McKamey Minor, la casa del terror más traumatizante del mundo

Si eres un fanático de las películas de terror y de las experiencias extremas la residencia Mc Kamey Minor es para ti.
Se trata de una de las atracciones del turismo de horror más impactantes de la historia.

Cuenta con entre cuatro y cinco monstruos, así como las luces intermitentes que dan un aspecto lúgubre a toda casa de este tipo.

Pero a diferencia del resto, esta parece ser habitada por verdaderos asesinos seriales, que a parte graban y fotografían cada una de tus experiencias para que te lleves un recuerdo gráfico de la vez que sentiste el mayor miedo de tu vida.

Los creadores de esta atracción prometen hacerte pasar la experiencia más perturbadora de tu vida, después de la cual es probable que recibas terapia.

Su ubicación es desconocida, ya que sólo se revela que está en San Diego, California, aumentando aún más la intriga por lo que ahí sucede.

Entre su oferta se encuentran baños de sangre que pocos imaginarían que es falsa, te amarran, te lanzan baldes de insectos como cucarachas y tarántulas o te meten en jaulas con serpientes y ratas.

Pasas tormentos dignos de una película de terror y aunque sus recorridos no duran más de siete horas, hay quienes a mitad de camino imploran llorando que los dejen ir.

Los grupos no sobrepasan las cuatro personas y no se realizan más de tres por día pero no por falta de interés, ya que la lista de espera ronda las 24 mil personas.

Los creadores de la casa Mc Kamey Minor aseguran haber invertido más de medio millón de dólares, con el fin de hacer pasar a sus visitantes la experiencia más real y horrible posible.

Pero una experiencia tan extrema tiene sus requisitos, ya que tienen prohibida la entrada personas menores de 21 años, asmáticos o con problemas del corazón, así como personas en silla de ruedas o quienes sufrieron de fractura en algún momento de su vida.

También tendrás que firmar un contrato donde exoneras a los dueños de toda responsabilidad sobre las consecuencias de lo que te suceda una vez cruzando la puerta.

Pues aunque sólo aceptan a personas completamente sanas, múltiples malestares se vivirán como consecuencia del estrés y terror al que te someten con sus “torturas legales”.

Sólo tiene recorridos disponibles los fines de semana y por entrar pagas solamente cuatro latas o un saco de comida para perro, los cuales son donados a Grayhound, una asociación de galgos.

Qué te parece ¿Te animas a entrar?