Edgar Rivera, metas de altura

Edgar-RiveraEl saltador ya tiene el pase para asistir a los olímpicos y en Brasil quiere aprovechar para entrar en un grupo élite

CIUDAD DE MÉXICO

A cuenta gotas y con pocos resultados para presumir, así es la participación de México en las pruebas de campo en el atletismo olímpico.

Para la edición de Río de Janeiro 2016 se prevé que esta tendencia prevalezca, aunque habrá algunas novedades, uno de los que ya amarró su lugar en estas pruebas es Édgar Rivera en el salto de altura.

El sonorense obtuvo su pase para la cita olímpica luego de haber saltado 2.30 metros en una competencia atlética en República Checa, superando los 2.29 que que pide la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) para clasificar a los Juegos Olímpicos.

El atleta de 25 años de edad se encuentra entrenando en un Centro de Alto Rendimiento en Alemania, el cual es dirigido por la IAAF, y ahora que ha clasificado busca convertirse en una rara historia de éxito para México en esta disciplina si cumple con una digna actuación en Río de Janeiro.

Y eso sería saltar por arriba de 2.30 metros, lo que lo llevaría a las finales.

Ahora conseguido el pase, ¿qué metas te has propuesto para estos Olímpicos?

En cuestión de metas, lejos de hablar de marcas o de posiciones, me gustaría saber llevar la temporada de forma correcta para llegar a la justa en mi mejor nivel. Quiero tener una representación digna para un país lleno de gente trabajadora que siempre busca salir adelante. Me siento muy contento de poder ser un representante de México en un área donde comúnmente no hay representación. Creemos en nuestro proyecto y confiamos que llegaremos a Brasil en las mejores condiciones.

¿Cuánto tiempo tienes en el atletismo y por qué decidiste practicar el salto de altura?

En atletismo tengo ya 13 años. Empecé en pruebas combinadas como todo niño. Sin embargo, me especialicé en la prueba de salto de altura ya hace nueve años, y desde entonces no he parado de entrenar. Esta disciplina que me llamó la atención por la manera en la que se ha desarrollado. Es una modalidad donde hay que librar una varilla que va incrementando su altura, y metafóricamente lo comparo con los límites o barreras que existen en la vida. Mientras más lejos vas en la competencia, más cansado te encuentras y más difícil es librar la varilla. Ahí es cuando más concentración debes tener y te permite demostrar que con determinación y entrenamiento, siempre es posible superar tus límites.

En cuanto al programa de entrenamiento de la IAAF, al cual perteneces, ¿cómo te ha servido este proyecto en tu carrera deportiva?

Por el momento me encuentro en un centro de entrenamiento especializado de la IAAF, que se encuentra ubicado en Colonia, Alemania. Dentro del proyecto se encuentran otros dos saltadores de altura, además de mi amigo Luis Castro, de Puerto Rico, y Mohammed Younis, de Sudán. El objetivo de este proyecto es preparar y entrenar juntos para asistir a los Juegos Olímpicos con la mejor calidad, lo cual me ha estado sirviendo para mejorar mi técnica. El proyecto se renueva cada ciclo olímpico y solo pueden participar tres atletas, sin embargo, a principios de 2015, uno de ellos abandonó el proyecto por cuestiones personales y entonces yo obtuve la oportunidad de formar parte del mismo.

¿Qué tanto sacrificio has hecho en tu vida personal? Tengo entendido que ya tienes un año fuera de México.

Así es, ya un año viviendo fuera de México y sí, ha sido difícil, complicado en muchos sentidos. Siempre hemos sido una familia muy unida y el no verlos tan seguido es complicado, además de las barreras culturales que existen al mudarse a un país diferente, sin embargo, estoy seguro de que estoy en el lugar y momento correcto y ya empezamos a ver los frutos de todo ese sacrificio.