‘Nunca imaginé estar en las grandes ligas’: Samantha Bricio

EXCELSIOR

La tapatía Samantha Bricio se ha convertido en una de las celebridades del campeonato turco. Pertenece al Fener-bahçe de Estambul y la buscan clubes de la Liga de Italia
La tapatía jugó con el club Imoco Conegliano de Italia, antes de firmar en Turquía / Fotos: @FBvoleybol

¿Qué hace una mexicana en Estambul?, se le pregunta vía telefónica a Samantha Bricio, a 11 mil 500 kilómetros de distancia y en fechas en las que equipos femeninos de Turquía e Italia se enfrentan por el pase a la final en la llamada Champions League europea de volibol femenino.

La tapatía de 24 años y 1.88 metros de estatura responde sin pensarlo dos veces: “desgraciadamente, en México no tenía mucho por hacer como jugadora de voleibol y soy la única mexicana que juega en Europa”.

Samantha es la estrella del Fenerbahçe, un equipo femenino integrado por turcas, una serbia, una búlgara y una cubana, en un país en donde las jugadoras de voleibol son casi tan famosas como los futbolistas, sus partidos se difunden en televisión y son entrevistadas por los cronistas deportivos de los distintos diarios del país.

Para darnos una mayor idea del valor de la liga turca de voleibol femenil, Samantha nos comenta que “las jugadoras estrellas en Turquía ganan entre 200 mil y 500 mil euros por temporada. La mejor es la china Zhu Ting, del Vakifbank de Estambul, quien mide 1.98 metros de estatura, fue oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 con su país y tiene un salario de 1.3 millones de euros al año (unos 24 millones de pesos).

Usted es la estrella del Fenerbahçe.

Soy todo terreno, pues recibo, remato y bloqueo. Mi posición se llama esquina y es a la que se le paga mejor. Al libero, que sólo entra para defender, se le paga menos.

¿Cómo llegó a Europa?

Jugaba volebol en Guadalajara, fui seleccionada a los 13 años y pronto conseguí una beca para la Universidad del Sur de California, donde estudié sicología. Fui muy afortunada porque a Estados Unidos van visores europeos para reclutar jugadores de ambos sexos. Primero me fui al Imoco Conegliano, cerca de Venecia, donde ganamos la Serie A, un Copa y la Supercopa. Después de dos años, en 2018, el Fenerbahçe se interesó en mí.

¿La liga turca es de las mejores?

Y de las que pagan mejor a sus jugadores. Ahí está la china Zhu Ting, quizá la mejor del mundo, aunque ella cobra en millones de euros.

Es la única mexicana.

Es una lástima, pero sí. La otra mexicana que juega en el extranjero es mi amiga Alejandra Romero. Ella está en Puerto Rico.

Usted acaba de jugar la semifinal en la Champions League.

Lamentablemente perdimos precisamente ante mi exequipo, el Imoco Conegliano. Tuve sentimientos encontrados porque enfrenté a mis excompañeras. Me entró la nostalgia por los dos años que viví en Italia.

¿También le entra la nostalgia por México?

A cada rato. Entonces escucho música de Juan Gabriel, Luis Miguel y José José. También cargo en la maleta una salsa Valentina y, cada vez que puedo, visito a un chef en el consulado mexicano, quien me prepara tacos de suadero y pozole.

¿Habla turco?

Sólo unas cuantas palabras y con señas. A veces en inglés, pero los turcos no lo hablan tanto. Me  era más fácil vivir en Italia porque su idioma es más fácil de aprender. Lo bueno que en Estambul las películas que pasan en los cines son en inglés.

¿Y en el equipo?

Nos comunicamos en inglés y me junto mucho con una jugadora cubana (Melissa Vargas), así tengo la oportunidad de hablar en español.

¿Es reconocida en Turquía?

Me piden fotos y me hacen entrevistas después de los juegos, pero no es como en Italia. Allá te paran en las calles para el autógrafo, porque el voleibol se difunde casi como el futbol.

Imposible que eso suceda en México.

En México no se puede vivir del volibol, tampoco te conocen y menos te detienen para una foto.

¿Por qué no hay más Samanthas en Europa?

Hacen falta visorias y las que juegan voleibol se retiran muy pronto para seguir sus estudios. En Estados Unidos tienes la oportunidad de estudiar y jugar y, como te dije hace rato, llegan muchos visores. Las ligas europeas están llenas de centroamericanas, estadunidenses y chinas. Hay pocas brasileñas, porque su país sí se preocupa por el crecimiento de su liga.

Tengo entendido que usted podría regresar a Italia.

Tengo varias ofertas en Europa y una es para el equipo Savino del Bene Scandicci. Hace un par de semanas las derrotamos en cuartos de final en la Champions League. Estamos analizando mi futuro a corto plazo y es posible que regrese a Italia. Me sienta mejor vivir allá y hay una mejor oferta económica.

En Italia la consideran una estrella.

Eso espero. Tengo 24 años y puedo dar todavía unos diez más.

¿En el futuro, se mira en México como entrenadora o directiva?

No lo creo. Me podría quedar a vivir en Italia, no lo sé.

¿Cuál es el sueño que le hace falta?

Jugar unos juegos olímpicos.

¿Se mira fuera de la duela?

Quiero estudiar una maestría en criminología, porque el volibol no será para toda la vida.

¿Qué se siente jugar una Champions League?

Nunca me imaginé que iba a estar en las grandes ligas. Es una gran responsabilidad y espero ser un ejemplo para que vengan más jugadoras mexicanas.

¿Hay otras mexicanas con calidad?

Hay mucha calidad, lo que hace falta es visoria y más atención a las promesas.

El Fenerbahçe y sus cinco títulos

El club Fenerbahçe tiene residencia en Estambul y es el tercero más ganador en la liga turca de voleibol femenil, con cinco títulos (2009, 2010, 2011, 2015, 2017).

Tiene en sus filas a turcas, una serbia, una búlgara y una cubana.

Esta temporada firmó a la mexicana Samantha Bricio y llegó a semifinales en la Champions League, en donde quedó fuera ante el club italiano Imoco Coregliano.

El club más ganador es el Eczacıbaşı con 17 galardones y en segundo se encuentra el VakıfBank de Estambul con nueve títulos. En dicho conjunto juega la china Zhu Ting, de 1.98 metros de estatura y la que más gana en Turquía, con un salario de 1.3 millones de euros por temporada.