Sueño que vivo, cuando en realidad, muero.

Por: Haywood Miller

Fotos: Ezequiel Gómez Leyva.

Mientras mis manos acarician la madera, en mi mente surgen los recuerdos, afloran las imágenes que soñé durante la noche, siento real lo imaginario y pienso que lo creado ya lo he vivido, como si fuera hoy, como si fuera mañana, como ha sido siempre.

La noche en su oscuridad me ha dado un manto de ilusiones, un torbellino de figuras inimaginables, que como naciendo de la tierra se presentan ante mí para decirme yo soy tu imaginación, toma tus herramientas y moldéame, caminare para ti, te mirare a los ojos y diré estoy vivo.

Vivo en la imaginación de los niños, en la ilusión de los adultos y en el recuerdo de los viejos, viejos que se fueron creyendo vivir una utopía, montados en caballos de piel dorada, con cabellera azul, bestias feroces con corazón de amor, lobos con alma de niño, y delfines con cuerpos de mujer, bestiario salvaje y cruel que se doblega ante la mano suave que los acaricia.

Los ojos vivaces de una mantis me miran con recelo, y la iguana cautelosa camina paso a pasito por el tronco de un árbol de ramas con grecas, mientras la mariposa morada con alas de águila surca los mares de la incertidumbre para posarse sobre un mar congelado de palabras que danzan al ritmo de las gotas de lluvia de una tarde de verano.

Cada golpe, cada corte, es como un suspiro, como un tallo que germina en la cálidas aguas de la imaginación y que cual semilla enterada en la tierra germina al momento del destello de un relámpago que deja un furioso rayo, que semeja lluvias con gotas de azúcar.

Mi sueño es infinito, mi imaginación no tiene final, sigo durmiendo con los ojos abierto ante el miedo de que los seres que vienen a mi mente se asusten con un suspiro y se alejen dejándome solo en este desierto de nubes salpicado de espinas en donde los oasis no producen agua refrescante, no hay palmeras ni dátiles,  soledad rodeada de caminantes que indiferentes pasan cada cual a su destino.

Destino incierto, incertidumbre total para muchos pero para mí el sueño que vivo me recuerda que sueño despierto, que aun ciego miro y que aun muerto, vivo.