Velas, hierbas y semillas para iniciar bien el Año Nuevo

Desde figuras de borreguito hasta aerosoles para cumplir casi cualquier deseo, en el Mercado de Sonora la gente busca algo que les permita iniciar el Año Nuevo con salud, dinero y amor.

Ciudad de México

Un olor a hierbas aromáticas inunda los pasillos angostos del Mercado de Sonora, donde la gente va a buscar una limpia, una veladora o algún ritual que le permita iniciar el 2016 con salud, dinero y amor.

– Rituales para el amor, amarres, velas. ¿Qué es lo que buscaba güerita?, le dice un comerciante a una mujer rubia que habla inglés y que parece no entender la pregunta.

– ¿Tiene corona de Shango (deidad de la santería)?, pregunta en otro local una mujer de cerca de 30 años, acompañada de otra más joven vestida de blanco y con una especie de cofia en la cabeza.

A lo largo del pasillo número ocho se ven montones de hierbas para las limpias, entre éstas la menta; también hay figuras de borreguitos para la buena suerte de entre 10 y 20 pesos; semillas de la fortuna que se venden por gramo, velas y veladoras de distintos colores, aromas y tamaños que van de los 20 pesos a los 60; y aerosoles para cumplir casi cualquier deseo y tener un buen inicio de año por sólo 60 pesos.

El ritual más buscado es el de las velas de manzana, dice Jorge, dueño del local 313 y cuarta generación de una familia dedicada a este tipo de trabajos. Explica que las manzanas están ligadas al año chino del mono y tienen que prenderse cada primero de mes para tener prosperidad, aunque según el color se puede pedir amor (rojo), dinero (amarillo) o salud (verde).

– ¿A cómo las velas para la buena suerte?, pregunta una señora de unos 40 años, al tiempo que toma una caja con velas amarrillas salpicadas de semillas.

– A 45 la caja, le contesta Jorge.

– ¿No las tiene en color azul?, pregunta la señora, quien se va al escuchar un «no».

Las velas se «ritualizan» durante dos meses para que puedan ser efectivas. Jorge se niega a revelar cómo y con qué se preparan.

Él se inició en la santería a los seis años, en un viaje a Cuba donde participó en varios ritos que, dijo, son secretos. Ahora tiene 25 años y se ha iniciado en diversos cultos para poder realizar su trabajo sin inconvenientes.

El negocio de su familia tiene 59 años. Sus bisabuelos lo iniciaron vendiendo hierbas en el mercado, ahora tienen cinco locales donde además venden artículos de santería, de la Santa Muerte y de varios tipos de culto. Sin embargo, asegura, son los rituales de Año Nuevo los que dejan las mayores ganancias.

Dice que uno de los objetos que la gente debe buscar para iniciar bien el año es una escoba de canela, que cuesta 20 pesos, con la que se barre la entrada de la casa para purificarla de las malas vibras y así atraer la buena suerte. También espigas de trigo para la abundancia, de entre 10 y 30 pesos.

«A ver si el próximo año me va mejor», dice sonriente un hombre sentado en un puesto que está a la vuelta del local de Jorge, en el que se venden productos de ritos africanos, mesoamericanos y de los indígenas canadienses, además de veladoras de la Divina Providencia.

La dueña del local, Margarita, de 66 años, prepara las hierbas para hacerle una limpia. Ella cobra 100 pesos por este trabajo que, dice, sirve para despojarse de las malas influencias, conseguir buena suerte y curar males que ni sabemos que tenemos.

«Lo que se termina bien, empieza bien» dice Margarita mientras prende un puro, así se puede «emprender una nueva vida».

Margarita sopla el humo en el rostro y nuca del hombre, le dice que se relaje y le escupe tres veces destilado de agave. «Se necesita algo fuerte para alimentar el alma», dice. En el fondo se escucha música de cumbia que suena en el radio de un local cercano.

El hombre se para y Margarita lo golpea con el manojo de hierbas. Lo sienta y pone las hierbas en su rostro, después en su cuello. «A veces las hierbas se cuecen de lo caliente que se ponen al absorber toda la suciedad del cuerpo», dice mientras coloca el manojo en el corazón del hombre.

Para que la limpia funcione, el hombre debe destrozar y pisotear las hierbas, echarlas en una bolsa con monedas, porque dice Margarita que «todo se paga en esta vida», y tirar todo en una esquina, «que todo lo malo se vaya de aquí».