Policía de Taxco ‘casi me mató a golpes’: estadunidense

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CIUDAD DE MEXICO

A tres años de la golpiza que le dieron policías municipales durante cuatro horas, Ronald James Wooden de origen estadunidense, recuerda que en aquel episodio de su vida, agentes policiales de Taxco, Guerrero lo golpearon brutalmente con puñetazos y le pegaron con culatas de rifles.

Llegó a Taxco, municipio guerrerense que se distingue por sus minas de plata, para junto a su esposa mexicana, establecer un taller de herrería. Aunque asegura que vivía una vida tranquila, aquel incidente con la policía municipal, lo dejó imposibilitado a realizar su trabajo de herrero, y apenas, comienza a recuperar algo de sensibilidad en sus manos.

Los agentes le apretaron los grilletes y luego se pusieron sobre ellas para infligir el mayor daño posible a sus manos, apunta Wooden, de 46 años, que había abierto un taller en las colinas de las afueras de la ciudad de Taxco.

La policía lo detuvo por supuestamente alterar el orden, pero Wooden sostiene que la paliza se produjo por una disputa con su vecino, un expolicía que dijo pertenecer a un cártel local de la droga.

Me pegaron durante casi cuatro horas. Algunos se cansaban y entonces entraban otros. Iban a matarme y hacerme desaparecer», recuerda el estadunidense, que dice que sufrió daños en el sistema nervioso, además de costillas rotas y lesiones en los genitales.

Lo que lo salvó, sostiene, fue una «intervención divina y el amor que mi familia tiene por mí». Su esposa, Carmen, esperó afuera del ministerio público durante horas hasta que pudo pagar su fianza de 200 pesos y para entonces, poder llevarlo a un hospital tras quedar en libertad.

Grupos de derechos humanos dicen que la tortura policial sigue siendo muy común en México, pero el caso de Wooden, ocurrido en 2013, es inusual por dos aspectos: es ciudadano estadunidense y logró una orden judicial para una investigación penal sobre la golpiza.

Una pesquisa realizada en 2014 por la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos del estado de Guerrero, formada por el gobierno, halló que la policía de Taxco detuvo ilegalmente a Wooden, se contradijo sobre cómo se habían producido sus lesiones y esencialmente mintió sobre su alcance. Se determinó que el estadunidense había quedado cubierto de magulladuras, rasguños y cortes.

La comisión emitió una directiva que decía que las autoridades municipales deberían castigar a los responsables y pagar una indemnización.

Tras dos años sin avances, un juez federal ordenó el pasado 30 de junio que el gobierno de México abra una investigación penal formal por tortura y secuestro en el caso de Wooden.

«Esto abre una brecha nueva, poco explorada, poco utilizada» para obligar a las autoridades a investigar las miles de quejas por torturas en México, dijo Mario Santiago, un abogado del grupo de derechos humanos Idheas, que representa a Wooden.

Wooden, que había estado viviendo en Texas, se mudó a Taxco atraído por su afamada industria de la joyería en plata, pero en los últimos años, la localidad de la época colonial ha sido señalada por el control que ejercen los cárteles de la droga.

Tan pronto como abrió su tienda, recuerda el herrero, comenzó a recibir amenazas de un vecino que decía ser miembro del cártel Guerreros Unidos y le pedía un pago de 10 mil pesos mensuales para su protección.

Cuando los agentes aparecieron, recuerda, se fueron directamente hacia él pateándolo y propinándole puñetazos en el suelo. Lo detuvieron por estar ebrio y alterar el orden, sin embargo estas acusaciones las ha negado desde el primer momento.

Además de los daños físicos, Ronald James dijo que parte de su equipo fue sustraído. Él y su esposa se marcharon de Taxco por miedo y se trasladaron a otras partes del país. Apunta que no ha podido embarcarse en nuevos proyectos por sus lesiones y falta de dinero para comprar materiales.