PRI busca al líder ideal

priExpresidentes del tricolor afirman que la unidad interna y la cercanía con los ciudadanos son puntos que el próximo dirigente debe observar

CIUDAD DE MÉXICO, 25 de julio.- Renunciar a la candidatura presidencial, buscar la unidad del partido, defender al Presidente de la República y rechazar el dedazo; también apoyar las reformas del gobierno federal, acercarse a los ciudadanos y analizar la conveniencia de conservar la alianza con el Partido Verde.

Ésas son las cualidades que, de acuerdo con exdirigentes del PRI, debe tener el futuro presidente del tricolor. Algunos afirman que Manlio Fabio Beltrones, el coordinador de los diputados priistas, reúne el perfil.

Entre ellos está Adolfo Lugo Verduzco, quien dirigió al PRI en 1986-1987. “Yo creo que es la persona más idónea; él ha tenido una mayor responsabilidad en diferentes tareas en el partido; Manlio Fabio es una gente con probado liderazgo y capacidad para poder hacer frente a una tarea tan delicada como es la dirigencia del partido.

Otro exdirigente que ve con buenos ojos al exgobernador de Sonora es César Augusto Santiago. “Manlio es un político que, desde la época de Zedillo, ha estado muy vigente. Yo creo que si tiene aspiraciones podrá ser, siempre y cuando compita en igualdad de condiciones con otros, que también seguramente, a lo mejor no con los reflectores que él tiene, pero que seguramente tendrán interés en participar.”

Cónclave

Faltan dos semanas para que el presidente Enrique Peña acuda a una reunión con la militancia en la sede nacional del PRI y una para que el Consejo Político Nacional del PRI se reúna para designar el método de selección de su nuevo líder.

Para Humberto Roque Villanueva, el futuro líder del tricolor tendrá tres obligaciones: apoyar al partido, al Presidente de la República y las reformas estructurales obtenidas.

Dulce María Sauri Riancho lo dice claro: antes de elegir al próximo dirigente del PRI debe retomarse el candado que impedía al presidente y secretario general del partido ser postulados a la candidatura presidencial.

Tal postura es compartida por la senadora Cristina Díaz, quien sostiene que un dirigente del PRI debe dedicarse ciento por ciento a la conducción del partido para obtener buenos resultados en 2018.

Por último, Gustavo Carvajal Moreno señala que se debe terminar con la “sana distancia” de otros años. “El partido tiene que aprovechar el apoyo y la figura del Presidente para fortalecerse”.

 

DULCE MARÍA SAURI

PROPONE EVALUAR A FONDO LAS ALIANZAS ELECTORALES

La exgobernadora señala que el futuro dirigente tricolor debe garantizar la disciplina a la hora de la nominación

Dulce María Sauri Riancho no tiene dudas: antes de elegir al próximo dirigente del PRI debe retomarse el candado que impedía al presidente y secretario general del partido ser postulados a la candidatura presidencial.

Para quien estuvo al frente del tricolor cuando éste perdió por primera vez la Presidencia de la República, ese candado tendría que restablecerse ahora. “Debería ser una prohibición absoluta, ni siquiera con la salida estatutaria de renunciar un año antes, por ejemplo”, plantea.

Exgobernadora interina de Yucatán, Sauri Riancho argumenta que la imposibilidad del número uno en el priismo y del secretario general de contender en la sucesión presidencial de 2018 le darían a la dirigencia del partido “una amplia capacidad de maniobra para cumplir su propósito”.

Exsenadora de la República y fundadora en el sexenio de Ernesto Zedillo de la comisión gubernamental que daría paso al órgano autónomo para impulsar una política pública con visión de género desde el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), la expresidenta del PRI alerta que el partido en el poder debe experimentar cambios para contender con éxito en un clima de inconformidad ciudadana, expresada en los recientes comicios federales.

“Las prácticas clientelares de los partidos en general y del PRI en particular, podrían ser insuficientes para hacer frente a una insurgencia electoral de la clase media urbana. Esta situación forma parte importante de los retos de la nueva dirigencia para las elecciones de 2016 y 2017”, define la política priista.

Sauri Riancho va incluso más allá en la formulación de los asuntos que debe revisarse para garantizar la viabilidad política del PRI en los próximos comicios y se manifiesta a favor de una evaluación a fondo sobre si vale la pena continuar la alianza con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

Habla de la necesidad de “ponderar” las potenciales afectaciones que los priistas podrían tener por los cuestionamientos que la clase media le hace al Verde y que ella califica como severos.

