue haciendo de la suya a pesar de la tragedia.

«Pendientes, esta temblando, despierten, despierten», dice Mario Luis Luna Robledo, joven de 33 años quien esta a cargo de 15 personas, 8 niños, 7 mujeres quienes lo perdieron todo y ahora duermen en la calle con miedo que una nueva réplica les quite lo último que les queda, su vida.

«Estamos con miedo, no hay luz, no hay agua, tenemos que un nuevo sismo ahora tire mi casa, esta, aquí donde nos quedamos todos. Tratamos de que los niños estén en confianza, que las mujeres no tengan miedo, ahorita más que la delincuencia vuelve hacer de las suyas», refiere.

En su discurso entrecortado, lamenta que no se garantice la seguridad, que no lleguen las ayudas, y que los niños duerman en las banquetas, en la calle.

«A nosotros nos fortalece que estamos bien, pero hay muchos daños, requerimos de apoyo», reitera.

Mario Luis Luna Robledo perdió parte de su domicilio, una casa de dos pisos que presenta fisuras y ya no es habitable.

«Solo una parte de mi casa esta parada, lo otro esta a punto de caer, pero vamos a seguir a lente, que ahorita seguimos con vida», indica.

Dentro de sus actividades por la noche, Mario es quien se queda de vigilante «vemos quién anda por las calles, alumbramos para que los carros respeten a nuestros paisanos, hay delincuencia y buscamos protegerlos de un asalto, de un robo», dice mientra a su lado pasa un vehículo de la Secretaria de la Defensa Nacional.

«Es el primero que pasa desde el terremoto, necesitamos más, la rapiña se puede hacer presente», reconoce.

Así como Mario, en centenares de casas la situación es igual, durmiendo en la calle, pendientes de los niños, quienes de un techo digno, ahora pasan al reflejo de la luna.

«Esta lloviendo, hay que taparse de la lluvia, adentro de la casa, no se duerman y estén pendiente de los niños», dice en indicación a las madres de familia.

En su casa la cena es un pan tostado, «un pan y un vaso de café se les puede dar, de lo demás hay que esperar», detalla.

A tres días del terremoto se reportan 71 muertos y 800 mil damnificados de 41 municipios en Oaxaca por el terremoto.

Estamos platicando con Mario, sin embargo una nueva réplica lo alerta, «a pararse señores, esta temblado, arriba, vamos», se le escucha decir.

Esa nueva réplica provoca el cierre de la conversación y despide diciendo, «bueno amigo los dejo, que esto tiene que seguir».

Se levanta y camina bajo la obscuridad de la noche, vigilando a los suyos, a los niños y niñas que por esta noche confían en él.