La obra ‘¡Maldito sea el traidor a su patria!’ se presentará en el marco del Cervantino

EXCELSIOR

Se escenificará hoy viernes en el Teatro Principal de Guanajuato, en el marco de la edición 46  del Festival Internacional Cervantino

GUANAJUATO.

El lenguaje de la violencia es universal, afirma Oliver Frljic, director de la obra ¡Maldito sea el traidor a su patria!, que “ilustra cómo funcionan esos pequeños fascismos que vemos brotar por todo el mundo”, agrega Tibor Mihelic, timonel del Teatro Mladinsko.

Ambos teatreros reflexionaron  ayer sobre una de las dos obras que evidencian el tipo de arte que se realiza actualmente en la antigua Yugoslavia, integrada hoy por siete países, y qué temas preocupan a las nuevas generaciones de creadores que, en palabras del especialista Giorgio Ursini, “tardarán en olvidar” lo que pasó durante la Guerra de Bosnia, que cobró unas cien mil víctimas entre 1992 y 1995, desplazó a cerca de dos millones de personas y enfrentó a las familias entre sí.

Tras este conflicto fratricida, volvió un movimiento cultural importante. El teatro y la danza se convirtieron en terapias estupendas”, añadió Ursini, quien también presentó al Ballet del Teatro Nacional de Eslovenia Maribor, que traen a México una “propuesta arriesgada” de La consagración de la primavera, de Igor Stravinsky, en la que el coreógrafo rumano Edward Clug introduce el agua, “un elemento que da mucho miedo a los bailarines”.

¡Maldito sea el traidor a su patria!, que se escenificará hoy viernes en el Teatro Principal de Guanajuato, en el marco de la edición 46  del Festival Internacional Cervantino, retoma su título de la última estrofa del antiguo himno yugoslavo para hablar de esta región atravesada por la guerra y que se ha presentado en diversos países durante los últimos nueve años.

La idea es ver qué se conserva en la memoria colectiva de lo que pasó en el país en los años noventa y si existen deseos de reunificarlo”, explica Oliver Frljic, quien aclara que en el inicio de la pieza no siguen un texto escrito, sino que se empieza improvisando a partir de las experiencias personales de los actores.

Cuando hablamos de fascismo se piensa en la Segunda Guerra Mundial y los campos de concentración alemanes, pero aquí tienen a un país vecino al que le gustaría hacer de México un gran campo de concentración”, advirtió.

El director escénico destacó que, tras llevar esta obra por prácticamente todos los continentes e interactuar con los diversos públicos, descubrió algo que no sabía: “Que la democracia puede servir para legitimizar al fascismo y  que esa misma democracia es débil cuando se enfrenta a éste”.

En rueda de prensa separada, el mismo Giorgio Ursini introdujo al Ballet del Teatro Nacional de Eslovenia Maribor, que se presentará dos piezas hoy viernes y mañana sábado, a las 20:00 horas, en el Auditorio del Estado.

El bailarín Alan Kavčič detalló que La consagración de la primavera es un ballet que siempre ha gustado a los más reconocidos coreógrafos, como Maurice Béjart y Pina Bausch, pero que, en esta ocasión, los bailarines enfrentan el reto de moverse en un escenario que siempre está mojado.

El agua simboliza el comienzo de la vida. En el escenario llueve todo el tiempo. Los bailarines se deslizan, a eso deben acostumbrarse. Y se logra tras varias horas de trabajo. El agua abre nuevas dimensiones a esta pieza”, comenta.

Este grupo, “líder en Europa que guarda un balance entre la música clásica, neoclásica y contemporánea”, interpretará además Stabat Mater, de Giovanni Pergolesi, que evoca el sufrimiento de María en la crucifixión de su hijo Jesucristo.

A decir del coreógrafo, la esperanza imbuida en la música de Pergolesi se compara con el amor y la angustia de la madre. Además de la referencia a las imágenes religiosas tradicionales, concluye, el contexto irónico de la vida cotidiana transforma las representaciones en un nuevo tipo de intimidad y atemporalidad de la danza.