¿Están ahí mis vidas?

CIUDAD DE MÉXICO.

¿Todos la oyen? ¿todos la escuchan?

La felicidad de Thalía se desborda. La abordan en la calle para hacer el #Thalia­Challenge, le llenan sus pre­sentaciones de maquillaje en Nueva York, donde reside, y le mandan videos igual de loco­chones que los suyos.

Pero que no se preocupen los haters (a quienes no les gusta), porque no quiere ser influencer ni enseñarles cómo vivir, sino que tiene en la mira algo más profundo, más con­tagioso…ah, y a propósito de seguirla soportando, pues lo tendrán que hacer porque hoy sale su canción Lento y en no­viembre su disco Valiente y sí, sí estará incluida la pegajosa Me Oyen, Me Escuchan.

“Uno hay que ser como es. El chiste es la autenticidad. Ser sincero y no tener tabúes, hacer las cosas como te salen del corazón. La mayoría de la gente se pierde en el querer agradar al otro o formar par­te de un círculo social, que los acepten; decir a todo sí, cuan­do así no es ¡se trata de ser tú mismo! Decir las cosas que te plazcan como las quieras y cuando las quieras decir.

Obvio habrá gente que sea tu tribu y comparta tu mensaje, como hay otros que no y que van a buscar su pro­pia vida. Pero así es, así es la life (vida). Lo que se aprende es a ser uno mismo”, dijo a Ex­célsior vía telefónica.

Así quedó claro que no pretende adoctrinar. Pun­to para ella. Pero después, ¿cómo ayudar a los chicos que se sienten perdidos, cuya falta de aceptación los lleva a la de­presión, al suicidio y a tomar otros caminos cero favorables y que van contra el estilo de vida que la cantante mexica­na practica?

También, a sus 47 años, fe­lizmente casada y madre de dos hijos, el altruismo va más allá de un divertido #challen­ge y de ser una figura viral que hasta en piñata para las fiestas convirtieron.

“Me gusta trabajar con or­ganizaciones para mejorar la vida de otros, como con Unicef, en la que laboro como embajadora; March of Dimes, que se dedica a las madres; Fundación Robin Hood, en la que reparten ayuda a la gente en situación de pobreza.

En el día a día, el ejem­plo que uno puede dar, a tra­vés de lo que uno emprenda, que trabaje, con las personas que te encuentres en la calle y que comparta el asiento de al lado, lo puede hacer uno mis­mo con una empatía hacia el otro, con respeto y una actitud de potenciar las buenas vi­braciones y energía que todos tenemos para elevar la felici­dad”, agregó.

Si alguien duda de lo que ha alcanzado su “felicidad”, basta con ver las cifras que al­canzó su #ThaliaChallenge Me oyen, me escuchan: casi seis millones de reproduccio­nes en YouTube, y casi dos mi­llones en Spotify e Instagram, por separado.

Así que por todo esto, Tha­lía la llevará sin pensarlo al disco que estará presentan­do en México en noviembre y que tendrá muchas más sorpresas, como Lento, jun­to a Gente de Zona, una rola de amor en la que practi­ca la actuación que aprendió en televisión a través de sus diferentes telenovelas.

“Yo quería compartir ale­gría. Es una historia de amor, pero de felicidad, de picardía. El complemento ideal fue el poder de Gente de Zona, que, también como yo, contagian esas ganas de vivir, esa fuerza por la vida y por lo positivo. Es una historia entre una artista y un guardaespaldas que se dan donde estamos disfrutando al máximo.

¿Y qué tanto influye su historia de amor con su ma­rido Tommy Mottola?, se le cuestionó.

“Sí claro, pero en estas his­torias debo meterme en otro tipo de romance, porque no es lo mismo. Es como si actuara, si me metiera en la piel de otra mujer. Me gusta meterme en la piel de los personajes que interpreto, como en A quién le importa Arrasando. Como actriz me encanta porque así actúo mis interpretaciones de cada disco, y es muy diverti­do”, relató.

El primer sencillo de su próximo disco fue No me acuerdo, junto a Natti Nata-sha, con más de 419 millones de vistas en YouTube y que ya consiguió Disco de Oro.