MILENIO

Ante el incremento de militares heridos y fallecidos en enfrentamientos contra el crimen organizado, el Ejército mexicano creó un grupo de reacción inmediata para rescatar, en no más de 12 minutos, a soldados heridos en combate.

Se trata de la «Fuerza en Situación de Alerta» (FUSA) integrada por 12 helicópteros equipados para realizar evacuaciones aeromédicas desplegadas en las zonas de conflicto.

«Su empleo surge del planeo conjunto de las operaciones, que se llevan a cabo en los Mandos Territoriales, en el cual se conjugan las características y posibilidades del Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional, considerando el empleo de aeronaves de ala rotativa en situación de alerta, con la capacidad de reaccionar y proporcionar apoyo aéreo en un tiempo máximo de 12 minutos», informó la Sedena a MILENIO.

De acuerdo con los documentos entregados a través de una solicitud de transparencia, la FUSA se creó el 31 de enero de 2023 y entró en operaciones en febrero de ese mismo año.

Desde su creación, se ha empleado en 102 ocasiones en casi la mitad del territorio nacional en estos estados: Baja California, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Zacatecas, Chiapas y Nuevo León.

En el periodo en el que ha estado activo, es decir un año, ha rescatado a 145 militares que resultaron lesionados en enfrentamientos contra las bandas criminales.

Al entrar en funcionamiento, la FUSA debe tener en cuenta un plan de apoyo médico que considere la disponibilidad de hospitales de tercer nivel, los más especializados, en caso de no contar con hospitales militares en el área de operaciones.

«Su misión consiste en proporcionar apoyo aéreo cercano o realizar evacuaciones aeromédicas, en caso de agresiones a personal militar, con el fin de reducir el riesgo de pérdida de vidas y evitar el dispendio de material aéreo», señala la Sedena en su informe anual de labores.

Más agresiones, más heridos, más muertos

Las cifras oficiales del Ejército demuestran que no es casualidad la creación de un grupo de rescate al incremento exponencial de soldados heridos y fallecidos en combate contra las bandas.

De acuerdo con lo publicado por la Sedena, de 2022 a 2023 las agresiones de los criminales pasaron de 260 a 262; sin embargo, el saldo de soldados lesionados o muertos se disparó exponencialmente.

Los soldados muertos durante agresiones por parte de la delincuencia pasaron en el periodo mencionado de 8 a 38, es decir un incremento de 375 por ciento. Mientras que los elementos castrenses heridos se elevaron 54 por ciento.

Hasta el 18 de enero de 2024, la Defensa Nacional registró 15 agresiones con un saldo de un militar fallecido y tres heridos.

En Palacio Nacional periódicamente se realizan ceremonias privadas que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador junto con los mandos de las fuerzas armadas para condecorar y compensar a militares heridos o a las familias de los soldados que fallecieron en combate.

De acuerdo con fuentes de la Presidencia, estas ceremonias se llevan a cabo con reserva por respeto a la memoria de los que murieron en combate.

Contra minas y drones

En el último año, el crimen organizado ha afinado sus estrategias de combate y asedio contra las fuerzas armadas. Sus tácticas de terror incluyen emboscadas, uso de minas terrestres y drones explosivos.

A finales de febrero cuatro elementos del Ejército mexicano murieron y otros tantos resultaron heridos en una emboscada con minas que les tendieron integrantes del crimen organizado en la frontera entre Aguililla y Tepalcatepec, ambos municipios de Michoacán.

El reporte oficial que dio el Presidente en la mañanera fue que las fuerzas armadas «se enteraron de un campamento, fueron al campamento hasta donde pudieron llegar en vehículos, luego caminaron pero de regreso ya no tomaron el mismo camino sino otro y ahí en la maleza había una trampa, un explosivo y venían juntos y por esa explosión ahí mismo falleció un militar», dijo al referir que el resto fallecieron cuando eran atendidos.

El mes pasado, elementos del Ejército mexicano, Guardia Nacional y de la Policía Estatal aseguraron más de 20 artefactos explosivos de fabricación casera, armas y una camioneta en el municipio de Buenavista, Michoacán. Entre el decomiso estaban 24 bombas para drones, dos armas largas, 23 cargadores y otros insumos para la fabricación de explosivos.

A finales de 2023, el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, informó que de 2019 a la fecha se han asegurado 33 drones equipados con explosivos al crimen organizado. Entonces, el funcionario reconoció que esta situación es grave para la seguridad de las fuerzas armadas como para el mismo Estado mexicano.

A mediados del año pasado, MILENIO dio a conocer que el narco ha minado 17 de los 32 estados del país. La Secretaría de la Defensa Nacional desactivó entre agosto del 2021 y julio de 2023, 2 mil 241 artefactos explosivos.