Funden la fe con el arte en el Museo Franz Mayer

EXCELSIOR

La guadalupana protagoniza una muestra que recorre más de 300 años de fervor y creación

CIUDAD DE MÉXICO.

De 1737 a 1739, la epidemia de matlazáhuatl, identificada como brote de tifus o peste, mató a 40 mil personas sólo en el centro del país. La crónica de aquellos años quedó asentada en Escudo de Armas de México, que escribió Cayetano de Cabrera y Quintero en 1746. Además de usos y costumbres de la época, devociones y prácticas médicas, en el libro se narra un momento apoteósico, cuando después del juramento de la Virgen de Guadalupe como patrona de la ciudad, la mortífera calamidad cesó.

Un ejemplar del escrito, conservado en la biblioteca Rogerio Casas-Alatriste del Museo Franz Mayer, es ahora el eje de una exposición que intenta una nueva lectura del fenómeno guadalupano. Titulada Virgen de Guadalupe. Arte y devoción, la muestra que se inaugura hoy a las 19:00 horas, integra más de 280 objetos, entre pintura, arte virreinal, artes decorativas, diseño, cultura popular y fotografía, que en conjunto buscan dimensionar el alcance antropológico, cultural, artístico, identitario y de cohesión social que en México existe en torno a la guadalupana.

En el libro se cuentan pasiones, sentimientos, filiaciones, discursos acerca de la Virgen de Guadalupe que aunque ocurrieron en el siglo XVIII, siguen vigentes y cobran sentido cuando los contrastamos con esos objetos o imágenes en offset que se imprimen para hacer calendarios”, dice Mayela Flores, una de las tres curadoras que diseñaron el guión de la muestra. Ellas han querido que el propio De Cabrera sea el narrador del recorrido.

Seleccionamos una serie de pasajes del libro que cuentan esos momentos acerca del arte y de la devoción por la Virgen”, explica. La intención era ofrecer una narrativa “más afectiva”, que conectara entre las diferentes manifestaciones, cultas como populares, como se ha representado a la guadalupana y la idolatría del mexicano por ella. Y se han debido conjuntar las buenas intenciones de más de 20 instituciones, museos, galerías y colecciones privadas.

Intentamos hacer un diálogo y presentar un contraste entre las obras, reflexionar cómo construyen un imaginario acerca de lo mexicano”, dice la curadora. La muestra, la primera especialmente dedicada a la Virgen en toda la historia del Franz Mayer, acabó dividida en cuatro secciones: la primera, que exhibirá el libro original de De Cabrera y los núcleos “Arte: imagen y lugar”, “Devoción: milagros, fe y lo sagrado” y “Ceremonia”.

Hay en el recorrido desde representaciones en forma de retablos del siglo XVIII, óleos y tallas en madera que tenían como objetivo la decoración de edificios religiosos o los hogares de familias pudientes de la época. La muestra se decanta después por lo popular, por el fervor masivo de los fieles que ha llevado a la imagen a ser representada en infinidad de materiales y soportes, incluso como parte de empaques comerciales, como la famosa crema Mentolupe o los promocionales de Pepsi  o Alka Seltzer, que han utilizado a la Virgen para conectar con sus consumidores.

Se trata de un recorrido de más de 300 años de representación y fervor guadalupano, aunque pasa por alto sus orígenes prehispánicos. De los suntuosos óleos del siglo XVIII a las últimas representaciones de estética pop, que se comercializan con el nombre de Virgencita, plis, aparecen en la muestra. El remate llega con dos manifestaciones fotográficas, una de Lilia Martínez Torres y otra deFederico Gama, quien vuelve a presentar sus ensayos fotográficos 12-D y Los iluminados, en los que explora el fervor de los peregrinos cada 12 de diciembre. “En la medida que fui trabajando mis dos series de fotografía, había un elemento que era fundamental y que de alguna manera persistía, la Virgen de Guadalupe”, cuenta.

Durante 12 años Gama retrató a los miles de fieles que cada año llegan a la Basílica de Guadalupe. “No había más que sentir lo que ellos hacen; en una especie de manda me volví fotógrafo peregrino para tomar a esos personajes que van recobrando elementos culturales de la Virgen de Guadalupe, esa imaginación y sentido en que vuelcan su pasión y la expresan en objetos, a partir de la vestimenta, de su caminar, de irse de rodillas. Todos esos elementos culturales y vemos en la exposición”, concluye.