Si bien en ocasión del 15 aniversario del 2 de julio la expresidenta del PRI consideró que Manlio Fabio Beltrones sería un buen prospecto para la dirigencia del partido y esbozó la necesidad de restablecer la citada prohibición, en esta consulta de Excélsior sobre quién debería ser el próximo líder partidista, se limitó a ofrecer un perfil sin mencionar nombre alguno.

“Tendría que ser una persona con la capacidad política de comprender que su principal encomienda será la creación de condiciones favorables para la postulación del candidato/a presidencial del PRI para 2018. Deberá comprometerse a arbitrar el juego interno de la candidatura presidencial”, plantea.

Señala que en el partido será necesario que el futuro presidente despliegue estrategias de negociación para que los interesados mantengan la disciplina interna y, al mismo tiempo, reciban de su partido espacios de participación para ser conocidos por la base priista.

“Hacia el exterior, en la sociedad, requiere ser percibido como árbitro legítimo de la contienda interna del partido en el poder. Será indispensable que goce de la plena confianza del Presidente de la República”, señala la exmandataria local.

 

CRISTINA DÍAZ

INDEPENDIENTES MUEVEN EL TAPETE AL PARTIDO

La senadora afirma que el próximo líder debe renunciar a la candidatura presidencial

 

«Debemos tener ese vínculo con las causas de los ciudadanos; estar mucho más atentos, ponernos en los zapatos de la gente.” Cristina Díaz, senadora

Sin pronunciarse por alguien en particular, porque su posición como dirigente del sector popular le obliga a la imparcialidad, Cristina Díaz Salazar confía en que el próximo dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) será un militante de amplia trayectoria e indiscutible reconocimiento de sus compañeros, concentrado en las labores del partido, sin anteponer proyectos personales.

En entrevista, la mujer que dirigió los destinos del PRI en unos meses de 2012, incluso a quien le correspondió firmar el Pacto por México, considera así que la propuesta del actual dirigente, César Camacho Quiroz, para que el nuevo dirigente nacional se comprometa a no competir en 2018 por la Presidencia de la República, es positiva, porque el partido necesita a un dirigente ciento por ciento concentrado en potencializar al partido para ganar las elecciones.

Autocrítica

En su reflexión sobre el futuro del PRI, Cristina Díaz considera que como todo instituto político requiere de “la autocrítica, a la introspección, a revisar. Hacer un examen de los pros y los contras a partir de los resultados de la elección. El PRI tiene que ser un partido más cercano a las causas ciudadanas. Tenemos que ser un vínculo ágil con los ciudadanos”.

Acepta que las candidaturas independientes son ahora un reto importante para los partidos políticos.

“Los ciudadanos, en muchos lugares se sintieron representados por un candidato independiente a un partido político; libre de los intereses de un partido hacia una agenda pública.

“Eso significa que debemos tener ese vínculo con las causas de los ciudadanos; estar mucho más atentos, ponernos en los zapatos de la gente, con lo que sienten, lo que necesitan y pensar menos como políticos y más como ciudadanos; el que va en el metro, el que es profesionista, el que tiene una pequeña o una gran empresa”, sostiene la legisladora.

 

CÉSAR AUGUSTO SANTIAGO

“DEBEMOS OLVIDARNOS DE LA DEMOCRACIA DE DESPENSAS”

Sostiene que Beltrones es un político que está vigente desde hace dos décadas

César Augusto Santiago va directo al punto en eso de la sucesión al interior del Revolucionario Institucional. “La única manera de empezar a legitimar otra vez la actividad del partido es que vuelva a sus orígenes: democracia real y justicia social.

“Democracia para que la gente goce de libertad de escoger a sus dirigentes y escoger a sus gobernantes. Y justicia social para que la gente pueda gozar de la igualdad, que es un término que los priistas verdaderamente necesitamos discutir otra vez”.

Fugaz presidente del PRI a finales de agosto de 1995 (duró unos minutos en el puesto para entregárselo a Mariano Palacios Alcocer), quien fuera por años secretario de Acción Electoral de este partido delinea el perfil de quien tomará las riendas de este instituto político.

“Alguien —juzga Santiago— que de verdad tenga la convicción de trabajar por la democracia real y la justicia social. Y yo creo que debe ser un perfil que reconozca la crisis en los partidos grandes, la necesidad que tiene el PRI de hacer una nueva convocatoria, que atienda los problemas de fondo y que se olvide de esas cuestiones de la llamada democracia de las despensas. La democracia que quiere resolver todo con vales, con el dinero público. Vales para medicinas, para alimentos”, denuncia.

