Un oaxaqueño en Corea del Sur

El imparcial

En 2013, ganó en aquel país el certamen internacional de trombón; ahora, el músico de San Lorenzo Cacaotepec es principal en la sección de trombones.

A Faustino Díaz (1982, San Lorenzo Cacaotepec, Oaxaca) su padre, don Rodolfo Díaz, jamás le impuso la música, aunque ésta fuese algo con lo que la familia viniera desarrollándose por varias décadas (ahora, más de 100 años).Sin embargo, por decisión propia y entusiasmado por tocar la batería, optó por este camino.

De eso, han pasado casi tres décadas y de aquel niño de siete u ocho años se mantienen las ganas de aprender, de dar lo mejor de sí, de superarse. Faustino no toca la batería, como lo quería de pequeño, pero el oído que tenía por el trombón y su decisión pudo más, al grado de hacer de aquel instrumento algo virtuoso.

Si el padre de Faustino hubiese secundado los deseos de su hijo por la batería, y sin poner reglas de por medio, quizá sería otra la historia de este oaxaqueño. No obstante, es la de un músico que ha conquistado varios escenarios en el mundo y que ahora es el trombonista principal de la Daegu Symphony Orchestra, en Corea del Sur.

Son casi 28 años los que Faustino ha dedicado a la música, y aunque lejos de su tierra natal y su país, mantiene la tradición iniciada por su tatarabuelo, don Emilio Díaz.

Primer recital en Corea del Sur

En febrero pasado tuvo su primer recital junto a la orquesta de aquel país. Las expectativas eran altas, pues desde su llegada a la orquesta, los diarios locales de Corea le habían «anunciado con bombo y platillos».

¿Qué sintió Faustino en ese primer recital, al estar lejos de su país, inmerso en otra cultura, con nuevos compañeros y en una nueva casa? Si bien ha tocado en otras ocasiones en escenarios internacionales, este concierto «fue especial porque había mucha expectativa alrededor del nuevo trombonista».

?Significaba ello alguna precaución?, no, por el contrario: cuenta que eso le llenaba de emoción, pues «todos los ojos se centraban en mí».

En Corea del Sur, donde reside desde enero y permanecerá al menos un año (o tres, si acepta alargar el contrato), el músico oaxaqueño tuvo una recepción que califica como increíble. En su nueva casa musical, incluso es tratado como el hermano menor, ya que todos los de la orquesta lo cuidan.

«En este país, el valor que los gobiernos y la sociedad le dan a la música es incalculable. Y a mí me recibieron como si fuera un campeón. Todos mis compañeros, desde que llegué, no hacen más que ayudarme a que la adaptación a este mundo -tan diferente al de México- sea más rápida».

Alegre porque ya se acostumbró a los cambios bruscos, comenta que lo que queda es aprender el idioma. «De ahí en fuera, los coreanos son gente muy amable y servicial, y la cocina coreana es mucho mejor que la holandesa o la suiza, aunque no tan buena como la oaxaqueña».

En 2013, Faustino ganó el primer lugar en el Concurso internacional de trombón, en Jeju, Corea. Casi cuatro años después, se encuentra en aquel país donde el precedente y su amplia trayectoria internacional parecen ser una ventaja muy grande, «pues todos los trombonistas, trompetistas y tubistas me conocen muy bien».

Incluso, dice sentir un trato especial a causa de ese camino andado.

«En cuanto arribé a Corea, los organizadores del concurso que gané me llamaron para invitarme a ser jurado este año, pero un par de conciertos en Hong Kong, en las mismas fechas, me lo impidieron».

Tocará como solista


Faustino tocará como solista durante el verano, como parte del Slider Asia Festival, el Festival de Trombón más importante del continente asiático. Pero antes, en junio, vendrá a México para dar conciertos en Puebla, Ciudad de México y Jalisco; también para presentar su primer CD como solista, el que grabó junto a la Orquesta Sinfónica de Xalapa.

Por ahora, sigue esforzándose para dar lo mejor de sí en la Daegu Symphony Orchestra, en la que la convivencia con otros músicos del país e internacionales le han ayudado a percibir un nivel musical «medio», pero con en el que la «actitud es de primer mundo».

De México expresa que el nivel es medio-bajo en las orquestas. «Los músicos piensan que tocan como los de Berlín; aquí, afortunadamente no. Todos sabemos lo que podemos y lo que no podemos hacer, y eso hace que la convivencia de trabajo sea muy natural, no hay envidias, nadie se cree una estrella y todo mundo se saluda y se ayuda.

Lo que se busca en Corea es elevar el nivel, «pero no de su orquesta, sino de su país, en términos de los metales». Por ello, expresa que se está contratando a quienes creen que pueden dejar la cultura del metal más arraigada entre la juventud.

«Tan es así, que desde que llegué he recibido múltiples invitaciones a dar clases, pero las he rechazado porque aún estoy en proceso de adaptación; quizá a partir de septiembre ya comience a dar clases en alguna universidad aquí en Corea».

Por la séptima Semana Nacional del Trombón

Aunque lejos el México, Faustino mantiene proyectos como el de la Semana Nacional del Trombón Gustavo Rosales, que en este año se desarrollará en la ciudad de Oaxaca, durante abril.

La séptima edición de la SNT reunirá a alumnos de Costa Rica, Honduras, Colombia y México. Además de docentes de Estados Unidos, Francia, Costa Rica y Colombia. Este encuentro de tipo itinerante se lleva a cabo gracias a la participación de empresas extranjeras, principalmente de Yamaha, y la generosidad de los profesores «que no cobran más que sus viáticos para que así los jóvenes no paguen cantidades exorbitantes».

Mientras, a la distancia, sigue el proceso de la edición y pensando en si su estancia en la orquesta de Corea se extiende a tres años, aunque «todo apunta a que sí nos quedaremos».