Proyecto póstumo de Pedro Ramírez Vázquez

EXCELSIOR

Entre el Palacio Legislativo y el jardín Guadalupe Victoria se formaría el corredor San Lázaro/Centro Histórico

CIUDAD DE MÉXICO.

Uno de los últimos proyectos que ideó el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez (1919-2013) fue la Integración Urbana del Palacio Legislativo y el Corredor Corregidora, el cual había permanecido inédito y en las próximas semanas llegará a la Cámara de Diputados. Éste consiste en la adaptación de un paso peatonal elevado que conecte la fachada principal de San Lázaro con el jardín Guadalupe Victoria para formar el corredor Centro Histórico-San Lázaro.

La obra fue uno de los últimos sueños del arquitecto mexicano y ahora está en manos de su hijo, el arquitecto Javier Ramírez Campuzano, quien reveló a Excélsior los detalles de dicho proyecto que, de concretarse, serviría como homenaje al creador del Estadio Azteca, el Museo Nacional de Antropología y el Museo de Arte Moderno.

Mientras tanto, las celebraciones por el centenario del nacimiento de Ramírez Vázquez —que se cumple el próximo 16 de abril— se limitan a una mesa de reflexión en el Palacio de Bellas Artes, este lunes, donde participarán Louise Noelle, Eduardo Matos Moctezuma, Ramón Vargas Salguero, Dolores Martínez Orralde y el propio Ramírez Campuzano.

También hay algunas intenciones por parte de la Cámara de Diputados, el Colegio de Ingenieros y Arquitectos de México y del INBA, junto con una exposición en un museo aún por confirmar.

Creo que el mejor homenaje para el arquitecto es la vigencia de su obra. Como decía Antonio Machado: ‘Procura que tus obras vayan al pueblo para que, aunque dejen de ser tuyas, sean de los demás y que al fundirse el corazón con el alma popular lo que se pierde de nombre se gana de eternidad’. Eso decía mi papá, quien siempre tuvo una visión futurista y humanista en su trabajo”, detalla Ramírez Campuzano.

Quiero decir que mi papá jamás trajo arquitectura de fuera de México. ¡Al contrario! Llevó lo mexicano afuera y jamás le habría pasado por la cabeza traer a un arquitecto japonés para hacer un museo del barroco. Él fue un promotor de la arquitectura mexicana”, lamenta.

Sobre el proyecto de Integración Urbana, fue elaborado para comunicar a los tres poderes de la Federación. “Es un corredor que nos lleva al Zócalo, al Poder Ejecutivo, y desemboca en la Suprema Corte, es una manera de comunicarlos. En éste participamos ambos y su idea sobre el espacio es que era importante integrarlo con el tejido urbano a través de la avenida Congreso de la Unión”.

Para ello sería necesario restaurar el jardín Guadalupe Victoria y las edificaciones aledañas; rediseñar el basamento de la escultura ecuestre y su posible relocalización, la protección y control perimetral del jardín, reubicar la iluminación y rediseñar las áreas verdes.

Lo interesante es que se puede revitalizar la zona, pues dentro de San Lázaro colaboran poco más de seis mil personas y podrían traer una derrama económica para esa zona de la ciudad. Este proyecto fue lo último que dejó mi papá y que ya no pudo ser”, recuerda.

Otro de los proyectos que Ramírez Vázquez dejó en el tintero es la rectificación de espacios para el Museo de Arte Moderno, ubicado sobre Paseo de la Reforma, debido a que su estacionamiento no tendría por qué estar frente a la avenida más importante de la Ciudad de México.

Sin embargo, reconoce Ramírez Campuzano que ambos proyectos no son definitivos, sino conceptos que pueden adaptarse a la realidad del momento.

 

 

ADMIRÓ EL BOX

Por último, refiere que en el archivo de su padre hay dos millones de fotos, “que son la memoria de la construcción de muchas de sus obras, de los juegos olímpicos y del archivo Arno Brehme sobre la erupción del Paricutín; así como 40 mil planos y una biblioteca robusta”.

Su hijo lo define como “un hombre que pasó de maestro a edificador de escuelas, de profesor a fundador y rector de la UAM, de no practicar deporte a organizar una olimpiada, de ser hombre de fe a construir una capilla al lado de la tumba de san Pedro, de ser servidor público a secretario de Estado, que planificó el territorio nacional… ¡a ser Pedro Ramírez Vázquez!”, el arquitecto que amó el box y el futbol, hijo de un vendedor ambulante de libros y hermano de tres abogados que le mostraron una vocación social que impregnó sus obras.