Camino descalzo en las aguas azules del mar.
Fotos: Ezequiel Gómez Leyva
Miles de gotas saladas explotan a mi alrededor, mientras unas conchas marinas me miran sorprendidas, y el sol acaricia mi rostro como queriendo jugar conmigo.
Sigo absorto buscando caminos en las aguas azules del mar, mientras una gaviota me roza las manos intentando saludarme y a lo lejos como un murmullo escucho las voces que me alientan a seguir.