The weeknd, sólo ‘Black Power’

EXCELSIOR

El cantautor canadiense, quien llega por primera vez a México, ofreció uno de los dos conciertos que tiene programados en el Palacio de los Deportes, donde interpretó temas como Starboy, Pray for Me y Low Life

CIUDAD DE MÉXICO.

Querida melancolía, jamás abandones a The Weeknd. Suena a cliché, pero a él parece que el dolor le sentó bien y qué mejor que sacarlo con un bonito y atascado debut anoche en el Palacio de los Deportes.

Lo primero que hizo fue sacar las garras, remitirse a sus raíces africanas para encontrar salvación en Pray for Me, rolón que hizo junto a Kendrick Lamar para la película Black Panther.

Todo estaba rebotando, literal entre el sonido y la gente, el lugar hizo honor a ser apodado el Palacio de los Rebotes. Y dos que tres zonzos que agarraron la jarra antes de que el canadiense de padres etíopes saltara al escenario a las 21:40 horas también rebotaban en chelas.

Hace mucho el inmueble cobrizo no se llenaba de una vibra tan contagiosa, que les obligara a dejar el celular en gradas para alzar la mano derecha y agitarla como si se tratara de un show directo desde Compton o el Bronx. Algunos parecían llevar el alma del hip hop gringo en la ropa, aunque eran pocos, la fusión de black power con R&B y rap de The Weeknd también convocó fresones, chavitas “bien” y hipsterillos.

Starboy sonó casi al principio, sin Daft Punk obviamente. Muy bonito hit, pero nada como Low Life y su tempo totalmente gangsta, con la gente haciéndolo sentir en casa y alzándose en rebeldía absoluta para que liberen a todos los niggas encerrados en las cárceles sólo por ser eso.

Maldito racismo en Estados Unidos y México, ¿por qué no?, situación lamentable de segregación que es sujeto de la incomparable música negra. Ya lo había advertido el ensayista David Foster Wallace: el rap es el nuevo pop y sus letras el nuevo punk.

La gente estaba prendidísima. Si The Weeknd pedía, literalmente, que armaran tremendo desmadre e hicieran mierda el lugar, lo hacían saltando para derramarse la chela o sólo sacando el flow sexy. Los ingenieros del canadiense vinieron dispuestos a que su jefe los dejara sordos. A nadie le importó, y sí, se pusieron tapones, porque hace años no sonaba tan potente un artista en el inmueble.

Hablando de dolor, la razón por la cual compuso su último EP My Dear Melancholy es una sensación que lo persigue al no crecer con su papá y compensarlo con analgésicos, pero que el canadiense no hace notar en absoluto.

Ni siquiera necesitó tomar el micrófono para aventarse un sermón de superación, aun cuando su ex, Selena Gómez, está en rehabilitación mental. No es su estilo sermonear, sino cantar sin detenerse.

Hasta House of Ballons y Glass Table Girls se tomó un tiempo para blasfemar, pedir que hicieran “un chingo de jodido ruido”. Arriba, abajo, a los lados. “Vuélvanse locos”, gritaba. Nadie se puede considerar rapero estadunidense sin hablar con la muletilla motherfucker, así que todas sus pequeñas frases eran acompañadas de la bonita majadería, y así llegó Secrets, con la gente animada.

Can’t Feel My Face fue la cúspide. Aquí ya todo mundo quiso grabar, cantar, brincar, abrazarse, lo que sea. Ya lo bailado nadie se los quitaría. Y el canadiense se dio cuenta. Ya caminaba de un lado a otro buscando la reacción más mínima y como había una gran cantidad de chicas, hasta se hizo raro que no llovieran sostenes.

Los besos que mandaba eran oro. Una chica le gritaba que lo amaba y él le decía que también, sólo que le agregó el baby. Aquí fue evidente qué sexo mandaba en la multitud.

Me están mostrando mucho amor. Tendría que volver cada año”, señaló el ganador de tres premios Grammy.

Often, Wasted Times, The Hills y Call Out My Name, uno de los sencillos y causantes de la melancolía del canadiense fueron las rolas que acabaron con el primero de dos shows en el inmueble, el cual duró una hora y 20 minutos.

Y los fans dejaron en claro a las promotoras que ya están listos para recibir a la élite del hip hop mundial, cuenta pendiente que aún se tiene en el país, pero que The Weeknd parece haber abierto.