Niños ‘buleados’, propensos a enfermedades cardiacas

Madrid.-Los niños y adolescentes que sufren abusos, acoso escolar o bullying, son testigos de violencia, intimidados o se enfrentan a otras adversidades, son más propensos a desarrollar enfermedades cardiovasculares en la edad adulta, según una nueva declaración científica de la Asociación Estadounidense del Corazón publicada en Circulation.

La declaración se basa en una revisión de investigaciones científicas existentes publicadas en revistas médicas que documentan una fuerte vinculación entre experiencias adversas en la infancia y la adolescencia, y una mayor probabilidad de desarrollar factores de riesgo como obesidad, presión arterial alta y diabetes tipo 2 antes que aquellos que no experimentan experiencias adversas.

Estos factores de riesgo elevan la probabilidad de desarrollar enfermedades y afecciones del corazón y los vasos sanguíneos en la edad adulta, que incluyen enfermedad de las arterias coronarias, ataques cardiacos, derrames cerebrales y presión arterial alta.

«En primer lugar, la verdadera tragedia es que los niños están expuestos a estas experiencias traumáticas —lamenta la profesora asociada de epidemiología en la Universidad de Emory en Atlanta, Shakira Suglia—; estamos hablando de niños y adolescentes que sufren abuso físico y sexual y son testigos de violencia. Tristemente, las consecuencias negativas de experimentar estos eventos no finalizan cuando la experiencia termina, sino que dura muchos años después de la exposición».

Casi el 60 por ciento de los estadounidenses informan de un evento adverso durante la infancia. La forma en que la adversidad alimenta las anomalías cardiovasculares y metabólicas sigue sin ser clara, pero la evidencia actual sugiere que la conducta, la salud mental y las reacciones biológicas al aumento del estrés parecen desempeñar un papel.

Pero no todos los niños que crecen haciendo frente a adversidades desarrollan enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos, un hallazgo que sugiere la existencia de una variedad de factores biológicos, ambientales, culturales y sociales que pueden ayudar a reducir el riesgo y prevenir el desarrollo de enfermedades.

Los autores señalan que hacen falta más investigaciones para comprender mejor estos factores que algún día podrían conducir al desarrollo de estrategias preventivas.