A sabiendas de que el Consejo Político Nacional priista, que encabeza Joaquín Hendricks, puede reunirse en los próximos días para emitir la convocatoria respectiva, Santiago Ramírez plantea que “es el momento en que debe haber un dirigente que precise bien los temas de fondo, que haga una convocatoria abierta, y que (a partir de eso) decida la gente con libertad”.

“Ha estado en todas”

Interrogado sobre si ese perfil del líder partidario pudiera abarcar a Manlio Fabio Beltrones, por ejemplo, el también político chiapaneco responde:

“Yo no sé si Manlio vaya a competir. Parece que Manlio es un político que ha estado, desde la época de Zedillo, ha estado muy vigente, pues ha estado en todas. Yo creo que si tiene aspiraciones podrá ser, siempre y cuando compita en igualdad de condiciones con otros, que también seguramente, a lo mejor no con los reflectores que él tiene, pero que seguramente tendrán interés en participar. En la medida en que haya un procedimiento abierto, pues yo creo que Manlio tiene todo el derecho de participar”, insiste.

No al dedazo

Preocupado, quien fuera cuatro veces diputado federal, César Augusto Santiago resalta que el capítulo de cómo los partidos escogen a sus candidatos y a sus dirigentes “aún está pendiente”, y advierte que si no se camina por el sendero de la democracia en ambos casos las consecuencias serán que los ungidos, en los hechos, serán espurios, porque sabrán cabalmente que llegaron al cargo “porque alguien los designó. Por el dedo”.

En todo caso, dice, “creo que el PRI tiene que recuperar su identidad, tiene que tener una identidad. Lo que estamos viendo es un partido que aprovechó mal la campaña política (pasada) para proponerle a la gente una serie de ocurrencias, de cuestiones intrascendentes, de lugares comunes. Se olvidó que fue creado para hacer realidad la justicia social. Se olvida que el problema esencial del país es la justicia social”, machaca.

Ante esta situación, alerta Santiago Ramírez, “lo que puede ocurrir otra vez es que el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI sea resuelto por dedazo, por una decisión cupular de la Secretaría de Gobernación y puede ser que resulte un buen candidato… o puede ser que no”.

En todo caso, resalta con tono molesto, “los métodos de selección democrática parece que han pasado de moda, porque los partidos, los tres grandes partidos, han desarrollado la cultura de las llamadas estructuras. Y el dueño de la estructura es el dueño del partido, y lo que ha hecho esto es bajar la calidad del perfil de los  mismos”, ratifica el abogado de profesión.

En eso de la relación de Peña con su partido, César Augusto Santiago opina que “el Presidente ha sido muy respetuoso del partido, lo digo con toda claridad. He visto que su presencia en el partido ha sido muy discreta. No he visto a un hombre obsesivo con las decisiones del partido”.

Añade que en el PRI “todo mundo piensa que opinar con libertad no se vale; que siempre hay que estar esperando que le digan por dónde”, cuando debe ser todo lo contrario, es decir, “los priistas debiéramos opinar y buscar que de las opiniones de todos salga el mejor proyecto. Yo insisto mucho en que los tiempos ya cambiaron” y que no hay campo ya “para acuerdos ni cochupos”, preconiza.

 

Humberto Roque Villanueva

Rechaza la “sana distancia” zedillista

 

Afirma que el nuevo líder priista debe apoyar a Peña Nieto, promover la unidad partidaria y respaldar las reformas

Quien dirija los destinos del Partido Revolucionario Institucional a partir de agosto próximo, el cuadragésimo sexto líder nacional, deberá asumir un trabajo combativo en tres vertientes clave: apoyar en todo momento a este instituto político, al Presidente de la República y las reformas estructurales obtenidas. Y, no menos importante, realizará una labor de conciliación al interior del priismo, proyecta Humberto Roque Villanueva.

“No nos podemos dar el lujo en el PRI de suponer que esa etapa ya concluyó y que no necesitamos refrendar todos los días, en todo momento, bajo cualquier circunstancia, que la gestión del presidente Peña Nieto ha sido muy fructífera y que estamos obligados como partido a apoyar las reformas en el proceso que siga, pero sobre todo en la defensa ideológica de lo que significaron esas reformas”, subraya a Excélsior quien encabezara al Revolucionario Institucional en 1997, “cuando difícilmente ganábamos hasta una modesta elección local”, acepta.

Y si el próximo dirigente del tricolor va a ser o no Manlio Fabio Beltrones, actual diputado federal sonorense, y quien ha externado públicamente su aspiración para ocupar esa responsabilidad, será algo que deberá ponderarse al interior del partido, consigna el también tres veces legislador federal:

“No me atrevería a decir si es sano o no. No veo esto como un asunto de salud ni pública ni política ni partidista. Es un asunto de estrategias y de idoneidades; y tendrán que ser las instancias que normalmente actúan en este tipo de procesos, quienes decidan si es idónea o no la persona”, resalta Roque Villanueva.

