El arte se acerca a la política de drogas

MILENIO

Con pintura, fotografía, instalación y proyecciones interactivas exhiben las implicaciones de la actual estrategia mundial contra diversas sustancias.

México

Llega a Ciudad de México, y solo por tres días, el Museo de la política sobre drogas, exposición que, mediante el arte, analiza cómo las políticas sobre las drogas han sido fallidas en el mundo.

La muestra ilustrará con más de 60 obras de 26 artistas de nueve países, incluidos 16 mexicanos, los daños causados por las políticas prohibicionistas. También habrá talleres y discusiones sobre los diversos enfoques acerca del uso de sustancias ilícitas en el ámbito de la salud, explica a MILENIO Daveen Tretman, productora ejecutiva de la exposición.

La también cofundadora de The Soze Agency, señala que esta iniciativa de artes visuales que incluye pintura, fotografía, instalación y proyecciones interactivas, lanzada por primera vez en Nueva York en abril de 2016 y apoyada por Open Society Foundation, ahora se podrá conocer en Lucerna 32, colonia Juárez, los días 4, 5 y 6 de mayo.

“La exposición fue creada para dar una respuesta a la sociedad sobre toda esta problemática, incluida la posibilidad de solicitar asistencia internacional con el fin de encontrar justicia para las víctimas de la violencia. Frente a este fenómeno vimos la posibilidad de unir a artistas con nuestro perfil y lograr hacer una exhibición con más de 60 obras, iniciando en Nueva York”.

¿Para qué una muestra como esta?

En temas tan difíciles de tratar, un museo nos permite ofrecer una visión distinta de cómo las drogas son necesarias. Hay una estadística sobre los opiáceos en Estados Unidos que, pese a que se consumen mucho, hay 5.5 millones de personas que no tiene acceso a ellos, aunque los necesitan como parte de su tratamiento médico, todo por las políticas sobre drogas. Por medio de este proyecto contamos este tipo de historias y mostramos a la gente lo que hay detrás.

¿Por qué recurrir al arte para abordar el problema?

El tema de la política sobre drogas es muy sensible, por lo que buscamos una forma en que fuera más fácil abrir los corazones de la gente, para que entiendan las consecuencias de no tener una buena política al respecto. El arte es una de esas ventanas que ayuda a lograrlo, es una manera de crear una experiencia para enriquecer la visión que se tiene sobre este fenómeno. El arte nos ayuda a entender mejor la situación.

México tiene un enorme problema con las drogas.

Sabemos que México ha enfrentado y sufrido una guerra contra el narcotráfico durante 12 años, y que la política actualmente está tratando de resolver este problema. Recurrimos en este país a 16 artistas que, de una u otra manera, se han visto impactados por el narco, y por eso sus obras abordan esta situación, que en gran parte se debe a la falta de políticas adecuadas sobre las drogas. Algo que me ha gustado mucho descubrir es que esos creadores tienen la habilidad de dar luz donde solo hay oscuridad, por lo que nos gustaría llevar la muestra por todo el mundo. Llegá a México después de Nueva York, Londres y Montreal, pero esperamos ir a más países.

¿Por qué solo tres días de exhibición?

Me encantaría que permaneciera más tiempo en Ciudad de México, pero está diseñada para ser itinerante, con la pretensión de poder estar en diferentes ciudades mostrando el arte y la cultura alrededor de las drogas y el crimen organizado.

¿Cuáles soluciones se proponen?

Uno de los aspectos que intentamos destacar con este Museo es la producción de drogas, así como la información que brindamos en la frontera entre México y EU sobre su uso medicinal o recreativo, sin abusar. Hablamos de la responsabilidad del gobierno sobre los problemas que ocasiona la falta de una política adecuada de drogas, aunque también hacemos un énfasis en los problemas de las prisiones que están sobrepobladas.

Serán exhibidos trabajos como el de Adriana Zehbrauskas y sus fotos de Grace Elizalde, serie sobre la niña de ocho años que sufre de ataques casi cada hora y su tratamiento con base en mariguana, lo que estaba restringido en México. Hace tres años, Grace se convirtió en la primera paciente mexicana en usarla legalmente con fines medicinales.