Río Samaria ‘devora’ tres casas y amenaza otras 40 en Tabasco

Aseguran que la Conagua les prometió que en noviembre de 2022 iniciarían las obras de protección marginal, pero han pasado tres meses y esto no se cumple. Algunas familias ya abandonaron sus hogares ante el temor de que se los lleve la corriente

EXCELSIOR 

Ante la amenaza de que el imponente río Samaria siga devorando grandes extensiones de tierra, Laura López, su esposo y sus dos hijos no tuvieron más remedio que desalojar su casa y buscar refugio con sus seres queridos para ponerse a salvo.

La familia de Laura es una de las 40 que viven en constante zozobra en el Ejido Colima, en Cunduacán, a 40 kilómetros de Villahermosa, capital de Tabasco.

Los pobladores no saben a ciencia cierta por qué ocurre la erosión del río, aunque creen que mucho tiene que ver la sobreexplotación de los bancos de arena de la zona y el ‘sube y baja’ del nivel del río por el manejo de la presa Peñitas.

No descartan que estos factores contribuyan a que el río gane más y más terreno, donde ya arrasó tres viviendas y amenaza a otras, incluida la casa de Laura, que está en riesgo de ser engullida por el río.

 

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Ésta es la casa de la familia de Laura López, la cual está a punto de ser tragada por el río Samaria que llega a la presa Peñitas. Fotos: Fabiola Xicoténcatl

 

La verdad es que mi casa ya no tiene nada, sólo ruina, porque me da miedo que en la noche se caiga y nos lleve el río. Nosotros lo que pedimos es que vengan con soluciones, porque los de Conagua han venido, pero sólo a ver porque no hacen nada”, lamenta Laura mientras recorre su casa que hoy luce en ruinas.

Desde hace 14 años empezaron los deslaves, pero en la última década la erosión se agudizó y avanzó alrededor de 150 metros, afectando el patrimonio de las familias que vieron sucumbir sus casas. Pero no sólo eso, el río, además de tragarse las viviendas, también se llevó un campo de
futbol, una carretera, postes de luz y plantaciones completas de plátano.

Ante la emergencia, los ejidatarios han denunciado los deslaves a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a quien le han solicitado que construya obras de protección. Sin embargo, los labriegos y habitantes del Ejido Colima se han cansado de acudir con funcionarios de la Conagua y otras dependencias federales, estatales y municipales clamando ayuda para detener el avance del Samaria. Sólo les dan largas al asunto sin que haya una respuesta concreta.

Juana Domínguez Hernández es otra habitante del Ejido Colima. Ella es testigo de cómo el río Samaria ha devorado las propiedades de sus vecinos, incluso la de su hermano, quien tuvo que emigrar del lugar porque de un día para otro se quedó sin nada, ya que el río se llevó su vivienda.

Se han ido tres familias, han salido a reubicarse porque ya hemos hablado con la Conagua y ésta acusa que Hacienda no libera el dinero para el bordo de protección pero hasta ahora no hemos visto nada y esa promesa está desde el 2015. Ya estamos en el 2024 y todos nos han ignorado”.

Explicó que en las últimas reuniones que han sostenido con Francisco Zebadúa Alva, director de la Conagua en Tabasco, les ha informado que se tiene el proyecto de la protección marginal y prometió que en noviembre de 2022 se iniciaría la obra, sin embargo, ya han pasado meses y esto aún no se cumple.

Pobladores como doña Gloria ven con angustia que “la gente tiene que salir de su casa, porque el río se ve tranquilo, pero de repente se caen los terraplenes de tierra y ante ese miedo las familias tienen que desalojar sus casas porque existe el miedo de que los agarre con las personas adentro y se arriesga la vida. La verdad es un miedo terrible porque caen hasta tres metros de un momento a otro. Hay familias que ya se han quedado sin nada, han perdido su patrimonio”.

Doña Gloria con angustia clama por ayuda.

Pedimos que las autoridades se pongan la mano en el corazón. ¿Dónde está el dinero? El dinero es de los impuestos que todos pagamos y tenemos derecho a que nos apoyen a la gente humilde”, suplicó.

El llamado es para las autoridades de los tres niveles de gobierno porque hasta el momento nadie se ha tomado el trabajo de atender la problemática. Ni el gobierno del estado que encabeza Carlos Manuel Merino, tampoco la Conagua y mucho menos el presidente de municipal.

El alcalde de Cunduacán (Jesús Abraham Cano) ni nos voltea a ver, se le invita y nunca viene. Ahora que andaban pidiendo el voto porque quiere reelegirse nos mandan pollo y puerco, pero eso no es importante. Lo importante es que nos den la seguridad de nuestras casas y construyan el bordo”, expresó.