Exhiben pintura callejera en el Festival de Cultura del Caribe 2015

1345232Una muestra de óleos y tapetes de creadores anónimos haitianos se encuentra en un recinto de Chetumal

Cuando el ministro de Cultura de Francia, André Malraux, visitó Haití quedó sorprendido. “Aquí vive un pueblo de pintores”, dijo al ver la infinidad de obras que de manera empírica producían los pobladores. Fue a partir de 1940 cuando la pintura haitiana comenzó a llamar la atención: encantado por el colorido y destreza del pincel caribeño, el profesor estadunidense Dewett Peters fundó en 1944 el Centro de Artes de Puerto Príncipe.

El arte haitiano se desarrolló en dos vías, una producida por los artistas que comenzó a atraer el espacio fundado por Peters, y otra que sigue con gran vitalidad hasta hoy y que se conoce como arte de callejón. “Está hecha por pintores desconocidos, que nunca fueron a una escuela de pintura, es un ánimo que tienen en el corazón por pintar; a veces son analfabetos, es una obra de calle, que se hace en la calle, se vende por la calle y se nutre de la calle”, explica el embajador de Haití en México, Guy G. Lamothe.

Al diplomático ha correspondido inaugurar la exposición Pintores de callejón y banderas vaudou, que se presenta como parte de las actividades del Festival de Cultura del Caribe 2015 La Mar de las Artes. En total se trata de más de 30 óleos e igual número de banderas o tapetes que se utilizan de manera ritual en la religión vudú y que se exhiben en el Museo de la Cultura Maya de la ciudad de Chetumal, uno de los 10 municipios de Quinta Roo en los que este año se ha llevado a cabo el encuentro artístico que concluye hoy.

El arte haitiano, dice Lamothe, “no respeta normas formales de la pintura, pero tiene mucho colorido y se realiza con gran habilidad; aparecen escenas de mercados, peleas de gallos, escenas que toda la gente vive diariamente”. Aglomeraciones, mujeres que destacan por el color de su piel entre los productos que ofrecen en los mercados o paisajes costumbristas que muestran el día a día de una Haití aun rural.

El mismo colorido, destaca en las banderas vudú o drapós. Aparentemente estos tapetes de tela brillante, adornados con lentejuelas y chaquiras, pueden no tener sentido pero para los haitianos cobran un valor simbólico además del planteamiento estético que ofrecen. En Haití, dice el diplomático, “98% de la población practica el vudú, una de las religiones oficiales. Como todas las religiones, tiene sus banderas, la bandera es una especie de unión, de saludo para la gente”.

“No son obras que se realizan con maquinaria; dentro de la confección de esas banderas hay sincretismo y un poco de misterio del vudú como existen en la religión católica, son símbolos de personas que bailan y pueden hacer los dibujos con los pasos al bailar; esto se llama vevé”.

El V Festival de Cultura del Caribe tuvo a Cuba como país invitado. Para crear nuevos públicos y ampliar la oferta cultural a todo el estado, se realizó en los 10 municipios de la entidad: Othón P. Blanco, Bacalar, Carrillo Puerto, Morelos, Tulum, Solidaridad, Cozumel, Benito Juárez, Isla Mujeres y Lázaro Cárdenas.