¿Qué negocios tienes con los ejércitos del mal?

 

Por Horacio Corro Espinosa

Para el 21 de octubre de 2019

 

De hace unos meses para acá, los villanos dejaron de perderle el miedo a los uniformados. Curiosamente hoy, los uniformados son quienes andan cuidándose las espaldas u ocultando su identidad, no sea que el enemigo ataque a su familia.

Hoy sabemos que las plazas que cuidaron gobiernos anteriores, hoy están en manos del crimen. Si ustedes se preguntan qué pruebas hay al respecto, les diré algunas de ellas.

Por orden del presidente, ya no se persigue a las cabezas de las bandas criminales.

Por orden del presidente, policías, marinos y militares, ya no pueden responder con el uso de la fuerza a ninguna banda criminal ni siquiera participar en un enfrentamiento común, etcétera.

Por orden del presidente, se canceló el embargo de las principales drogas duras, las que, curiosamente, son las más lucrativas, pero las más peligrosas. Se pueden quitar aquellas drogas que por casualidad cae en algún operativo o en alguna rutina.

Por orden del presidente, ningún funcionario del gobierno federal puede hablar de la lucha contra el crimen porque, según, la guerra terminó por decreto presidencial. Desde entonces, parece que el gobierno ha reconocido la victoria del crimen sobre todas las cosas.

Por orden del presidente, hoy todo México es “feliz, feliz, feliz”. Tan felices están todos, que hasta el mismo gobierno federal le dio todas las facilidades a la familia de Joaquín Guzmán “el Chapo”, para que fueran a visitarlo a los Estados Unidos, y además, al entregarles sus visas, les dieron un trato diplomático preferencial.

¿Cómo la ven?

Si tuviste la oportunidad de escuchar el primer informe de gobierno, López Obrador nunca hizo una sola mención sobre la persecución a las bandas criminales. Y si tú eres un asiduo escucha de las mañaneras, no me dejarás mentir que casi nunca toca las masacres criminales, ni mucho menos habla de los responsables.

O que alguien me diga, porque tal vez ya no lo recuerdo, quién de los funcionarios públicos se escandalizó por las matanzas en Minatitlán y Coatzacoalcos, o por los casos de masacre a policías en Guanajuato, solo por mencionar algunos casos.

¿Quién de los uniformados no sienten miedo por los decretos del Presidente? Desde que él comenzó con esto, todos los uniformados de México perdieron su identidad, su compromiso con la nación ―no porque ellos lo hayan decidido―, por eso andan con pies de plomo. Si ellos, los que nos protegen así se sienten, entonces, nosotros los ciudadanos comunes y corrientes ¿cómo debemos sentirnos?

Pero benditas redes sociales, ¿verdad señor López?, por ellas sabemos que Ovidio Guzmán López, quien tiene más de 80 mil seguidores en tuiter, y su medio hermano, Alfredo, con casi 350 mil, desde allí aleccionan a sus seguidores con recomendaciones y amenazas. Ellos, a través de sus mensajes buscan que los admiren y les teman, además, que sepan todos que son invencibles.

¿Será que esto no lo sabe Obrador?

¿Por qué decretaste, López, que se les perdiera el respeto a nuestras fuerzas armadas? ¿Qué negocios tienes, Obrador, con los ejércitos del mal, con los ejércitos del crimen?

Es una pregunta para ti.

 

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