Juzga que “a partir del diag-
nóstico que nos dio el votante en esta última elección federal y en los estados de la República, encontramos regiones donde tenemos que, verdaderamente, aumentar mucho el esfuerzo político para recomponernos. Creo que la próxima dirigencia tendrá que hacerle caso a este diagnóstico y, a partir de ahí, hacer las tareas correspondientes”, asevera.

Afirma que el partido y el Ejecutivo federal deberán trabajar juntos para la sucesión presidencial en 2018, junto con el manejo de los activos y pasivos que legarán este gobierno y sexenio, ratificando el caso de las reformas estructurales del lado positivo.

Desde luego, pregona Humberto Roque, “preparar las cosas para que en el momento en el que el propio partido y quienes tienen influencia como factores fuertes dentro del partido, decidan una sucesión presidencial (en la) que el partido sea neutral”.

Roque Villanueva reprocha a Ernesto Zedillo por aquella vieja “sana distancia” que dañó las estructuras partidarias y alejó a este órgano partidista de la sociedad y de sus militantes; y afirma que Roberto Madrazo, al encabezar los destinos tricolores para buscar Los Pinos, sólo demostró “estar en el camino equivocado”.

Si bien derivado de las pasadas elecciones no se alcanzó la mayoría calificada para representar con holgura los destinos de la Cámara de Diputados, Roque Villanueva no se desanima y califica como sana la alianza que los priistas han realizado tanto con el Partido Verde como con Nueva Alianza (Panal), viendo hacia el futuro.

“De tal suerte —anota de inmediato— que yo creo que los resultados han sido satisfactorios y que la estrategia es la correcta: se alcanza una mayoría siempre y cuando se tenga el talento, la inteligencia de saber con quién se asocia uno políticamente. A mí me parece que fue un acierto la alianza con el Verde. También les ha sido a ellos muy fructífera, porque muchas de sus iniciativas de ley y de sus banderas ecológicas han tenido éxito gracias al apoyo del propio priismo”, expone.

 

GUSTAVO CARVAJAL

“EL QUE LLEGUE DEBE SUMAR”

Gustavo Carvajal Moreno se asume como “muy institucional” y bajo ese argumento, el veracruzano, que fue presidente del PRI entre 1979 y 1981, capotea dar el nombre de algún candidato ante la inminencia de sustituir a César Camacho Quiroz.

El exsenador y diputado en cambio dibuja un perfil de quién debe ocupar la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, con la responsabilidad de la elección presidencial de 2018 y, antes, los comicios en media  docena de estados, el próximo año.

“En primer lugar debe ser una gente que tenga presencia nacional, una persona que sume a los grupos. Ahora lo que requiere el PRI es unidad; unidad y trabajo”.

-¿Tiene en mente algún prospecto? El diputado Manlio Fabio Beltrones ya alzó la mano, ¿qué le parece?

-Nosotros los expresidentes del partido somos muy institucionales. Tenemos una relación y una unidad muy fuerte para apoyar al partido. La gente que llegue esperamos que sea de experiencia. Le va a tocar la próxima elección presidencial y las próximas decisiones políticas en los estados, por eso tiene que ser una gente con experiencia y con prestigio.

A pregunta expresa sobre la regla no escrita de que el presidente del PRI no puede ser candidato a la Presidencia de la República, aunque ya pasó en 2006 con Roberto Madrazo, que saltó del CEN priista a la candidatura, Carvajal afirmó:

“Es cierto, no existe ningún candado que impida que quien sea presidente del PRI sea candidato presidencial; pero también es cierto que es una regla que se ha manejado siempre, porque el presidente del PRI tiene la obligación de sacar adelante las elecciones y sacar adelante al partido”, dijo.

A recuperar la ideología

El político veracruzano, que ocupó la Secretaría de Agricultura, después de dejar la presidencia del PRI, aseguró que en este momento el problema más importante en el PRI es la ideología. “Se ha perdido mucho toda la ideología de la Revolución mexicana, de un partido de izquierda, de centro izquierda, o sea, se han revuelto con todos los partidos”.

