Prohibido parar; 24 horas en bici

EXCELSIOR

La cita se dio el 21 de julio al mediodía en el Autódromo Hermanos Rodríguez. El reto fue pedalear un día completo de manera individual o por equipo, sin rendirse en el camino

CIUDAD DE MÉXICO.

En México se disputó por primera vez una de las pruebas de ultraciclismo más demandantes a nivel nacional: 24 horas en bici.

Es una carrera en la que gana aquel ciclista o equipo que recorra más vueltas en el transcurso de un día. Hay modalidad individual o por relevos de dos, cuatro, seis u ocho personas.

En la prueba compitieron 132 equipos y 700 competidores.

8ciclistas, fue el máximo de participantes por equipo en la categoría de relevos

Luego de tres meses de entrenamiento, uno despierta a las 8:00 horas con muchos nervios. Se termina de empacar: tres mudas de ropa deportiva, dos pares de calcetines de bici, colchón inflable, tienda de campaña y un libro (que por supuesto nunca se abrió). De desayuno, huevos revueltos con verdura y tres tortillas; la carga de proteína y carbohidratos serán indispensables.

Había que llegar al Autódromo Hermanos Rodríguez a las 9:30 horas. En estos momentos todo es emoción ante lo desconocido, se asignan los pits donde dormirán los ciclistas, paquete con chip, número y playera.

 

Llegó la hora. Foto oficial el 21 de julio y a las 12 del día con la música de arranque de Le Mans a todo volumen, inicia la primera edición de 24 horas en bici en México. Todos los competidores corren hacia sus bicis. Las primeras horas están cargadas de adrenalina y mucho entusiasmo. La que esto escribe compitió en relevos de ocho, en equipo mixto. El primer turno es a las 15:00 horas y la motivación es pensar que, mientras una apenas empieza, Andrés Rodríguez y Gustavo Flores, ganadores, y 35 ciclistas más no han dejado de pedalear desde que inició la carrera.

Pasé 45 minutos dentro de la pista promediando 32 kilómetros por hora. En total, sumé cinco vueltas para mi equipo: Los Pedales. Regresé a los pits exhausta y entregué el chip a mi compañero. Es importante hidratarse y seguir comiendo para no perder fuerza. Mi siguiente turno fue a las 19:00 horas.

Conforme transcurrió el tiempo, empezaron las complicaciones. Accidentes que obligan a ciclistas como Gustavo Ferreira a abandonar. Al salir de la zona de relevos, Gustavo chocó contra una barda y al caer se rompió las dos muñecas, se levantó y sin saber la gravedad de la situación terminó los cuatro kilómetros de la vuelta al autódromo.

Los fuegos artificiales a medianoche marcan la mitad de la competencia, también representan el momento más difícil de la competencia, saber que llevas 12 horas sobre la bici y que te restan 12 más. Para estos momentos las piernas duelen, el cansancio pesa y la falta de sueño altera el humor causando pequeñas riñas entre equipos.

Los zapatos empiezan a molestar después de horas sobre la bici. No contaba con las ráfagas de viento y al ser plano nunca descansas”, expresó Gustavo Flores, competidor en la modalidad individual, mientras se regalaba unas horas para descansar.

Después de una larga noche en la que un debe agudizar su concentración dentro de la pista, en la que cada vuelta se hace más larga porque no hay distractor alguno, en la que uno batalla por conciliar el sueño apenas unos minutos. Por fin amaneció. Dieciocho horas sobre ruedas y faltaban seis por pedalear.

32kilómetros por hora fue la media de velocidad de los participantes

Podría parecer todo muy negativo desde un punto de vista exterior, pero lo que más me gusta de estas competencias es que en el tiempo de espera conoces a los héroes detrás de cada bicicleta. Cada vez que sentía que ya no podía más, sólo pensaba en esas historias de vida que te motivan a no detenerte y a superar metas que pensabas inalcanzables.

Suena el disparo a las 11:50 horas del domingo, casi 24 horas sobre la bicicleta. Sin embargo, es la última vuelta y lo mejor es que absolutamente todos los competidores rodamos juntos. Algunos con lágrimas de dolor, otros de emoción. Pero todos conscientes de que llegaron a la cima, todos con sonrisas en el rostro porque hay pocos sentimientos que se comparan con la satisfacción de cruzar la meta. Entre más difícil sea la batalla, más glorioso será el triunfo.