Publican reflexiones de José Saramago; permanecían escondidas en un archivo

EXCELSIOR

Fue su viuda, Pilar del Río, quien las halló por casualidad en febrero pasado cuando buceaba en las tripas de la computadora del escritor

MADRID.

Las reflexiones de José Saramago en los meses previos y posteriores a recibir el Premio Nobel de Literatura, el único concedido hasta ahora a un autor portugués, permanecían escondidas en un archivo del disco duro de una computadora en la isla española de Lanzarote, donde vivió desde 1993 hasta su muerte.

Fue su viuda, Pilar del Río, quien las halló por casualidad en febrero pasado cuando buceaba en las tripas de la computadora del escritor, fallecido en 2010.

En apenas unos meses, esas anotaciones “lúcidas” e inéditas tomaron forma de libro y, bajo el título de El cuaderno del año del Nobel se publican coincidiendo con el vigésimo aniversario de la entrega al escritor luso del máximo galardón literario.

Se me quedó cara de tonta: ¿cómo es posible que esto esté aquí desde hace 20 años y no lo vimos?”, explicó ayer Del Río en la presentación del volumen en Madrid.

Saramago supo que le habían concedido el Nobel el 8 de octubre de 1998 cuando se encontraba en Alemania. Fue una azafata quien le dio la noticia y así lo refleja en su diario en una nota: “Aeropuerto de Frankfurt. Premio Nobel. La azafata. Teresa Cruz. Entrevistas”, escribió.

La concesión del galardón trastocó su vida y multiplicó sus viajes y actos públicos.

De forma paralela a El cuaderno del año del Nobel, la editorial Alfaguara publicó este mes Un país levantado en alegría, una suerte de crónica del periodista brasileño Ricardo Viel, subdirector de la Fundación José Saramago, de lo que supuso la concesión del Nobel al escritor portugués.