Mudan sucursal de FCE en Medellín

EXCELSIOR

Se ubica en un barrio del sector Estadio, donde buscarán formar un corredor cultural con dos librerías vecinas

CIUDAD DE MÉXICO.

Con una oferta de ocho mil 500 ejemplares en exhibición, pequeña, joven, pero bien plantada en Medellín (Colombia), una de las ciudades que ha sabido vencer a la violencia desde la cultura, la librería del Fondo de Cultura Económica Fernando del Paso acaba de mudarse a una sede más grande, en un barrio residencial del sector Estadio, donde busca formar un corredor con sus dos librerías vecinas, Palinuro y Grámmata.

Inaugurada en septiembre de 2018, la segunda librería que la editorial del gobierno mexicano tiene en Colombia –la primera abrió en 1975 y en 2008 se convirtió en el Centro Cultural Gabriel García Márquez, ubicado en Bogotá– ha sorprendido por el aumento de sus ventas y porque ha logrado posicionarse en poco tiempo.

Medellín ha tenido en el arte, la cultura y la organización comunitaria su clave para la resiliencia de las distintas violencias de estas guerras intestinas, de estos intereses cruzados entre las economías informales y el estado endémico de cosas de un país como Colombia”, explica la promotora Olga Escobar Trujillo.

La directora de la Fernando del Paso afirma en entrevista que Medellín, su ciudad natal, es una urbe de contrastes. “Se dice que en la cultura antioqueña es donde hay más pensadores alternativos y liberales, así como también más conservadores. En ese sentido, tener una librería del FCE en Medellín es dar continuidad a una línea de pensamiento. El Fondo llegó a Colombia entrando por Medellín y para los estudiantes los títulos del sello han sido un sustento intelectual”.

En su reciente visita a México, la comunicóloga destaca que Medellín “es pequeña, pero en las últimas décadas ha tenido una capacidad enorme de exigencia. Hemos tenido administraciones públicas responsables y una ciudadanía que reclama educación y cultura como pilares de la transformación social”.

Sobre el camino que siguieron para consolidar una librería en esta metrópoli, dice que la innovación debe estar explícita en todo movimiento. “Siempre acudir a la imaginación, a la capacidad de convocar, generar estrategias y alianzas y buscar esos detonantes creativos.”

La egresada de la Universidad Pontificia Bolivariana narra que la Fernando del Paso abrió sus puertas inicialmente en la Biblioteca Pública Piloto, “que es la biblioteca madre de la ciudad, una de las pioneras con el modelo que estableció la Unesco para América Latina”.

Sin embargo, prosigue, en el lugar no circulaba el público que querían acercar. “Teníamos las limitaciones propias de una biblioteca municipal por sus horarios. Así que con Nahum Montt, el director general de la filial colombiana, acordamos buscar otro espacio.

Era difícil encontrar un sitio que tuviera buen acceso y circulación de la gente. Opté por estar junto a la competencia. Había dos librerías en la misma cuadra del sector Estadio, cerca de un centro deportivo. No las concebimos como competencia, sino como colegaje. Estamos haciendo ofertas juntos. Queremos generar el sector librero de la ciudad. Sacar a la gente del Estadio con la lectura y la buena distribución y venta de los libros”.

Admite que la presente administración del FCE recibió la mayoría de las filiales en números rojos. “La primera misión es salir de ellos para poder expandir la visión: atender a diversos públicos, en edades, capacidades adquisitivas y niveles de educación”.

Adelanta que planean abrir una cafetería, donde se ofrezca una marca del café artesanal local. “Buscaremos coediciones, alianzas e intercambios académicos con universidades para acercar a públicos de distintos estratos económicos y culturales”.

De hecho, Marco Barrera-Bassols, el coordinador de Vinculación Internacional del FCE, admitió que Colombia es una de las filiales que está despuntando, una buena noticia ante el difícil panorama que encontraron.

Detalló que de las diez filiales que el Fondo posee en distintos países de Latinoamérica, Estados Unidos y España desde 1945, cuando abrió la primera en Argentina, ahora quedan ocho, pues la presente administración realizó “el cierre oficial” de las de Caracas (Venezuela) y São Paulo (Brasil), abiertas en 1974 y 1991, respectivamente. “Estaban aparentemente en activo, pero en realidad habían sido cerradas hace algunos años”.

Dijo que ya no pudieron abrir, como querían, una librería en La Paz, Bolivia, por la crisis política del gobierno. Pero donde sí podrán instalar una nueva filial será en La Habana, Cuba. Y aclaró que existen otros países que les interesan, como Uruguay.