Si el candidato conociera la humildad…

 

redes socialesPor Horacio Corro Espinosa

Hoy, a través de las redes sociales se puede llegar a millones de personas en cuestión de segundos. A través de esos medios nos pueden decir los candidatos lo que piensan y sienten de tal o cual problema que tiene en su comunidad. Podemos o no creerles, pero a través de la nueva tecnología nos comunicamos.

Todos los medios al alcance de los candidatos son usados para promover su imagen. Ojalá los usaran para promover sus propuestas de desarrollo en beneficio de pueblo.

Pero, de veras ¿son tan importantes, en una campaña electoral, las grandes concentraciones, los nutridos desfiles, la estruendosa oratoria mentirosa que escuchamos a lo ancho y lago de la entidad oaxaqueña? Digo, porque durante años y años, el mismo espectáculo electoral se ha repetido una y otra vez y no hay el menor aporte de imaginación para decir cosas nuevas, y menos, para decir cosas buenas.

Cada nueva movilización de campañas políticas, el candidato dice realizar un acercamiento con los ciudadanos en forma respetuosa y humilde, pero la verdad no es cierto. El ir a buscar a los electores hasta la puerta de su casa es ofensivo, porque mientras estuvieron en su último cargo, jamás se acordaron del pueblo, entonces, con ese antecedente, cómo es posible que regresen cuando estén en su curul.

Hace muchos años, los candidatos realizaban sus campañas de manera modesta y respetuosa. Iban de puerta en puerta —tipo cambaceo— para presentarse personalmente con los vecinos, a los que pensaban representar. Esas eran las verdaderas campañas de acercamiento a la gente. En cambio, los candidatos de hoy, se sienten tan merecedores del respeto y de la humillación de la gente, que cuando salen a las calles o a los mercados, lo hacen para que la gente los reconozca y salgan a las puertas de su casa o de su negocio a aplaudirles y a saludarlos. En los recorridos se hacen acompañar de marmotas, banda de música, mujeres rabonas y bocinas gigantes, desde donde no sólo invitan, sino que casi exigen a todos los ciudadanos para que salgan a reverenciar al señor de las importancias.

Ese modo tan chocante no pudo haber salido de otra parte más que de sus mismas entrañas. Es lo que tienen en el fondo de su corazón. Eso es lo que se creen, y todo por sus malos pensamientos.

Antes que la gente, están ellos, los ambiciosos de la alabanza o de la lisonja. Se creen tan importantes que ahora la gente tiene que salir de su casa para ofrecerles el voto. De ese tamaño es la vanidad de la mayoría de los candidatos.

Es muy cierto eso de que la humildad hace grandes hombres grandes. Si estos candidatos actúan así desde hoy, ¿cómo será su arrogancia cuando lleguen al poder? Si conocieran la humildad no actuarían así. Pero como no conocen, su actuar será la desobediencia  al pueblo, la falta de respeto a la ciudadanía.

Por su orgullo, serán los iniciadores de violencias, engaños, fraudes, raterías, y mostrarán falsas justificaciones. Todo esto llevará  al pueblo a más maldiciones.

Así que cuida tu voto, aún estas a tiempo.

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