En 3 sexenios han incautado 234 mil 738 armas

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Milenio
Desde la administración de Vicente Fox y hasta el gobierno de Enrique Peña Nieto han sido decomisadas 234 mil 738 armas de diferente calibre en México. Dicha cantidad serviría para equipar a 87 por ciento de los soldados mexicanos con una pistola o rifle, alcanzaría para armar a ejércitos del tamañao de los de Perú y Venezuela juntos, o el alemán.
Dicha cifra da una idea de la cantidad de armas ilegales que hay en el país y de lo que puede provocar su uso; en el mismo tiempo se han cometido 111 mil 453 asesinatos dolosos con arma de fuego, de acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública, esto equivale a un promedio de más de 6 mil 700 asesinatos a balazos por año, 562 por mes, 18 cada día.
Entre 2001 y septiembre de 2016 las fuerzas federales han asegurado un promedio diario de 40 armas. Los resultados más importantes se obtuvieron durante el sexenio de Felipe Calderón, pues de las 234 mil armas incautadas en el lapso mencionado, siete de cada diez se recuperaron en dicho periodo.
En la actual administración se han decomisado 33 mil 933 armas, lo que representa una baja considerable respecto al gobierno anterior y un número similar al que se registraba en tiempos de Vicente Fox, durante sus primeros cuatro años al frente de la Presidencia.
Actualmente se libra un debate sobre flexibilizar o no las restricciones para portar armas, a pesar del gran tráfico que existe. Un estudio de la Cámara de Diputados estima que hay 11 millones de armas ilegales en el país, la mayoría proveniente de EU, mientras que las estimaciones de las legales ascienden a 2.8 millones, según la Sedena, y hasta 4 millones, de acuerdo con organismos internacionales.
El senador panista Jorge Luis Preciado propuso modificaciones al artículo 10 constitucional para que los mexicanos puedan tener o portar un arma no solo en su hogar, sino también en sus negocios o automóvil.
«No es lo mismo un letrero que diga: ‘¡Cuidado con el perro!’ que otro que diga: «¡Cuidado, estamos armados!», dice el legislador panista, quién recomienda la creación de por lo menos 31 armerías en el país, como las que había a principios y mediados del siglo pasado, que se sumarían a la de la Secretaría de la Defensa Nacional que ya existe en la Ciudad de México. Operarían en cada entidad bajo la supervisión de la Sedena. Con ello se lograría tener un registro claro de dónde están las armas, quién las tiene y para qué las tiene, según el legislador.
Además, Preciado señala que «debe haber clubes de tiro para prácticas, para aprender a manejar armas».
Actualmente el articulo 10 constitucional señala que los mexicanos «tienen derecho a poseer armas en su domicilio». Solo ahí.
De esta propuesta se ha deslindado su misma fracción parlamentaria, la panista, algunos de sus opositores sostienen que de aprobarse daría por resultado más homicidios.
El legislador también negó que el número de suicidas pudiera crecer. «El que se quiere suicidar va a un edificio y se avienta; o bien, ese hipotético suicida usa pastillas, cuerda, veneno para ratas, o se va al Metro».
Rechazó que habría mayor delincuencia. «El delincuente que decide delinquir va al mercado negro y compra su arma». Sobre las personas que buscan protección, el senador señaló que «el arma no hace al delincuente», pues «esa idea del Viejo Oeste no es real».
Concreta su idea así: «Es para una legitima defensa. Para defender la vida o el patrimonio se necesita un arma, si no, la ley es letra muerta».
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En la Comisión de Justicia del Senado está su némesis. La otra propuesta es del senador del Partido de la Revolución Democrática, Luis Humberto Fernández, quien pretende endurecer las penas por portar armas. No busca cambios al artículo 10 constitucional, sino modificaciones a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos y el Código Penal.
«Hay quien piensa que se debe ser como el vengador anónimo, quieren traer un arma sin mayor argumento», reviró el perredista.
Exhibió sobre su escritorio estudios de académicos de Estados Unidos que, según él, demuestran que «tener un arma en casa no necesariamente es un elemento de seguridad y sí de riesgo, y peor aun, llevar un arma consigo».
Ejemplifica con datos de la vida cotidiana: «Recién observé una pinta en el muro de un negocio que decía: ‘Si grafiteas no respondo por tu vida’. Imagina que todo comercio tuviera eso, un arma».
El senador perredista propone que el camino para atacar la inseguridad en el país no sea tener más armas, sino al contrario, retirar las armas ilegales.
«Es importante no caer en soluciones de película, en balas de plata o soluciones mágicas. El tema de la inseguridad es que no funcionan las instituciones, hay que despistolizar el país y fortalecer las instituciones».
Sostuvo que «la portación de armas no resuelve nada, solo profundiza el conflicto y crea condiciones de inseguridad peores que las que tenemos actualmente».
Y apunta: «Se ha incrementado la violencia porque el Estado falló, pero que nos armemos todos se me hace peligroso. Estamos en un Estado vulnerado por la corrupción, no podemos hacer que el Estado renuncie a su obligación de defendernos».
La propuesta de Jorge Luis Preciado no es el camino, afirmó Fernández. «Como legisladores no debemos renunciar a proponer rutas que sean viables para la solución de los problemas y no aventar la pelota a los ciudadanos: ármense y resuelvan ustedes».