Juan Carlos Laguna, al poeta del silencio

EXCELSIOR

Con un nuevo disco, que incluye 12 piezas de distintos autores, el guitarrista mexicano tributa al compositor japonés Tōru Takemitsu

CIUDAD DE MÉXICO.

Renombrados compositores como Atanas Ourkouzounov, Yukiko Watanabe, Hebert Vázquez, Sergio Ocampo, Francisco Villegas, Marco de Biasi y Martín F. Ackerman, crearon 12 piezas inspiradas en la geografía japonesa y en la obra musical del japonés Tōru Takemitsu (1930-1996), considerado el más destacado compositor nipón de la mitad del siglo XX.

El trabajo fue compilado en el disco Silencios interrumpidos Vol. 1, grabado por el guitarrista mexicano Juan Carlos Laguna y que ya ha comenzado a circular en México.

Se trata de un homenaje para el más occidental de los compositores japoneses, el creador que al igual que Manuel M. Ponce, hizo grandes aportaciones para el mundo de la guitarra, además de ser considerado uno de los compositores que unió lo mejor de la música tradicional japonesa y de la música clásica occidental.

La mejor forma de definir a Tōru, explica Juan Carlos Laguna en entrevista con Excélsior, es como Leo Brouwer lo hizo: “Tōru es el poeta del silencio’, porque su virtuosismo no viene en el sentido tradicional del movimiento o la velocidad, sino desde el silencio”.

Una de las mayores virtudes de este compositor, explicó, es que involucra el silencio como un sonido, lo que marcó un punto fundamental en su música.

De ahí viene el título del disco porque la música es una especie de silencio interrumpido, un sonido en un mar de silencio. Esa es la visión de Tōru. Él asemejaba la música al acto de caminar en un jardín, donde se pueden apreciar los colores y los sonidos, en un jardín tradicional del Japón. Sin embargo, en Tōru es mejor escuchar lo que no te dice para saber quién es”, dice el guitarrista mexicano.

Takemitsu, recordó Laguna, no fue un compositor que estudiara de manera formal en alguna academia, sino que se instruyó de manera autodidacta, influenciado por el jazz que escuchó en su infancia. Esto hizo que su trabajo mantuviera, a lo largo de toda su vida, ecos del jazz y de la música impresionista francesa, específicamente de Claude Debussy y Olivier Messiaen.

Sin embargo, el guitarrista conoció a este compositor en 1992 tras el concierto de clausura del Festival Music Today, famoso por presentar música contemporánea y de Johann Sebastian Bach.

Aquel festival duró 20 años y a mí me tocó la suerte de estar en la clausura del último festival que él organizó; fue un momento en que estaba asediado, pero me impactó mucho conocerlo en persona”, recuerda.

Silencios interrumpidos Vol. 1 es una producción independiente que contó con el trabajo de Francisco Villegas y Sofía Rulloni, quienes estuvieron a cargo de la grabación, el arte y el diseño del álbum. Además, se trata del primero de dos volúmenes que honrarán al creador japonés. El siguiente saldrá el año próximo e incluira obras dedicadas al ensamble Nomad, del guitarrista Norio Sato.

VIENTO MEXICANO

Norio Sato –quien es considerado uno de los artistas más destacados de Japón y fundador del mítico ensamble Nomad–, opina que con este disco “Juan Carlos Laguna recreó y le volvió a dar vida a la música de Takemitsu. Así es como pudimos volver a escuchar el hermoso eco del sonido de Takemitsu, el cual se lleva al mundo como una carta a través del viento mexicano. En otras palabras, Takemitsu murió en Tokio y renació en México”, dice.

Laguna reconoce que este ejercicio musical no sólo le permitió una conexión atemporal con el compositor japonés, sino una retroalimentación que combina la creatividad de ambos creadores.

Siempre que estás tocando hay una retroalimentación que sale del sentimiento o de la creatividad de otro, donde tú te creas a través de él y donde el instrumento es un medio de comunicación que te permite expresar la partitura que recreas. Por eso era importante darle vida a la partitura, porque sin eso, sólo se trata de letra muerta”, expresa.

Pero cuando se trata de una obra nueva, como en este caso, la primera versión siempre será muy importante, así que debes echar mano de tu experiencia en la creación de música que no ha sido interpretada antes, donde incluimos doce obras de importantes compositores de todo el mundo y una más de Tōru”.

–¿Con este disco aspira a dejar una huella en la historia de Takemitsu? “Dejé una marca en el sentido de que hay un tema que le da una unidad a estas obras porque todas tienen que ver con el compositor. Digamos, tú convocas a un grupo de compositores a que escriban en torno a un compositor importante que dejó un gran legado”, responde Laguna.

Así aparecen piezas como la del italiano Marco de Biasi, “quien construyó una obra muy viva porque no quería hacer un homenaje luctuoso ni triste, o la de Watanabe que tiene una fuerza interior muy distinta a todas las demás. La idea fue abordar distintos ángulos en torno a la figura de Takemitsu, desde la visión de cada compositor”.

–¿Cuál pieza está más cercana a la técnica de Takemitsu? “La de Atanas Our-
kouzounov es la que más se asemeja al estilo. Quizá porque él está casado con una japonesa o porque ha vivido en Japón, mientras que los demás sólo lo conocieron de lejos”.

En este momento Laguna se encuentra en la Facultad de Música de la Universidad de Toronto, donde iniciará la cátedra de Lectura a primera vista, una herramienta para jóvenes guitarristas que también abrirá el próximo año en México, en la Facultad de Música de la UNAM.