 

ADOLFO LUGO VERDUZCO

“MANLIO FABIO BELTRONES ES LA PERSONA MÁS IDÓNEA”

Es un personaje que ha probado su liderazgo y capacidad, sostiene el expresidente priista

«Un dirigente del partido no puede, no debe aspirar a ser candidato presidencial; la tarea de él no es buscar posiciones.” Adolfo Lugo, expresidente del PRI

Adolfo Lugo Verduzco, quien fue presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI al día siguiente de que Miguel de la Madrid tomó posesión como presidente de México, el 1 de diciembre de 1986 y hasta octubre de 1987, para hacer campaña y convertirse en gobernador de Hidalgo, se pronunció porque el próximo presidente priista sea Manlio Fabio Beltrones.

De acuerdo con el político hidalguense, que también fue senador de la República, su partido está trabajando, se están haciendo bien las cosas, aunque admitió que la competencia cada día es más fuerte, muy dura, dijo.

Por eso, el expresidente priista, dijo: “Yo me inclinaría porque en el caso de la elección de alcaldes se abriera una consulta a la base militante; que la gente a nivel de municipios sea quien elija a su candidato a presidente municipal; que los candidatos ahí sean fruto de esa consulta a la que me refiero.

“Yo lo intenté con éxito, porque la gente concurría, porque se animaba a participar cuando se le tomaba en cuenta. Me inclino a tomar en cuenta la opinión de los militantes; hay gente que no lo comparte y muchos gobernantes creen que la gente no se va a pronunciar, pero es al contrario”.

-Y en el caso de la presidencia del PRI,
¿cuál es su postura?

-Ahí tiene que ser una situación diferente; el próximo presidente tiene que salir de los buenos cuadros que tiene el partido; hay que elegir al más idóneo, al militante que haya probado mejores condiciones para dirigir al partido, que haya evidenciado que puede ser un dirigente capaz, que haya tenido puestos de elección popular, pero que aparte de ello tenga la vocación y capacidad para esa tarea.

-¿En lo particular tiene un candidato de su predilección?

-Pienso que el exgobernador de Sonora es la persona más adecuada.

-¿Se refiere al diputado Manlio Fabio Beltrones?

-Beltrones, sí; yo creo que es la gente más idónea. Él ha tenido una mayor responsabilidad en diferentes tareas en el partido, Manlio Fabio es una gente con probado liderazgo y capacidad para poder hacer frente a una tarea tan delicada como es la dirigencia del partido. Yo sin duda pienso que Beltrones es un buen candidato.

Al exgobernador hidalguense se le consultó sobre esa regla no escrita, que en todo caso sería un candado para que, eventualmente, Beltrones pidiera apuntarse para la sucesión presidencial, si llegase a la dirigencia del PRI en los próximos meses.

“Un dirigente del partido no puede, no debe aspirar a ser candidato presidencial; la tarea de él no es buscar posiciones, sino entregarse a los intereses del partido para poder localizar, encontrar a la gente más idónea para los distintos puestos de elección popular que estarán en juego.

“Porque de lo contrario existe el peligro de que se use todo lo que se consigue siendo dirigente del partido para buscar una posición dentro de los espacios, sea como dirigente o bien alguna posición como gobernador o Presidente de la Republica, pero ése no es el caso, el presidente del partido debe servir a su organización política y no buscar que a él se le postule”.

Alejado de la vida política pública, Adolfo Lugo, que proviene de una familia priista de prosapia, es de la opinión que entre el PRI y el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto “hay una buena relación, y creo que así debe ser, una buena relación entre el dirigente nacional del partido y el Presidente de la República, eso no me disgusta”.

En cambio, al exdirigente nacional priista lo que sí no le cuadra es la alianza que desde hace años tiene el PRI con el Partido Verde Ecologista de México.

“No me gusta, no me gusta. El Verde no es un partido que a mí me simpatice. Sé que hay una ventaja, que es obvia, que es el que los legisladores del Verde se sumen a los legisladores del PRI en las cámaras, y eso es ventajoso, pero a mí no me gusta”.

Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los diputados priistas.  Foto: Mateo Reyes/Archivo

 

Destacada carrera política

  • Economista, graduado en la UNAM, en 1982 Manlio Fabio Beltrones se desempeñó como diputado federal por el IV Distrito de Sonora. Para 1985 fue presidente del PRI en Sonora y luego secretario de Gobierno del estado. En 1988 fue senador por Sonora, posteriormente subsecretario de Gobierno de la Segob. En 1991 contendió a la gubernatura de Sonora, cargo que tomó posesión en 1991 hasta 1997.
  • Beltrones coordina a los priistas en la Cámara de Diputados, lo que lo convierte en uno de los principales operadores políticos en cuanto a reformas importantes del presidente Peña Nieto en el Congreso de la Unión, como la política, fiscal, electoral, energética y de pensiones, entre otras. Desde los 18 años de edad es miembro activo del Partido Revolucionario Institucional.