Normalistas queman camionetas en Guerrero

Quema-camiones_MILIMA20150426_0122_8Tras participar en una marcha en la que exigieron la aparición con vida de los 43 estudiantes, los manifestantes se enfrentaron con policías en las instalaciones del Congreso.

Chilpancingo

La marcha en pro de la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa derivó en la quema de cinco camiones repartidores de alimentos chatarra, lo que motivó la intervención de policías antimotines; del estado y la federación para replegar a los manifestantes.

La confrontación se suscitó al término de la marcha que encabezaron padres de los 43 jóvenes desaparecidos en Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014.

La protesta por los siete meses de los ataques comenzó en la avenida de los Insurgentes, en la parte norte de la ciudad y avanzó hacia el lado sur, teniendo como punto final las instalaciones del Congreso local.

Al frente del contingente se colocaron los padres de los 43, con las imágenes de sus hijos y leyendas como «Fue el Estado» y «Te seguimos esperando».

Caminaron por las avenidas Benito Juárez, Ignacio Ramírez, Lázaro Cárdenas y llegaron hasta el punto conocido como El Trébol, lugar en el que se ubican las instalaciones del Congreso local.

En los accesos ya tenían ubicados cinco camiones distribuidores de alimentos chatarra, los cuales estrellaron contra los portones de metal para abrirse paso hacia el interior.

En el área del estacionamiento intentaron derribar un monumento, sin embargo la base de concreto resistió, dejaron la unidad trepada un una pequeña guarnición y colocaron bombas molotov en su interior.

En la explanada Benito Juárez también derribaron la estructura de metal, subieron una camioneta en la escalinata y la estrellaron contra los ventanales de cristal que resguardan la sala de Plenos.

Una vez colocadas en estas posiciones las unidades repartidoras de empresas como Marinela y Bimbo fueron incendiadas.

Del repliegue

Eran las 14:10 horas, las unidades ardían y grandes columnas de humo se levantaban en la parte sur de Chilpancingo cuando por el lado del río Huacapa llegaron elementos de la policía antimotines del estado.

Los estudiantes se alistaron para encararlos, tomaron piedras, palos, bombas molotov y se atravesaron sobre la vía pública para contener su avance.

Entonces los antimotines lanzaron granadas de gas lacrimógeno, lo que propició que los normalistas y activistas de organizaciones sociales comenzaran el repliegue hacia la lateral del boulevard Vicente Guerrero.

Los antimotines establecieron un cerco de seguridad, pero al observar que los jóvenes no regresaban para confrontarlos simularon que se retiraban.

Hubo una tregua de media hora que permitió la operación de bomberos municipales y del estado, que respaldados por personal de Protección Civil sofocaron el fuego de las unidades, que quedaron en condiciones de pérdida total.

Casi a las 14:40 los normalistas se reagruparon y se dispusieron a regresar para recuperar el control del Congreso, lo que inhibió el trabajo de los bomberos y brigadistas de Protección Civil.

Casi de inmediato reaparecieron policías antimotines, aunque en la segunda ocasión los estatales estaban respaldados por elementos de la federación y el nivel de agresividad que se mostró fue mayor.

Tras un breve intercambio de proyectiles se generó una persecución en dos direcciones, la más fuerte estuvo dirigida hacia la avenida Ruffo Figueroa, lo que implicó a travesar los carriles centrales que del boulevard Vicente Guerrero, que se enlazan con la Autopista del Sol.

Aunque la intervención policíaca generó expectación, no se reportaron detenciones ni lesionados, entrada la tarde los jóvenes regresaban hacia su plantel ubicado en el municipio de Tixtla.