Los vicios de Freud y su suicidio asistido

COMUNICADO

Se cumplen 162 años del nacimiento del padre del psicoanálisis, un revolucionario hasta en el instante mismo de su muerte en 1939, mediante eutanasia.

Ciudad de México

En 23 de septiembre de 1939 en Londres, agobiado por los dolores de un cáncer bucal, falleció Sigmund Freud a los 83 años. Estaba en manos de su doctor, con quien había acordado apresurar el final si la enfermedad lo torturaba a límites insoportables. Nació en Príbor, República Checa, el 6 de mayo de1856, hace 162 años.

A casi 80 años de su muerte aún continúa el debate sobre la ética del suicidio asistido, pero en aquel momento final, Freud pidió a su doctor, Max Schur, cumplir con el acuerdo que habían establecido años atrás para permitirle morir con dignidad.

De las imágenes que podemos rescatar de Freud, es probable que en la mayoría aparezca con un puro en la mano. Y es que fumaba más o menos 20 puros diarios de su marca favorita: Don Pedro.

De acuerdo con Florencio Monje, jefe de Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Infanta Cristina de Badajoz, en un nota publicada en el diario El Mundo, el comienzo de todo fue una enfermedad pre maligna (leucoplasia) cuando él tenía 62 años, derivada en gran parte de su tabaquismo. Sin embargo, Freud confió siempre en que su hábito era resultado de una pulsión sexual en relación con su hija Anna.

Freud empezó a fumar cigarros en 1900, paradójicamente, forzado a encontrar un sustituto de la cocaína, la cual consumía desde 1887 para ayudarle con la depresión, la falta de energía y para algunos problemas estomacales, además de utilizarla como afrodisiaco (David Cohen, The Escape of Sigmund Freud, 2009).

Hacia finales del siglo XIX, Freud llegó incluso a escribir una serie de ensayos descriptivos y analíticos sobre la cocaína, su uso y sus efectos (Escritos sobre la cocaína, Anagrama 1994-2006); sin embargo, él mismo excluyó esos escritos de las colecciones posteriores de sus trabajos.

Después de 1900, Freud abandonó la cocaína y procuró alivio con una fuerte dosis diaria de tabaco. El exceso de cigarros puros sería lo que eventualmente le provocaría el cáncer bucal que se le diagnosticó en 1923 y que eventualmente lo llevaría a la muerte en 1939.

A sus 67 años, la lesión empezó realmente a molestarle. Después de muchos vaivenes con amigos médicos y demás especialistas, el diagnóstico reflejó un carcinoma de células escamosas, o lo que es lo mismo, cáncer. Freud se refirió a su enfermedad como «mi querida neoplasia».

A partir de ese momento empezó una verdadera tortura de tratamientos, pues se sometió a radioterapia mediante diversas técnicas en tres ocasiones y «tuvo que pasar por el quirófano hasta 33 veces».

De esas intervenciones, la mayoría fueron aplicadas con anestesia local, algunas de ellas con sedación y solamente una, la última, con anestesia general». Hay datos que prueban que Freud utilizó cocaína para combatir sus fuertes dolores en momentos puntuales del padecimiento. En total, 16 años de enfermedad terminaban con la vida de Freud.

Cuando el cáncer estaba avanzado y el deterioro físico era más que importante acudió a su amigo, el doctor Max Schur, para pedirle su ayuda. El médico le aseguró que no había olvidado su promesa.

El pacto acordado años antes, de ayudarle a terminar con su vida cuando ya no pudiera más, se cumplió con precisión. El doctor Max Schur le administró 400 miligramos de morfina, una dosis letal, en dos inyecciones, una cada 12 horas, lo que finalmente lo llevó a una muerte indolora el 23 de septiembre de 1939.

El cáncer que padeció Freud hoy en día sería curable. Se trataría de un tratamiento estandarizado en cirugíaoral y maxilofacial, el normal en este tipo de cánceres, que extirparía la zona afectada y la reconstruiría con diferentes técnicas quirúrgicas.

El caso del suicidio asistido de Freud se ha utilizado como uno de los argumentos de mayor peso a favor de la eutanasia, pues todos los biógrafos del psicoanalista coinciden en que tuvo una muerte más tranquila, indolora y digna gracias a su médico y de acuerdo con sus propis deseos.

*Con información de beliefnet.com y El País

AG