"La Chula", foro móvil para comunicar la literatura y el arte

literaturEs mediodía. Antonio Calera-Grobet abre la puerta del garaje de su departamento en la colonia Narvarte. Sube a La Chula —una combi de 1971, pintada de amarillo y blanco— y la saca del lugar. En su interior se encuentran los poetas Gerardo Grande, Genaro Ruiz Chávez de Oviedo y Emmanuel Vizcaya.
Se dirigen al Parque de los Venados. Toman avenida Universidad y atraviesan la glorieta de Vertiz hasta llegar al lugar. La combi viene cargada de libros, mesas y bancas con las cuales pretenden amenizar la tarde de la gente que disfruta del sábado.
La Chula (también acrónimo de Comunicación Humana, Letras y Arte) es un experimento de descentralización cultural, coordinado por Calera-Grobet, director del Centro Cultural Hostería La Bota, que en cualquier plaza, parque, alameda, jardín o delegación del Distrito Federal promueve distintas actividades artísticas. Para allegarse libros han acudido a editoriales, quienes les han prestado materiales de sus fondos para echar a andar la propuesta.
Una vez llegados al parque, Antonio y sus acompañantes se estacionan en la calle Miguel Laurent. Se instalan. Chávez de Oviedo invita a la gente a que se acerque al lugar, para lo cual emplea un megáfono, mientras que sus compañeros colocan los libros sobre la mesa que llevan, abren las bancas plegadizas y preparan café.
El primero en leer es Antonio. Con su nuevo libro, Yendo, intenta aproximarse al poco público. Al terminar dice, en una breve entrevista con MILENIO, que este ejercicio fue su bautizo, y que habrá que esperar un tiempo para que se noten los resultados que pretenden lograr: “Acercar las distintas actividades artísticas al público”.
Gerardo Grande recita algunos versos de su libro Canto de mi árbol en el incendio: “La Chula me gusta, entre otras cosas, porque es un foro móvil que permite transportar a dos, tres o cuatro poetas para que lean en diversas plazas, acompañados de diversos insumos; además, porque nos ayuda a reinterpretar los espacios públicos e incidir en ellos”.
Genaro Ruiz Chávez de Oviedo es el tercer escritor en leer un poema. Él lo hace con el verso “Las cartepillar están durmiendo’, del libro Andar el relámpago: “Este es un espacio disponible, en este momento para nosotros, pero más adelante puede ser un lugar donde se les den oportunidades a escritores nuevos. Puede ser un espacio que cree empatía para producir nuevos proyectos”.
Aunque la mayoría de la gente que anda en bicicleta pasea a sus perros, corre o camina por el parque no hace caso de lo que pasa frente a La Chula, hay quien, de manera despistada o no, se acerca al canto poético de estos artistas. Uno de ellos es Francisco Díaz, el cual considera que promover este tipo de propuestas es importante en un país que carece de espacios para la cultura: “Todo en la vida es arte, tanto lo que se promociona en este foro como los muchachos que juegan futbol frente a nosotros. Todo ayuda a construir sociedad civil”.
La tarde concluye con la participación de Emmanuel Vizcaya. Él lee los versos de “Replantear el mundo” del libro NEO/GN/SYS. No ha llegado tanta gente. Pero para los participantes este ha sido un buen experimento para ver cómo puede reaccionar la gente ante un proyecto así.