Argentina aprueba uso medicinal de cannabis

El Senado argentino aprobó el miércoles un proyecto de ley para que el Estado garantice el acceso al cannabis con fines terapéuticos, considerado un paso adelante por enfermos de distintas patologías que luchan para que en un futuro se permita el cultivo personal de marihuana.

La iniciativa, que establece un marco regulatorio para el uso médico y científico del cannabis y sus derivados, fue aprobado con voto unánime de los 58 senadores presentes en el recinto. Desde noviembre contaba con media sanción de la Cámara de Diputados.

La norma aprobada crea un programa para el estudio del uso medicinal del cannabis y sus derivados en el Ministerio de Salud, que deberá «garantizar el acceso gratuito al aceite de cáñamo y demás derivados» de la planta a todos aquellos pacientes que se incorporen al mismo.

Organismos estatales como el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria quedan autorizados a cultivar la planta con fines investigativos y a elaborar la sustancia que podrán recibir pacientes que presenten las patologías contempladas en el programa, las cuales serán fijadas en la reglamentación de la norma.

Valeria Salech, presidenta de Mamá Cultiva, una de las organizaciones no gubernamentales que reclaman que se permita el cultivo personal de marihuana para uso terapéutico, dijo que la ley constituirá «un paso adelante» para Argentina, que se pondrá al mismo nivel de otros países en esta materia.

Tenemos médicos muy capaces que la están esperando para actuar y ayudarnos sin caer en la ilegalidad. Habrá producción e investigación nacional», destacó Salech, madre de un niño de 10 años con epilepsia y autismo que consume aceite que ella extrae de marihuana que tiene plantada en su casa con resultados, según dijo, muy positivos.

La mujer cuestionó que la ley no autorice el cultivo personal libre pero se mostró esperanzada en que «abrirá la puerta para tratar de incorporarlo» en un futuro próximo.

Salech también rescató que la iniciativa contemple la creación de un registro nacional para pacientes que sean usuarios de aceite y otros derivados del cannabis cuyos datos personales serán confidenciales.

No está claro quién llevará este registro y si será más o menos restrictivo, aunque funcionará como una suerte de paraguas legal que evitará que las familias cultivadoras de cannabis puedan ir presas por ese artículo de la actual ley» que penaliza la producción de marihuana, dijo Salech.

Durante el tratamiento del proyecto en comisiones legislativas científicos y médicos sostuvieron que el aceite de cannabis se ha demostrado beneficioso para el alivio del dolor causado por el cáncer, el control de las náuseas que provoca la quimioterapia y la disminución de las convulsiones en enfermos de epilepsia refractaria.

Según la iniciativa, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica permitirá la importación de aceite de cannabis y sus derivados hasta que el Estado esté en condiciones de producirlo. Asimismo se priorizará la producción del aceite a través de la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos.

Mama Cultiva y otros grupos señalaron que «sólo el auto cultivo y el cultivo cooperativo en manos de los usuarios garantizan la existencia de una red de salud pública que no depende de la industria farmacéutica y su concepción mercantilista de la medicina».

Afirmaron que el Estado o los laboratorios pueden demorar años en producir todos los tipos de derivados del cannabis mientras las familias ya elaboran con éxito el aceite.

Adriana Funaro fue detenida en febrero en las afueras de Buenos Aires luego de que un vecino la denunció por cultivar marihuana en el jardín de su casa. La justicia le otorgó la prisión domiciliaria debido a que padece artrosis, cuyos dolores calmaba con aceite de cannabis.

Uruguay es el primer país del mundo en tener un mercado legal de la marihuana desde su siembra hasta su venta al público. En tanto, en diciembre de 2015 Chile autorizó la elaboración de medicamentos derivados de la planta a farmacéuticas que podrán venderlos en laboratorios o farmacias.