Obradoristas en Puerto Escondido

Por Horacio Corro Espinosa
Para el 17 de abril de 2018

Para López Obrador, lo que está en juego es su destino, no la elección. Él busca llegar a la silla presidencial sin importarle cómo. En la visita de José Antonio Meade a Puerto Escondido, apareció el brazo golpeador de Morena. Fue una muestra de la operación que se viene más adelante.
En el enfrentamiento de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE-CNTE), y partidarios de Morena, contra simpatizantes de José Antonio Meade, quedó opacada la presencia del candidato presidencial, ante las escandalosas pedradas y armas de fuego que salieron a relumbrar en ese municipio costero.
Antes de la llegada del candidato de la coalición “Todos por México”, las mantas y pancartas ya lucían en rechazo a éste. Los mensajes no auguraba nada bueno: “México ya despertó repudiamos tu presencia”, “Votar por Meade es traición a la patria”, “Puerto Escondido te repudia”, “Fuera Miado”.
Poco después de las agresiones de los de la 22, José Antonio Meade, subió un mensaje a su cuenta tuiter donde acusa a los aliados de López Obrador de violentar el mitin.
No es la primera vez que a este líder se le embarca en este tipo de empresas. Esto viene mucho más atrás del coqueteo que ha hecho y sigue haciendo con los líderes del narcotráfico.
En cada mensaje que emite el señor López, parece estar dando ideas al crimen organizado para que opere como pueda y como quiera a favor de él.
Aunque en sus mensajes hable de “amor y paz”, siempre deja abiertas las puertas a la violencia política, donde él saldrá beneficiado.
Hay un dicho que no falla: Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. López Obrador se define a sí mismo como un hombre de paz, y presume que su movimiento nunca ha roto un solo vidrio, pero con sus discursos divide y encona.
Lo que ocurrió el sábado 14 en Puerto Escondido, es una muestra de lo que puede ser la elección en el país: un escenario peligroso e impredecible.
A partir de ahora el ciudadano debe tomar muy en cuenta el mensaje de cada uno de los candidatos. No será importante saber si representan a la derecha, al centro o a la izquierda, lo importante será tomar en cuenta lo que realmente son. El riesgo no está en lo que dicen ser, sino en lo que realmente son.
Como sabemos, López Obrador ha hecho campaña durante más de dieciocho años, y durante todo este tiempo no se ha preparado porque sigue vacío, no tiene propuesta, y lo que él llama “proyecto de nación” es pura propaganda para hacer crecer el voto del rencor.
Lo peor de todo, es que gente inteligente como académicos, científicos, empresarios, se muestran deslumbrados ante los espejitos que les muestra el Mesías.
Obrador, que no tiene nada de democrático, que se desdice a cada rato, que no reconoce a nadie como parte de su partido, que ha traicionado a sus mejores amigos… la gente sigue creyendo que es un hombre que no roba, que no miente y que no traiciona.
Lo que hace López Obrador, es utilizar a los pobres y manipular a una clase media resentida y enojada para lograr sus fines.
Muchos de estos no se dan cuenta que él es el botón de la neurosis. Él sabe a qué hora y en qué lugar oprimir para que sus seguidores desaten la violencia como lo hicieron el sábado en Puerto Escondido.

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