Donald Trump: de chiste a puntero

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Hace apenas ocho meses Donald Trump era el hazmerreír en Estados Unidos. Sus ambiciones presidenciales eran vistas como una broma, uno más de sus intentos publicitarios, como periódicamente hizo desde los 90.

Hoy es el hombre a vencer en el Partido Republicano, tras una campaña caracterizada por la controversia.

En términos numéricos, Trump ha obtenido consistentemente alrededor de 40% del voto republicano, que hasta ahora le ha bastado para vencer en un campo con múltiples adversarios.

Pero hay otros factores que ayudan a explicar su popularidad y su impacto en un partido que hoy parece preguntarse a dónde va y que algunos creen está al borde de un desastre.

La explicación “estándar” es que Trump es un populista que, basado en su popularidad como personalidad de televisión y su disposición de “siempre listo para aparecer en los medios”, dice lo que muchos votantes desean oír.

“Por un lado, su llamado a deportar a 11 millones de inmigrantes que están aquí ilegalmente, su apoyo a la prohibición de la entrada de los musulmanes en Estados Unidos, su invocación de temas de ley y orden así como un decidido apoyo a la policía, su respaldo de tratamiento, incluso más áspero, a sospechosos de terrorismo; todos hablan a un lado autoritario del llamado de Trump que resuena claramente con muchos en la derecha republicana”, subrayó el politólogo y analista E.J. Dionne, en The Washington Post.

Otra, frecuente también, se refiere a Trump como alguien montado en una oleada de descontento respecto a un sistema y un aparato político que, por un lado, parecen haberse olvidado de un sector de la población y, por otro, están “obligados” por compromisos con grandes intereses.

De acuerdo con información citada por Bill Schneider, un destacado analista del centro de análisis Third Way, el disgusto de los republicanos con su propio partido durante los últimos años ha excedido cualquier nivel anterior de insatisfacción interna de demócratas o republicanos”.

Y esa insatisfacción, derivada en gran medida de la incapacidad de las mayorías republicanas en el Congreso por detener las iniciativas del presidente Barack Obama se reflejó en el surgimiento de dos aspirantes republicanos “brutalmente antisistema”, dijo Schneider al referirse a Trump y su principal competidor, el senador Ted Cruz.

Y otra explicación más del éxito de Trump se refiere a la multiplicidad de candidatos. De hecho, algunos han hecho referencia a la brutal ironía de que en mayo pasado el partido parecía estar en el umbral de una extraordinaria campaña primaria, con una docena de aspirantes considerados como de alto calibre ideológico y político.

Y Trump.

El hecho es que Trump, gracias a una retórica nativista, incluso xenófoba, que va de la migración a los acuerdos de libre comercio, de la oferta de “regresar millones de empleos” a Estados Unidos y volver a hacer “grande” a su país, se ha hecho de alrededor de 35 y en algún sitio hasta 49% del voto republicano.

Que los argumentos sean demostrablemente superficiales y aún imposibles no parece importar a sus seguidores.

Cuando Trump habló de que “amo a los votantes menos educados” no era metafórico. Después de todo, precisó el Center for Politics de la Universidad de Virginia, la mezcla de autoritarismo, nativismo y liberalismo económico es un buen coctel para personas con poca educación y malas expectativas económicas.

Como demostración, The New York Times publicó el 12 de marzo un trabajo en el que analizaba el comportamiento de votantes a niveles regionales.

“Un elemento común a una parte significativa de sus partidarios es que en gran medida perdieron la transición, que duró una generación, de Estados Unidos, que pasó de ser una economía manufacturera a ser una diversa, empujada por la información y profundamente integrada con el resto del mundo”, consignó el diario.

Son un grupo social que ha sido brutalmente golpeado por la globalización y el cambio tecnológico, recordó Dionne.

Por otra parte, Trump se ha beneficiado de la forma en que sus adversarios se repartieron los votos. Los rivales del empresario representaron una gama de opciones –de la derecha religiosa hasta el centro-derecha tradicional– que fragmentó a los grupos votantes.

El empresario y desvergonzado autopromotor ha sido atacado, desmentido, insultado, confrontado, rechazado y parece que nada le ha hecho mella –excepto tal vez ser ignorado, y ha tratado con éxito que eso no ocurra–.

“En un momento cuando los votantes creen que todo el Washington oficial (gubernamental) está corrupto, la noción de tener un Presidente que no debe nada a nadie puede ser atractiva. Además, muchos votantes concluyeron hace tiempo que no importa si demócratas o republicanos ganan, los políticos serán siempre los reales ganadores y la nación la perdedora”, dijo Scott Rasmussen, un encuestador político ligado al Partido Republicano.

Y Trump, un multimillonario empresario de bienes raíces en Manhattan, autofinancia su campaña y de hecho aprovecha la experiencia y el manejo que le han dado 25 años de aparecer en los medios con cualquier pretexto.

De hecho, ha mostrado un mejor dominio de las redes sociales que sus rivales.

Trump ha afirmado que ha atraído a votantes que se habían mantenido al margen, pero según Ron Brownstein, analista de The Atlantic, en realidad es de votantes pro-republicanos que se habían marginado.

Eddie Zipperer, profesor de historia de la Universidad  recordó el cuento de Pinocho. De acuerdo con un texto reproducido por The Hill, “hay una famosa escena de (la película) Pinocho que es básicamente una alegoría de la historia de Donald Trump: Pepe ‘el editorialista’ Grillo le dice: Adelante, hazte el tonto; tal vez entonces escuches a tu conciencia”.

Pero entonces el muñeco de madera animado, al que Zipperer llama “Pinocho J. Trump”, sale a escena y baila con las marionetas normales pero obviamente no lo hace igual, es más torpe. “Pero la multitud lo ama porque no tiene ataduras y lo grita a todo pulmón”.

Y la multitud se vuelve loca “por el torpe, inepto Pinocho sin cuerdas”, añadió.

Trump, por lo pronto, parece en camino de conquistar la candidatura republicana…