Jóvenes tlaxcaltecas llevan sus imágenes a EU

creado-Consejo-Nacional-Cultura-Artes_MILIMA20150806_0005_8Diez mujeres de San Pablo del Monte integran un colectivo de fotografía que documenta los problemas de su comunidad, como la trata de personas.

LAURA CORTÉS
México
San Pablo del Monte, un pequeño poblado ubicado en las faldas del volcán La Malinche, al sur de Tlaxcala, es mencionado pocas veces en los medios de comunicación. Recientemente ocupó los titulares de las secciones culturales por la inexplicable e intempestiva demolición de la capilla del Santo Cristo, una joya arquitectónica del siglo XVIII, catalogada como inmueble histórico.

Sin embargo, desde hace más de un año un grupo de diez mujeres se ha esforzado por dar visibilidad a esta comunidad de aproximadamente 56 mil habitantes. El colectivo, integrado por jóvenes cuyas edades oscilan entre los 13 y los 22 años, ha hecho de la fotografía el instrumento principal para mostrar la realidad social de San Pablo del Monte.

En marzo de 2014, como parte del programa Cultura para la Armonía, se convocó a mujeres de este poblado tlaxcalteca a participar en un taller gratuito de fotografía. El propósito de este proyecto, impulsado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y dirigido a jóvenes en situación de riesgo, fue emplear la fotografía como un instrumento de concientización y prevención sobre un problema que afecta a San Pablo del Monte: la trata de personas.

En otros lugares se ha realizado otro tipo de talleres artísticos, pero en esta población se planteó usar la fotografía por tratarse de una “herramienta muy flexible que permite no solo registrar los hechos, sino que se convierte en un medio de expresión artística”, explicó a MILENIO Alma Calvario, tutora del taller y también originaria de San Pablo del Monte.

“La finalidad de capturar imágenes de su cotidianidad es que éstas tengan un impacto en las jóvenes, que las vuelvan más sensibles a su realidad”, añadió la también comunicóloga.

Aunque la trata de personas es un fenómeno de mayor gravedad en Tenancingo, población cercana a San Pablo del Monte, esta última también se considera un foco rojo: “Aquí la trata de personas se puede llegar a ver con la normalidad con la que se ven otras actividades. Podemos identificar a quiénes se dedican a ella y ya no sorprendernos”, dijo Calvario.

El taller de fotografía, aseguró su tutora, ha servido como un arma de empoderamiento para las jóvenes que ahora “son conscientes de la problemática de San Pablo y se han convertido en voceras gráficas de su comunidad”. Uno de los grandes atractivos del festival es el estreno en Latinoamérica de la película Ava´s Possessions.

Alva Cantor cursa la carrera de Psicología y forma parte del colectivo de fotografía desde sus inicios. Aseguró que el taller no solo ha sensibilizado a sus integrantes, sino también ha permitido a quienes ven sus fotografías darse cuenta de que la trata de personas es un fenómeno grave en el municipio y en todo el estado de Tlaxcala. “Muchas personas no lo ven como un problema real, pero a través de la fotografía podemos generar un cambio social. El taller nos ha ayudado a darnos cuenta, por ejemplo, de cómo viven los padrotes y sus víctimas y cuáles son las consecuencias. No se trata solo de mostrar las tradiciones de nuestra comunidad sino de revelar lo que sucede en San Pablo”.

Las fotógrafas han expuesto su trabajo en diferentes ciudades del país como Tlaxcala, Puebla, Chilpancingo, Acapulco y Ciudad de México. Actualmente, con el apoyo del Instituto Tlaxcalteca de Cultura, están preparando una muestra fotográfica para ser presentada en Boston, Massachusetts.

Aventura creativa

El taller fotográfico convocó a mujeres de diferentes edades y ocupaciones. La mayoría de ellas nunca había usado una cámara. Al final, el colectivo quedó conformado por diez integrantes. La menor: una niña de 13 años, la mayor: una estudiante de sicología de 22 años. A todas ellas, comenta Alma Calvario, titular del taller, la fotografía les ha llevado a embarcarse en una aventura creativa que les ha cambiado la forma de ver la vida.

Las jóvenes que se reúnen tres veces a la semana, un día para revisar la teoría y dos para llevar a cabo la práctica, han aprendido los conceptos básicos de la fotografía y del fotoperiodismo. Asimismo, el uso de herramientas de edición digital como Photoshop y la creación de animaciones con programas como Stop Motion.

Además de la participación en el taller de fotógrafos profesionales, como Alfredo Martínez y Elsa Escamilla, han podido convivir con personajes reconocidos como la multipremiada Graciela Iturbide, quien ha inculcado en algunas de las fotógrafas la pasión por las imágenes en blanco y negro.