Museo Nacional de Antropología exhibe «La Máscara de Calakmul»

1290560La pieza funeraria elaborada en mosaico de jade, concha y obsidiana gris, es la protagonista de la muestra «La Máscara de Calakmul. Universo de jade», inaugurada esta noche en el MNA

 CIUDAD DE MÉXICO, 27 de agosto.- La Máscara de Calakmul es una de las piezas arqueológicas de mayor valor y significado en México y, según los expertos, se trata de una obra en cuya piel se grabaron las claves del mundo maya y de su cosmogonía, dijo a Excélsior Pilar Cuairán Chavarría, curadora de la exposición La máscara de Calakmul. Universo de jade que se exhibe a partir de hoy en el Museo Nacional de Antropología.

La pieza fue hecha en jade y se expondrá por primera vez en la Ciudad de México, acompañada de una réplica hecha con un escáner en 3D, que podrá ser manipulada, junto con elementos interactivos y recursos táctiles con los que el INAH inicia su serie de exposiciones Una pieza, una cultura.

Descubierta entre los años 660 y 750 d.C., es una de las 20 máscaras mortuorias que existen dentro del área maya de México, detectadas en sitios como Palenque, Calakmul, Dzibanché, La Rovirosa y Oxkintok.

Para esta exposición el INAH echará mano de recursos táctiles, un guión para invidentes y débiles visuales, recreaciones virtuales, un video hecho con lenguaje de señas, una cinta guía para invidentes que se mueven con bastón, un cedulario braille y una mesa táctil donde se dispondrá de una réplica escala uno a uno de la máscara.

Dicha réplica fue posible gracias a el escaneo en 3D de la pieza y su posterior construcción a partir de una impresora 3D para que ésta fuera una reproducción exacta, explicó José Enrique Ortiz Lanz, coordinador nacional de museos y exposiciones del INAH.

“Esta es una invitación a ver una pieza huésped que difícilmente volverá a la Ciudad de México, pero que en este momento se puede mostrar con muchos de sus valores de una pieza que ha viajado a China y Estados Unidos y normalmente se expone en el Museo de Arqueología de Campeche”.

Lo relevante es que con esta exposición se inicia el ciclo Una pieza, una cultura, apuntó, donde se traerán grandes invitados de otras colecciones, esas grandes piezas de difícil acceso que ayudarán a comprender la cosmovisión detrás de los pueblos prehispánicos, dijo.

Según la historia, esta pieza fue hallada a principios de los años 80 por el arqueólogo William J. Folan, durante los trabajos en la Tumba I de la Estructura VII de Calakmul, quien trabajaba para la Universidad de Campeche. Posteriormente fue entregada al INAH para su custodia, pero al detectarse la escasez de sus registros y carecer de escritura, no se logró determinar a quién perteneció.

Hacia 1984 fue restaurada, primero por Jaime Cama y más tarde por Sofía Martínez del Campo, quien finalmente consiguió darle su forma definitiva, aunque se reconoce que no se ha descubierto el nombre de su portador.

“Hoy sabemos que la máscara la portó uno de los antecesores de Garra de Jaguar –gobernante que llevó a Calakmul a su máximo esplendor–, pero aún no hemos determinado a quién correspondió”, aseguró Ortiz Lanz.

A esta incógnita se suman dos más: a quién se dedicó la Estructura VII y a qué guerras estuvo asociado el portador de la misma.

1290561METÁFORA DE PODER

La máscara mortuoria de Calakmul es considerada una de las más complejas e icónicas, junto con la de Pakal, no sólo porque representa o da poder al gobernante o le permitía controlar las fuerzas del inframundo, comentó José Enrique Ortiz Lanz, sino porque la máscara era una metáfora de la importancia que adquirían los ancestros, por lo que era un elemento vital que contenía elementos de su cosmovisión, pues la muerte realmente era un rito de paso hacia otras formas de existencia.

“Es necesario aclarar que esta máscara es muy compleja, porque tiene muchos elementos, no sólo el rostro del gobernante en sí, que fue trabajado de una manera naturalista, sino también el conjunto de símbolos hechos al momento de morir el gobernante”, aseguró.

Entre los que se destacan en la exposición se encuentran: las orejeras, los colmillos de serpiente, sus elementos de concha y la representación de la montaña sagrada.

Primero están sus orejeras que adoptan la forma de una flor de cuatro pétalos, que forman la representación del modelo cosmogónico mesoamericano de cuatro esquinas y un centro.

Después una especie de collar que tiene bajo la barbilla, con un elemento en forma de mariposa, que representa el alma del difunto gobernante y un elemento de eterna transformación donde resurge para garantizar la vida de su pueblo.

También están los colmillos de serpiente que penden bajo las orejeras, considerando que en la cultura maya, la serpiente era sinónimo del linaje sagrado que indica la importancia del gobernante.

Además, bajo la nariz y en las comisuras de la boca aparecen algunos elementos de concha, que simbolizan el aliento de vida o el viento, que significa la elevación del gobernante y de su alma. Era la esencia sagrada.

Y la forma del tocado, un elemento complejo, donde los mayas representaron la montaña sagrada, que es justamente el lugar de la cosmovisión maya, donde renace la vida, con un arco tallado en la parte más alta del tocado, y dentro de ella la representación de la cueva sagrada donde renace el maíz joven.

Todos estos elementos confirman que la función del gobernante, al momento de morir, era descender al inframundo investido con esta máscara verde esmeralda, como dios del maíz, para resurgir en una deidad del maíz joven y así garantizar el sustento de su pueblo hasta el fin de los tiempos”, explicó Cuairán Chavarría.

Para terminar, Ortiz Lanz adelantó que en los siguientes años se conseguirá completar la lista de los gobernantes de Calakmul y se podrán detallar los eventos que estuvieron asociados a este gobernante, “ya que tras 20 años de trabajos continuos, sólo se han consolidado los datos de Calakmul a partir del siglo VIII.