Evolución de artistas y público se muestra en libro del Vive Latino

EXCELSIOR

Entrevistas con artistas, fotos testimoniales y datos del «backstage» del festival fueron recabados por Print Matters

CIUDAD DE MÉXICO

La editora invitada en el libro “20 años del Vive Latino”, Alejandra Jarillo, explicó que diversos artistas que han participado contaron las anécdotas que han vivido, lo cual también es un pretexto para hablar de la condición del rock nacional y del rock latinoamericano en México.

Me sorprendió que en las entrevistas que hicimos a todos les dio mucho gusto rememorar, tuvieron que irse 20 años atrás algunos de ellos, y decir cuando a mí me invitaron a un festival no entendíamos bien de qué se trataba, igual no nos interesaba mucho, pero ya cuando estábamos ahí nos dimos cuenta de lo que significaba por primera vez participar en un festival”, contó.

La joven recordó que en 1998 no había precedente en México de un Festival, cuyos inicios pueden referirse a los conciertos que se hacían en Ciudad Universitaria a favor del Zapatismo, cuando irrumpe en 1994 y un año después bandas mexicanas comenzaron a juntarse para tocar en el estadio de práctica de CU.

Festival Vive Latino celebra 20 años con libro conmemorativo 

Ese es un posible antecedente del Vive Latino, bandas que cantan en español y que tienen el objetivo de ayudar, en esa época a las comunidades chiapanecas, de hecho, cobraban un kilo de arroz o de frijol o un Zapata, en esa época todavía se usaban los billetes de 10 pesos, y fue cuando se juntaron por primera vez varios grupos para hacer un festival”, expuso.

Sin embargo, fueron acciones que no duraron mucho, hasta que apareció el Vive Latino, cuya convicción era enaltecer el rock en español, pero años después se comenzaron a introducir bandas anglosajonas y música regional, trayecto que señaló, no ha sido fácil.

Al principio había muchos cuestionamientos, incluso se decía que ya no era tan latino o decían que Los Ángeles Azules no iban al caso, pero es justo parte de la evolución del festival, antes era un ‘statment’ decir solo la música en español, pero ahora creció tanto que ya se puede abrir a cualquier tipo de género”, detalló.

Alejandra Jarillo también consideró que ha habido una evolución por parte del público, el cual al principio “estaba muy loco, como que iba a soltar mucha adrenalina, incluso aventaban cosas al escenario y bajaban algunos artistas”.

No obstante, destacó que ahora hay mucha tolerancia y si a la gente no le gusta alguna banda o artista, tiene la opción de cambiar de escenario; tampoco existe tanta agresividad, e incluso antes acudían más hombres que mujeres y ahora es lo contrario, además ya existe una parte especial para niños, por lo que es más familiar.

Eso habla mucho de cómo ha evolucionado el festival, la música, pero también el público, y no sólo en el contexto del Vive Latino, si no que se sabía que el público mexicano no se sabía comportar mucho en los conciertos porque eran un pretexto para desfogar otras cosas; sin embargo, festivales como el Vive también nos han hecho dar cuenta de que como público hemos evolucionado y somos exigentes”, reiteró.

Otra parte que dijo le sorprendió es que el público que va al festival es muy auténtico, ya que ahora existen muchos festivales y todos tienen su tipo de público, pero los asistentes al Vive Latino son más honestos y reales, e incluso se han convertido en un parámetro para todas las bandas, en donde se dan cuenta de saber si funcionan o no.

Muchos confesaron que se mueren de miedo cuando suben al escenario del Vive Latino, porque cuando hacen un Auditorio Nacional u otro recinto vas con tu público y sabes que te va a apoyar y que quieren verte, pero cuando vas al Vive latino y ves 80 mil personas, que además están enardecidas porque vienen a divertirse muchísimo, si impone y se vuelve como un reto mantener el ritmo del festival”, relató.

Es así como funciona el Festival como un medidor de cómo va su carrera, si a la gente le interesa o no, si se prenden con las canciones, por ello es que para el libro le contaron a Alejandra que también se mueren de nervios cada vez que pisan un escenario del Vive Latino, cuando se podría pensar que ellos van tocar y la pasan muy bien.

Detalló que para ella fue muy padre la idea contar como se creó un festival como el Vive Latino y entre las alrededor de 25 personalidades que le tocó entrevistar están roqueros, desde Vicentico hasta Rubén Albarrán y León Larregui, pasando por Alex Lora y Natalia Lafourcade.

El Festival se puede desmenuzar en muchos aspectos, no sólo es la parte de la música y los headliners y las bandas más pequeñas o las emergentes; o a lo mejor esta parte que tienen de que ahora meten documentales, stand up comedy, o diversas actividades, sino todo lo que significa montar el festival, desde los escenarios, las luces, gente que trabaja atrás, el sistema de audio”, relató.

Alejandra, quien además de los textos se encargó de la edición y coordinar el proyecto, también entrevistó al creador y director, que es Jordi Puig, quien les dedicó toda una tarde para contarnos desde el día uno del festival hasta los 20 años que ahora cumple.

Pero también a la gente que está detrás de ello, conocimos a Itzel González y a Lourdes Skipsey, quienes son la promotora y la productora de los festivales, y puedo decir que fue una gran sorpresa para mí conocerlas porque son chavas que se avientan una labor titánica”, reconoció.