Solo a una mente calenturienta…

 

Por Horacio Corro Espinosa

Para el 13 de diciembre de 2019

 

Va una pregunta para los habitantes de Santiago Huajolotitlán: ¿alguno de ustedes, de casualidad, leyó la convocatoria para integrar el Consejo ciudadano de esa población? Ninguno, ¿verdad?

Si nunca hubo tal convocatoria, quiere decir que nunca se le invitó a la población para elegir a los integrantes de dicho Consejo ciudadano.

Si nunca hubo tal, quiere decir, que los que tomaron protesta la noche del miércoles 11 en el hotel Casa Blanca de la ciudad de Huajuapan de León, fue una espectacular tomada de pelo para los que quedaron como integrantes.

Traducido en otras palabras, quiere decir, que el presidente municipal de aquel lugar, José Luis Ramírez Alverdín, se volvió a burlar de sus ciudadanos y del mismo Consejo que levantó su brazo para jurar guardar su encomienda.

Con esto, queda claro que las personas que llegaron muy elegantes al lugar para asumir su responsabilidad, se prestaron al juego perverso del presidente Alverdín.

Es probable que esta situación les moleste hoy a los integrantes, pues se han de sentir heridos y hasta ofendidos, pues seguramente, Alverdín nunca les dijo en qué tipo de Consejo iban a participar: si para promover la cultura, o para vigilar y supervisar a los servidores públicos, o como observadores en la aplicación y administración de los recursos, o en obras públicas, o en adquisiciones, o en desarrollo urbano, o en el orden municipal… Nunca les dijo nada de esto, ¿verdad?

Si de la noche a la mañana se convirtieron en flamantes integrantes de un Consejo ciudadano, en realidad, es que forman parte de un Consejo patito, solo eso.

Vamos a suponer que esa convocatoria salió de la mente calenturienta del presidente Alverdín, y con la misma, a los integrantes se los pudo bailar por la poca información que estos tienen al respecto, o por la mucha flojera que tuvieron para investigar. Así, por cualquiera de esas dos circunstancias, los consejeros patito están viviendo dentro de un engaño: que pueden transformar a su comunidad.

Tan desinformados están, que no saben que la convocatoria debió salir respaldada por cada uno de los regidores, de lo contrario, el Consejo no tiene validez alguna. Ningún Consejo ciudadano, en todo el mundo, podrá elegirse por cuenta propia. Cada uno de los integrantes deberá ser votado.

Es importante decir, que para constituir el Consejo, se tiene que hacer con los representantes de profesionales y miembros de las organizaciones de la sociedad civil. A cada uno de ellos se le seleccionará y se le evaluará, y si no cumple con el perfil, no sirve para la población.

Lo más curioso de este asunto, es que quien quedó al frente del Consejo, es Sarahú Peñaloza López, integrante del movimiento agrario indígena y zapatista (Maíz) quien hace tres meses, en el mes de septiembre, exigió al Congreso del Estado la desaparición de poderes del municipio de Huajolotitlán por la ingobernabilidad que vive la localidad.

Curioso, ¿verdad?

Esta señora, en su discurso, dijo que pusieron mesas de trabajo para encauzar el desarrollo de su comunidad. ¿Algún ciudadano de Huajolotitlán participó en las mesas que asegura esta señora?

Y más adelante dijo: “Somos representantes de nuestra población”. Si así es, que diga quiénes los eligieron y dónde.

La única verdad que salió de la boca de la señora, es que “han transcurrido 8 meses de atraso”. ¿En serio 8 meses? Cada mes político equivale a medio año de desgobierno. Así que Alverdín echó el calendario 4 años atrás.

Y Sarahú cerró con la frase: “no nos falle”. Lo cierto es que Alverdín ya les falló, y no solo eso, se burló de los consejeros que se dejaron engañar por no investigar. Pero también, el acto lo celebraron fuera del territorio del municipio de Santiago Huajolotitlán, lo que es una violación a la ley municipal. Aquí cabe hacerse una pregunta: ¿de dónde sacó la lana Alverdín para pagar la cena de 40 comensales del Consejo, de la tesorería o de su bolsa?

Pero no se preocupen, tienen un nombramiento patito que pueden incluir en su currículum o en su egoteca, si así lo quieren ver.

Lo único bueno de todo esto y que le da gusto a mucha gente, es que parece que los regidores de aquel lugar ya se están poniendo listos, pues ninguno de estos acompañó a Alverdín en su engaño. Con el tiempo, seguramente, se irá quedando más solo, más solo. ¡Pobre presidente!

 

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