El Inper evita abortos en pacientes con males crónicos

MILENIO

Desde 2013 el instituto aplica un protocolo con un equipo multidisciplinario de expertos que en los últimos dos años logró un registro sin un solo deceso.

México

El Instituto Nacional de Perinatología (Inper) es el único en México con un protocolo que se aplica a embarazadas con afecciones como lupus o que reciben diálisis o hemodiálisis, sin afectar al bebé.

Tal fue el caso de Paola, quien recuerda que estaba muy feliz cuando se enteró de que estaba embarazada, pero tuvo complicaciones como rigidez en las manos que con el tiempo se extendió a todo el cuerpo e intenso dolor en articulaciones, por lo que después de ir al médico le sugirieron abortar al bebé cuando tenía cinco meses de gestación.

No era opción

“Antes tenía perfecta salud y al principio pensé que la rigidez era normal, pero con el paso de los meses me dolían brazos, tobillos, hombros y piernas; perdí cabello, cejas y pestañas”, refirió.

El aborto no era una opción para Paola, soltera de 23 años, sobre todo porque en la clínica del Seguro Popular no le daban un diagnóstico certero. “Solo me tenían sedada e insistían en que debía interrumpir el embarazo”, por lo que decidió acudir al Inper.

En el Inper le detectaron lupus (mal en el que el sistema inmune ataca los tejidos) y efectuaron todo un plan “para luchar por los dos, sin tener que elegir sobre quién sobreviviría”, dijo. El niño, Ángel Gabriel, nació sin complicaciones y ya tiene dos meses.

Alejandra Orozco, encargada del Programa de Nefrología del Inper, explicó atienden a embarazadas afectadas de los riñones, incluyendo a pacientes con lupus y otras enfermedades que afectan la función renal.

El 8 de marzo, Día Mundial del Riñón, se dedicará a la salud de mujeres con diabetes, hipertensión u obesidad, pero lo importante es que pueden lograr tener a su bebé, dijo la experta.

“Atendemos en el Instituto a alrededor de 4 mil mujeres al año, de las cuales hasta 20 por ciento tiene enfermedad renal en diversas etapas y por diversos factores. Lo preocupante es que es difícil detectarla, porque durante el embarazo bajan los niveles de creatinina y los ginecólogos optan por interrumpir el embarazo por falta de experiencia sobre cómo atender este tipo de casos”, aseveró Orozco en  entrevista.

Cuando es necesario, abundó, a las embarazadas se les ingresa a tratamiento de hemodiálisis para que lleguen a una etapa gestacional avanzada.

“Si no se atienden, la mayoría sufre terribles complicaciones dado a que el riñón controla los ácidos en el cuerpo, la cantidad de agua, la presión arterial, de proteínas, la fuerza de los huesos, y lo que sucede es que terminan por deteriorarse funciones, básicamente la proteinuria (presencia de proteína en orina) y la presión alta, que producen preeclamsia o se manifiestan con lupus. Por ello muchos optan por interrumpir el embarazo, pues compromete la vida de la madre”, aseveró.

Multidisciplinario

Desde 2013 el Inper trabaja con un equipo multidisciplinario que logra que estas mujeres tengan a sus bebés y reducen al mínimo las complicaciones para que cuiden a sus hijos. En 2014 incluyeron hemodiálisis a ese esquema.

“Nuestros casos son exitosos y hemos disminuido la muerte materna por todo el protocolo, de hecho, no hay decesos desde hace dos años. Con Paola primero decidimos detectar por qué estaba hinchada y se le caía el cabello, le practicamos una biopsia renal y detectamos lupus. En otra institución seguro hubiera perdido al bebé”, señaló Orozco.

Cada medicamento, subrayó, está avalado por organismos internacionales. “Hemos tenido casos extremos donde los riñones de plano no funcionan y las sometemos a hemodiálisis, llevamos el embarazo a la semana 36, tienen a su bebé y damos seguimiento seis meses después o un año. Para controlarlas las referimos a Nefrología del Instituto Nacional de Cardiología o del de Ciencias Médicas y Nutrición, gracias a los convenios”.

El Inper es el único en el país que aplica este tipo de protocolos y cuenta con cardiólogo, nefrólogo e intensivista. “Somos el centro de referencia más importante, tenemos aquí todo para vigilar de cerca el embarazo. Se trata de un tratamiento costoso, hasta 25 mil pesos al mes, pero estamos al nivel de centros de Estados Unidos, Canadá y Europa”, concluyó.