Gestos ‘caballerosos’ que eran ‘cool’ y hoy suenan ridículos

Los códigos del trato entre hombres y mujeres han evolucionado enormemente desde el célebre Manual de urbanidad y buenas maneras, escrito en 1853 por el venezolano Manuel Carreño. El libro tuvo su auge en México en plena sociedad porfiriana.

Básicamente determinados por la moral cristiana (el manual Carreño tiene reglas de comportamiento incluso para con Dios), estos códigos imperaron durante la primera mitad del siglo XX, sobre todo entre la clase alta y la entonces creciente clase media.

Pero conforme la sociedad y el estado posrevolucionarios fueron tornándose laicos, los protocolos también fueron modificándose lentamente.

Como una muestra de estos cambios, aquí están estas diez costumbres que eran consideradas galantes («propias de un caballero»), pero hoy, con la evolución al pensamiento del siglo XXI, lucen anticuadas y rozan en lo inverosímil.

1 Abrirle la puerta del coche primero (aun cuando a ella no le guste o la acción dificulte lo que ocurre alrededor)

2 Cederle siempre el paso a la acompañante (aunque las circunstancias compliquen la logística de la operación)

3 Cederle el lado de la banqueta al caminar en la calle (porque se creía que, de lo contrario, se le estaba ofreciendo cual producto)

4 En los restaurantes, acercarle la silla (sin importar si se siente incómoda con ello)

5 Ayudarla a ponerse el abrigo o la chamarra (la cercanía que este movimiento genera puede incomodar a muchas personas)

6 En los días de lluvia o frío cederle la chaqueta a la mujer (incontables veces un hombre cree que «la protege», pero quizá ella no sienta ganas de aceptar la prenda)

7 Ayudarla a cargar bolsas o bultos (aun cuando no pida ayuda o no confíe en quien la ofrece)

8 Si lleva tacones, ofrecerle siempre el brazo como apoyo (porque, claro, suponemos que no sabe caminar sola)

9 En un acto social, siempre preguntarle si podemos traerle algo de comer o beber (hoy, quien esté más cerca del bar se lanza por las chelas)

10 Al llevarla a su casa, acompañarla hasta la puerta al bajar del coche o del transporte público (¿y si ella no se siente cómoda llevando a alguien hasta su puerta?)

Pequeña historia de la transformación

En los años cuarenta y cincuenta, con el auge del “milagro mexicano” impulsado por la economía de la posguerra y el gobierno de Miguel Alemán, se extendió también la vida nocturna y se relajaron esas reglas y usos semireligiosos que regían las relaciones de las familias de las clases alta y media.

Los sesenta fue la época en que todo cambió
Ya para los años sesenta, todo lo transformó la sacudida ocasionada por la revolución sexual y la llamada “generación del amor” rechazó los viejos valores de sus padres y abuelos.

La llegada de la píldora anticonceptiva, la transformación de la moda —la minifalda—, la liberación femenina, el arranque de la llamada “segunda ola” de feminismo, el acceso a las drogas con fines recreativos, los movimientos de jóvenes que protestaban también contra el autoritario control familiar, fueron elementos que se conjuntaron para reconfigurar no sólo las relaciones entre los sexos, sino las relaciones sociales y políticas en general.

La sociedad de masas de los años ochenta y la explosión demográfica juvenil de los noventa, que alcanzó hasta la llegada del siglo XXI, fueron tiempo de transformaciones y cambios constantes en las relaciones sociales.

Se fortalecieron entonces las corrientes feministas y emergieron con fuerza irrefrenable los movimientos de homosexuales y lesbianas que con el tiempo se ampliarían a toda la comunidad LGBTTTI, lo cual contribuyó a la reconfiguración amplia de las relaciones de género y las costumbres, usos y prácticas de las relaciones entre hombres y mujeres.

Hoy las relaciones intergénero enfrentan uno de los cambios más significativos de la historia moderna
A lo anterior había que sumar además otro factor que contribuyó velozmente en este proceso de radical transformación social: la revolución tecnológica de la que aún somos protagonistas.

En los vertiginosos días en la segunda década del siglo XXI, las relaciones de género y entre los sexos parecen enfrentar uno de los cambios más significativos de la historia moderna: el cuestionamiento y reclamo femenino ante la sociedad patriarcal y homonormativa vigente, que ha concentrado clara e inequitativamente el poder en los hombres, desplazando de las decisiones a las mujeres.