Otto Dix, testigo del horror, en el MUNAL

La exposición Otto Dix. Violencia y pasión, considerada la retrospectiva más completa que del artista alemán se haya mostrado en América Latina, será inaugurada en el marco del Año Dual México-Alemania, el próximo martes 11 de octubre en el Museo Nacional de Arte (Munal).

La muestra, curada por Ulrike Lorenz, directora del Kunsthalle Mannheim, la conforman alrededor de 160 obras que dan cuenta de las diversas estapas y técnicas del pintor alemán más trascendente del siglo XX, al que, por sus aportaciones artísticas, se ha comparado con Picasso.

Reinhard Maiworm, director del Instituto Goethe y responsable de la programación cultural del Año Dual México-Alemania, dijo durante la presentación de las actividades de este encuentro binacional que esta muestra representó todo un desafío, ya que no fue nada sencillo reunir la obra de este gran documentalista que retrató el trauma, la violencia y el horror de la guerra, así como los estragos causados por la pobreza en su época.

“Es una exposición creada especialmente para México cuando, al mismo tiempo en Düsseldorf, Alemania, se está trabajando una exposición de Otto Dix. Logramos nuestro propósito: obtuvimos el préstamo de cuadros en todo el mundo, y al final tenemos aquí un cuerpo de obra muy interesante”.

Ulrike Lorenz, especialista en la obra del artista, escribió para la presentación de la muestra Otto Dix. Violencia y pasión: “Probablemente ningún otro pintor como Otto Dix encarna, en su biografía y en su arte, el siglo de los extremos en Europa, el cual dejó una marca decisiva en Alemania con dos guerras mundiales, la cultura de la República de Weimar y la división política después de 1945. Fue un afectado como un observador, el grandioso realista adoptó una postura crítica frente a su época y rindió testimonio en cuadros que sacuden al espectador. Se presentan trabajos sobre el papel de la Primera Guerra Mundial, pasando por los trepidantes dorados años veinte, hasta llegar al neoexpresionismo después de 1945. Es una gran exhibición del pintor alemán en México, que ofrece una mirada amplia en la obra completa de este grandioso realista”.

La especialista sostiene que Dix fue un contemporáneo y testigo de su época, un afectado y un observador. En el apogeo cultural de la República de Weimar, Dix avanzó hasta ser el representante más importante de un realismo crítico, con el que adoptó una postura intransigible ante su época. Bajo la dictadura nacionalsocialista, sus cuadros fueron clasificados como “arte degenerado”. Tras la Segunda Guerra Mundial, intervino a favor de la paz en la Europa dividida.

Como testigo de su tiempo, Dix encontró un interés extremo en la naturaleza humana, en los conflictos sociales, en la violencia y la pasión, sostiene la curadora de la exposición, la cual llega a la Ciudad de México tras exhibirse en el Museo de Arte Contemporáneo (Marco) de Monterrey.

La exposición, que es producto de la colaboración del Marco, la Secretaría de Cultura del Gobierno de la República y del Instituto Goethe, está dividida en siete capítulos temáticos, por los cuales el público podrá recorrer toda la trayectoria del artista.

Las obras del gran artista plástico alemán lo mismo denuncian la inequidad social que retratan los prostíbulos, los muelles y el estilo de vida de los marineros. Asimismo, comparte con el espectador la naturaleza humana envuelta en la lujuria y hasta en escenas de crímenes pasionales, sin dejar de lado las alegorías religiosas.

Sus óleos, aguafuertes, litografías y dibujos a lápiz, además de sus grabados, dan cuenta del periodo que el artista se dedicó a retratar las atrocidades de la guerra, imágenes aterradoras, elogiada por unos y criticadas por otros, bajo el argumento de que hacía una apología a la violencia.

La influencia de la guerra
Autorretrato-caballete-pieza-central-exhibicion_MILIMA20161007_0056_8La exposición Otto Dix. Violencia y pasión tiene como pieza central el Autorretrato con caballete que el artista alemán pintó en el mejor momento de su carrera en Berlín; allí el artista aparece pintando y vestido de traje. Lo interesante es que la pintura no tiene la firma del artista sino solo dibujó un monograma: sobre un arco aparece una pequeña serpiente.

El recorrido por la muestra inicia con su obra temprana, para después adentrarse en el tema de la guerra, que para él fue una gran influencia. Continúa con la época posterior al conflicto bélico, con sus acuarelas. También hay un apartado dedicado a los retratos y a la gran ciudad, así como otro destinado a sus creaciones de los años treinta y cuarenta. El final está dedicado a sus últimos años.

La exposición estará acompañada del catálogo de Otto Dix. Violencia y pasión, una publicación que consta de 250 páginas en español e inglés.