Normalistas y la Ceteg radicalizarán protestas

normlistasA horas de que se cumpla un mes de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg) y alumnos de la escuela acordaron radicalizar hoy sus protestas, con la toma de aeropuertos y casetas de cobro y cierre de carreteras en al menos cinco estados del país.
En un plan de acción conjunto  dado a conocer ayer por la tarde, la Ceteg y estudiantes determinaron “el cierre de las principales carreteras y aeropuertos” en Guerrero,  Morelos, Oaxaca, Michoacán y el Distrito Federal para el domingo 26 de octubre; el lunes se continuaría con el cierre de instituciones bancarias en territorio guerrerense.
Para el 29, 30 y 31 de octubre se convocó a un paro nacional de 72 horas en el que participarán todas las secciones que integran la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, además de que el 30 se tiene programada una marcha en Chilpancingo.
Justo el mismo día en el que fueron dadas a conocer las nuevas acciones de protesta bajo una línea más radical, normalistas rurales saquearon ayer por la mañana dos establecimientos comerciales de Chilpancingo, paralizando todas las tiendas departamentales de la ciudad por varias horas y generando el despliegue de cientos de policías antimotines para evitar disturbios en distintos puntos.
La protesta arrancó a las 09:15 horas, cuando decenas de estudiantes arribaron a las instalaciones de Aurrerá y la Comercial Mexicana, en el lado sur de Chilpancingo. En un principio se limitaron a restringir el paso de los consumidores, alentándolos a reorientar sus compras al mercado tradicional, donde expenden sus productos los comerciantes locales.
Para las 11:00 horas, mientras sus compañeros piqueteaban las tiendas, grupos de tres y cuatro jóvenes se presentaron en las emisoras de radio más escuchadas en la ciudad y solicitaron unos minutos al aire. En su mensaje, invitaron a la población de la ciudad a dirigirse a ambos centros comerciales, donde estaba por iniciar un “mercado popular”.
“En estos momentos estamos ubicados en las instalaciones de Aurrerá y la Comercial Mexicana, invitamos a la población a que haga acto de presencia y se sume a nuestras movilizaciones; todo lo que saquemos será completamente gratis”, dijeron.
Cuando el mensaje terminó de transmitirse la actitud pasiva del cierre de los piqueteros pasó a otra etapa: los estudiantes se abrieron paso violando las cortinas de metal con barretas y comenzó el saqueo de ambos negocios, de la misma forma que ya ocurrió hace unos días en Iguala.
Ropa, aparatos eléctricos y artículos de la canasta básica fueron sacados en carritos de metal para colocarlos sobre las aceras, invitando a los transeúntes a que los tomaran. Algunos lo hicieron, mientras que otros que observaban los hechos reprocharon airadamente lo que sucedía.
“Eso no se vale, ya es cometer un delito”, gritaron algunos testigos, a lo que los normalistas respondieron justificando que los perjudicados en realidad son los dueños del capital que no circula en Chilpancingo, dinero que se va de la ciudad y que se distribuye en otras partes del país.
Los estudiantes volvieron a  la normal rural con varios vehículos cargados de alimentos y algunos enseres domésticos. A su llegada, fueron reprochados por los padres de familia de los 43 desaparecidos.
El saqueo de ambas tiendas caló en el resto de los comercios de la ciudad. Muchos bajaron cortinas. Otros pidieron apoyo al gobierno estatal. La tienda Soriana, ubicada a un costado del Palacio de Gobierno casi de inmediato fue resguardada con policías antimotines. Pasadas las 12:00 horas, siete patrullas de la Fuerza Estatal circularon los establecimientos de manera preventiva.
Como resultado de las irrupciones y de cara a la radicalización anunciada para este domingo, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del gobierno puso en marcha un operativo de “resguardo y disuasión”, en el que participan más de mil 500 elementos policias antimotines y operativos, con la intención de evitar que haya más saqueos.
Vía comunicado, la dependencia indicó que dichos elementos resguardan instalaciones estratégicas y de alta concentración social en las principales ciudades del estado, principalmente en Chilpancingo, Acapulco y Zihuatanejo.