¿Tu pareja es racional o emocional?

En muchas relaciones (por no decir la mayoría), siempre uno de los miembros es más racional que el otro y, viceversa, hay uno que es más emocional. Pero, ¿cómo identificar quién es quién? Descúbrelo a continuación:
Tu pareja es racional si:

-Siempre toma sus decisiones con base a información específica que recibe y después de analizar los pros y contras de lo que va hacer.

-Se preocupa por su estatus social y profesional, es el primero en levantar la mano si no está de acuerdo con algo y siempre busca la forma de avanzar hacia adelante.
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-Reconoce los problemas y no teme ponerlos sobre la mesa para encontrar una solución, incluso, si ésta incluye una separación.

-Una pareja racional ve lo bueno y malo de la relación sin tapujos, aunque puede llegar a ser pesimista y pensar que la separación es la mejor opción para solucionar los conflictos.

-Cuando lo racional domina su personalidad, verá los problemas como algo normal dentro de la relación y encontrará buenas razones para la reconciliación. Además, definirá reglas y tratos para que la situación no se vuelva a repetir.
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-Trata de entender por qué pasan las cosas.

-Siempre dice la verdad y exige lo mismo.

Tu pareja es emocional si:

-No importa lo que pase, confía plenamente en que juntos lograrán vencer cualquier obstáculo.

-Es muy sensible y antepone los sentimientos por sobre todas las cosas.

-Percibe los problemas a través de un cambio en el tono de voz, expresiones no verbales o de ‘su sexto sentido’.
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-Cuando existen problemas, la pareja emocional siempre encuentra razones para seguir juntos.

-Sufre mucho cuando las cosas no van bien y cree que es el peor momento de su vida. Es un tanto inseguro y no se sentirá mejor hasta que las cosas vuelvan a ser como antes.

-Cree que la falta de amor es la causa de toda situación negativa.

-Prefieren mentir u ocultar cosas antes de poner en riesgo la relación.

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CONCLUSIÓN: Tanto las personas racionales como emocionales, tienen mucho que dar en una relación, nada es mejor o peor; lo único que se necesita es encontrar el equilibrio ideal para evitar caer en los extremos.
Por ejemplo, ser demasiado racional te puede volver frío y desconfiado y, ser muy emocional, te puede enganchar a una relación codependiente y destructiva. ¡Todo radica en trabajar en la relación que quieres!