‘Thor’, el exmarino que vestía de mujer a narcos del Cártel del Golfo en Tamaulipas
EXCELSIOR
En Tamaulipas aún resuena el sobrenombre del Marino Loko, Thor o el Señor del Martillo entre las células del Cártel del Golfo que fueron menguadas por Erik, exelemento de Infantería de la Armada de México (Semar) que, con métodos poco ortodoxos, detuvo a sicarios y cabecillas de este grupo criminal.
En 2015 se difundieron en redes sociales una serie de fotografías y videos de integrantes del crimen organizado, golpeados y con vestidos y ropa interior de mujer, labios pintados e incluso obligados a besarse entre ellos, una forma de acabar con su ‘machismo’.
Grupo Imagen es el único medio de comunicación que obtuvo una entrevista con Erik, el Marino Loko y/o Thor y/o el Señor del Martillo; nos dio sus motivos de exhibir a los sicarios con ropa femenina y besándose entre ellos.
Para esta entrevista nos trasladamos al sureste mexicano, San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Un pequeño restaurante llamado “Salsa Verde”, fue la antesala para una plática en corto, y después la entrevista.
De piel morena, estatura de 1.70 metros y cuerpo atlético, Erik, siempre con la mirada alerta, nos dio la autorización de sólo grabar su voz por seguridad personal, debido a que el Cártel del Golfo ofrece 5 millones de pesos por su cabeza.
En redes sociales ganó los motes de Thor y Marino Loko porque se difundieron videos del método que aplicaba a narcos detenidos. (Captura)
¿Por qué vistes a los delincuentes de mujer?
Fue la pregunta directa, sin tapujos; así lo pidió, nada de rodeos todo directo. Un sorbo a su refresco de cola que llevaba entre sus manos, antes de hablar.
-«Yo no digo que son víctimas (los delincuentes), uno decide qué hacer y qué no hacer, ellos tomaron esa decisión de ser malandros y entre los malandros tiene que haber alguien que mande, entonces ese señor debe de ser por consecuente machista, mandón y cuando yo los agarraba, al vestirlos de mujer, humillarlos, hacer que se besaran con los demás, que bailaran, posaran como mujer, es una forma de humillarlos y recordarles que nunca va hacer así, como ellos piensan que es»-.
Respuesta que podría haber surgido de una narcoserie que elevan la autoestima del crimen organizado y fomentan la narcocultura en un país, donde los criminales no saben nada de derechos humanos. Lo que es una realidad es que, en los últimos años, las redes sociales, han dado fama a tiktokers, youtubers o influencers, pero también le han dado fama a este ex integrante de las fuerzas armadas a quien le han compuesto corridos y raps en su honor.
En 2015 fue destacamentado en Tamaulipas para detener a Julián Manuel Loisa Salinas, Comandante Toro, jefe de plaza el Cártel del Golfo, considerado en su momento como uno de los integrantes del crimen organizado más violento de la entidad.
La historia del Señor del Martillo surge a través de las redes sociales donde anunciaba sus operativos e incluso exhibía a los sicarios y cabecillas del Cártel del Golfo con vestidos y ropa interior de mujer para hacerlos ver muy “femeninos”.
Su historia, y el mote de Thor o Señor del Martillo inicia en Reynosa, Tamaulipas, durante un operativo que se realizó coordinadamente con la unidad antisecuestros de la entidad para detener a la célula del Cártel del Golfo que había secuestrado a un exelemento de la Armada de Estados Unidos que estaba en retiro.
“El pago que pedían los malandros era de un millón 500 mil pesos; la familia sólo pudo pagar 800 mil pesos, eso los llevó a matar al señor y a tomar el rancho como una casa de seguridad de las que tenían en esos días en Reynosa”-.
Tras el operativo al interior y diversas detenciones, mientras caminaba para supervisar la casa en compañía de la dueña de la casa, pisó un pequeño martillo machacador de carne.
«Iba caminando y sin querer pisé ese machacador de carne, cuando lo piso, yo le pregunto a la señora qué es, y me dice ‘es un machacador de carne hijo’ y yo le dije me lo regala, se me se me queda viendo, así como este güey para qué lo quiere, no. Me dijo ‘sí’, pero me dijo ‘para qué lo quieres’ y yo le dije, ‘para golpear a los malandros’. Cuando le dije eso, ella se me vino rápido, me agarró con las dos manos, la mano con la que sostenía el martillo y llorando me dijo ‘dales en su madre’, eso me llegó y dije ‘se lo juro, les voy a dar en su madre'».
Tomó ese martillo y lo puso entre los pliegues de su chaleco táctico, sin saber que ese pequeño machacador de carne le daría la fama que aún se escucha en los corridos y raps que se cantan en las calles de Reynosa, Nuevo Laredo, El Mante y otras localidades tamaulipecas.
¿Cuándo usaste ese martillo?
-Fue en un operativo para detener a unos malandros del Golfo, ya estaban detenidos algunos, uno quiso escapar y le aventé el martillo, le pegué en la cabeza-.
¿Qué te dijo el malandro?
“Nada, se desmayó del chingadazo”-
En ese operativo les molió a golpes las manos a tres sicarios del Cártel del Golfo, quienes le dieron la ubicación exacta de la casa de Silvestre Haro Rodríguez, El Chive, líder de la organización criminal en Tampico, donde entró junto con su equipo a confiscar algunas cosas, romper una pintura y llevarse las cenizas del padre del capo; el mismo método fue utilizado en la casa perteneciente a un jefe de plaza del conocido, como El Mimido.
Este episodio marcó al crimen organizado, el cual se enteró de los métodos del Marino Loko; al verlo era mejor hablar sin recibir su método de interrogatorio.
«Cuando me veían, ya no es necesario preguntarles nada, ni de utilizar métodos para que me digan la verdad, simplemente me veían y decían ‘yo le voy a decir todo señor, así, así, así okay’ y los malandros los más pesados los que eran jefe plaza o los jefes regionales, pues esos era el odio, porque por más que me mandaban mensajes, dinero, regalos, mujeres, todo lo que un hombre podía ser débil, no. Pues los mandaba, le mandaba al mensajero con una marca y les mandaba decir que mujer, dinero, alcohol o droga, eso no me satisface nada, yo los quería ellos».
Los métodos poco ortodoxos de Morales Guevara, dieron como resultado el debilitamiento de una fracción del Cártel del Golfo en Tamaulipas con los aseguramientos de dinero en efectivo, armas y droga.
En la actualidad lo único que se sabe de Erik es que dio baja voluntaria de la Armada de México y que el crimen organizado ofrece 5 millones por su cabeza.